Réquiem por nuestra república

  • Paola Migoya
El Indesol era el brazo ejecutor de la política social ejercida desde el seno de los propios ciudada

El desmantelamiento institucional del Estado democrático está en marcha; desde los reiterados ataques a la casa y garante de la democracia, el INE, así como recientemente la desaparición del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol).  

Estos ataques a nuestras instituciones debieran levantarnos ya y no seguir de meros espectadores viendo como destruyen nuestro país.

No hay democracia sin sociedad civil

El Indesol fue creado en 1992 como exigencia y conquista de la sociedad civil organizada y tenía la importancia de ser una bisagra y pieza clave en el fomento a los proyectos de las OSC, tales como la capacitación, formación; investigación; documentación, divulgación y comunicación; vinculación; asesoría y orientación; información y rendición de cuentas; promoción de la cultura de género, democracia: y la administración a través de la Comisión de Fomento, el Registro de las OSC, y la famosa CLUNI.

López no entiende que no son concesiones, sino conquistas de los ciudadanos que surgieron como una respuesta para hacer frente al autoritarismo y llenar los vacíos del Estado. El objetivo del Indesol era fortalecer a esa parte de la sociedad que lucha, trabaja y deja el alma en los proyectos de las 45 mil organizaciones de la sociedad civil (OSC). Estas organizaciones que han sido golpeadas como nunca bajo este gobierno que encabeza López es una guerra declarada a la participación ciudadana y a los mexicanos.

El Indesol era esa bisagra donde se ejecutaba los proyectos que cohesionan, fortalecen y construyen un mejor país; en donde el Estado NO tiene capacidad ni los recursos para ello. Atacar de frente a las organizaciones con la desaparición de organismos como el Indesol  y el brutal recorte presupuestal, aunado a la reforma del 151 bis de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR), que han sido los responsables de cambios profundos en nuestra sociedad, para alcanzar una dinámica de corresponsabilidad y bien común, que nos han permitido mitigar problemas como la inequidad, la pobreza o la lacerante violencia que se ejerce diariamente contra la mujer en México. Estos son ejemplos de la gran labor del Indesol.

Pretender que sea solo mediante ocupar cargos de elección popular o concentrar el poder ineficiente en instituciones como la hoy fallida Secretaria del Bienestar, que en sólo tres años han provocado que haya más de 5 millones de pobres, más de 11 mujeres diarias asesinadas.  Es no comprender que las sociedades avanzadas son aquellas en las que se cuenta con organismos de participación con facultades vinculantes entre sociedad y gobierno. No sólo en exigir mejores políticas públicas, sino incidir en mejor marco normativo e institucional.

Los contrapesos son una fortaleza no una debilidad cuando se sabe darle cause y trabajar colectivamente en beneficio de las causas de la sociedad. El Indesol era el garante de tejer lazos que contribuyen a elevar la conciencia ciudadana en favor de causas justas y necesarias de los ciudadanos, era el brazo ejecutor de la política social ejercida desde el seno de los propios ciudadanos.

López destruye la sociedad colectiva y solidaria, que es destruir la fuerza social capaz de generar cambios. Atacar las instituciones de la sociedad civil es atacar a México, pues estas OSC luchan por las causas de las minorías, de los invisibles, llenan los vacíos del Estado, señalan injusticias y vulnerabilidades. Impulsamos agendas ciudadanas, elaboramos iniciativas de políticas públicas para empoderamiento de la sociedad y del individuo. Señalamos los abusos del poder.

Señalar el futuro de la sociedad civil es hablar del futuro de México

En el 2018 se votó por un cambio. ¿Qué futuro queremos para México? De posicionarnos ante la disyuntiva de si queremos una dictadura, un gobierno autoritario, paternalista y asistencialista o bien fomentar un México democrático, con instituciones fuertes y democráticas, transparente con rendición de cuentas, que defiende los derechos humanos, y la participación ciudadana incluyente.

Actualmente la transformación de la vida pública e institucional no puede explicarse sin la incidencia de las organizaciones civiles; que este gobierno está decidido a acabar con ellas o captarlas hasta asfixiarlas. La creación como la CNDH, Inmujeres, Injuve, INAI, INEGI y el INE son un claro ejemplo de esta lucha que son producto del esfuerzo y tenacidad de muchos activistas que no nos hemos rendido.

Las OSC y colectivos hemos impulsado leyes y reformas; entre las más importantes destacan: la reforma política ciudadana, que hizo posible las candidaturas independientes, la consulta popular, la iniciativa que dio paso a la primera iniciativa ciudadana de la historia de México, (Internet Libre para todos), la reelección como un mecanismo de rendición de cuentas, el Sistema Nacional Anticorrupción; la Ley de Víctimas, Ley de Alimentos, Ley de Transparencia y Rendición de Cuentas, entre otras.

El reto que enfrentamos como sociedad no sólo es revertir la desaparición de los organismos autónomos garantes de la democracia, si no que se tome conciencia de la importancia de estos en la vida pública del país. Las OSC son generadoras de bienes y servicios públicos; por cada $0.3 centavos que la SHCP deja de percibir, las OSC regresan $2.7 en servicios, y aportan más del 1.8% al PIB.

Tu libertad está en peligro; de nosotros depende luchar por nuestras instituciones democráticas.


(Paola Migoya fue secretaria Ejecutiva de la Ley de Fomento a Organizaciones de la Sociedad Civil Organizada 2012-2016)

 

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Paola Migoya

Licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Maestría en Educación y Gobierno por la Universidad de Alcalá de Henares, España. Activista y presidenta de Unidos por Puebla.