Ómicron: ¿fin de la pandemia?

  • Fernando Manzanilla Prieto
No sabemos el rumbo que tomará la pandemia, pero tampoco podemos desestimar sus secuelas

Desde la llegada de Ómicron a la esfera mundial todo ha sido muy rápido. Y no sólo me refiero a la manera a la que se transmite ahora el virus, sino también al propio giro que ha generado en el desarrollo de la pandemia a lo largo y ancho del planeta.

Por una parte, los especialistas han detectado que Ómicron es sumamente contagioso, pero a su vez es “aparentemente” menos peligroso debido a que no llega a vincularse con los pulmones, como otras variantes. Queda claro que la velocidad y sincronía con la que se contagia es inusitada y para muestra basta ver las estadísticas que desde el inicio de esta cuarta ola se están registrando en todo el mundo.

Precisamente, la semana pasada se produjo el mayor número de casos del virus desde su aparición, con 95 millones en todo el planeta. Tan sólo en Estados Unidos, de acuerdo a la Universidad Johns Hopkins, el viernes pasado se registraron 900 mil 832 nuevas infecciones y 2 mil 615 muertes, esto después de que el lunes anterior se superaran por primera vez el millón de infectados diarios.

Estas características han dado como resultado que los casos positivos de Ómicron estén desplazando, de manera muy acelerada, a los provocados por otras variantes como Delta.  Tan sólo el Hospital General de Massachusetts, el nosocomio de investigación número uno en Estados Unidos, ha registrado en últimos días que el cien por ciento de los casos atendidos pertenecen a Ómicron.

Por su parte, México se perfila como el país con más contagios detectados por esta variante en América Latina, de acuerdo con las cifras de la Plataforma Mundial para Compartir Todos los Datos sobre la Influenza (GISAID, por sus siglas en inglés).

Es así que tras el aumento de los casos de contagios de Covid-19, la Secretaría de Salud actualizó el mapa epidemiológico en México, por lo que del 10 al 23 de enero tres estados regresarán a semáforo naranja, 10 más permanecerán en amarillo y 19 más en color verde.

En este sentido, hay especialistas como Alejandro Macías, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, que vaticinan que este mes será para el país el más intenso en casos de la pandemia.

Basta recordar que ya a finales del mes de diciembre, Ómicron había obligado a que más de 8 mil vuelos fueran cancelados alrededor del mundo debido a la progresión meteórica de la variante y sus afectaciones, en particular, a las tripulaciones de los aviones.

Este fenómeno se replicó hace algunos días en las aerolíneas estadounidenses y no fue la excepción en nuestro país, cuando el fin de semana pasado Aeroméxico, la mayor aerolínea mexicana, canceló al menos 50 vuelos debido a que cerca de 75 pilotos y 140 sobrecargos dieron positivo a Covid-19.

Estos números pueden ser muestra del surgimiento de una falsa sensación de confianza que se ha instalado en la sociedad resultado de creer que Ómicron es una variante menos agresiva e incluso inofensiva. Si bien se sabe que esta variante es de menos riesgo, esto no significa que sea así para todos, pues nadie puede asegurar que las personas contagiadas tendrán una evolución favorable.

No olvidemos que somos el primer país en trabajadores de la salud fallecidos en el mundo y que además estamos en los primeros cinco lugares de orfandad por mortalidad del virus a nivel mundial. Tan sólo la semana pasada se superaron, de manera oficial, los 300 mil decesos a causa del virus en México.

Las opiniones son encontradas. Para muchos estamos en el camino de lo que podría considerarse el fin de la pandemia, pero para otros estamos en la puerta de entrada a lo que se ha denominado el “long covid” o Covid largo.

De acuerdo a Eric Feigl-Ding, epidemiólogo y economista de salud en la Escuela de Salud Pública de Harvard, no se debe desestimar la nueva variante ni mucho menos sus estragos, considerando el crecimiento exponencial.

Por una parte, se habla de que es ahora un padecimiento “leve” pero por otro los hospitales están saturados, el personal de salud está agotado y hay un colapso social como los miles de vuelos cancelados. Lo más preocupante es que este virus se ha relacionado con secuelas graves en la salud e incluso con daño cerebral.

En este sentido, el gobierno de Finlandia ha advertido que el Covid podría persistir durante meses después de una infección inicial, emergiendo como una enfermedad crónica, en la que uno de cada dos adultos y un 2% de los niños puedan experimentar síntomas prolongados relacionados con el virus, incluso si son casos leves o asintomáticos.

La ministra de Asuntos Familiares y Servicios Sociales de Finlandia, Krista Kiuru, ha declarado que alrededor del 20% de estos pacientes experimenta deterioro cognitivo a largo plazo, e incluso el Covid-19 podría aumentar la incidencia de enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson.

Si bien es cierto que no sabemos a ciencia cierta el rumbo que tomará la pandemia tras Ómicron, sí se terminará convirtiendo en una enfermedad endémica como la gripa o si nos estará preparando para una nueva etapa, lo cierto es que no podemos desestimar los estragos y secuelas de la misma.

Dejemos de lado la aparente “benevolencia” de esta variante, así como la despreocupación de continuar con reuniones, fiestas y conglomeraciones. Hoy hagamos uso de todo lo aprendido durante las tres olas anteriores y tomemos con más responsabilidad esta fase, en la que las medidas deberán ser iniciativa propia.

Por ello, vacunémonos, usemos cubrebocas y ante cualquier síntoma leve hagámonos una prueba y quedémonos en casa. No olvidemos que, por la propia rapidez del virus, las próximas tres semanas serán determinantes. Seamos responsables por nosotros, pero sobre todo por los más vulnerables, que en este momento son las niñas y niños.

 

 

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Fernando Manzanilla Prieto

Soy Fernando Manzanilla Prieto, desde hace 20 años la vida me ha dado el privilegio de servir a las familias poblanas. Mi mayor anhelo es que a mí Estado le vaya bien.