Nada escapa a las redes sociales. Es el gran receptáculo de la vida pública y privada. Allí, en los primeros días del nuevo año se suscitó una polémica, o escarceos con visos de polémica. Aunque en términos estrictos no escaló más que a unos cuantos intercambios de acusaciones anodinas y sin sustento, de una de las partes.

Para polemizar se precisa de por lo menos dos personas, una pizca de talento y otra más de respeto entre los que se hayan en pugna. Uno de los polemistas, quien la abrió, es Genaro Lozano, un intelectual y activista progresista sin tacha en redes sociales. Es conocido por su defensa del movimiento LGBTIQ+, lo que produce malestar en los biempensantes.

También es articulista en el periódico Reforma y conduce un programa de opinión en la televisión abierta. Es un hombre que está en el centro del debate público y por lo tanto es motivo de atención.

La contraparte (de la polémica) es una diputada por la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México, muy activa en redes sociales (montándose en los temas polémico: se dice perseguida y amenazada de muerte por sus críticas a Claudia Sheimbaum) y al parecer muy incompetente en su encargo.

Se llama América Rangel (su cuenta en Twitter es AmerangelLorenz, por si alguien la quiere seguir). A mi ver, aprovecha el cargo para hacerse campaña adelantada por la jefatura de gobierno en el 2024.

Mi sospecha es que la diputada omite deliberadamente su responsabilidad pública frente a los ciudadanos que (hay que decirlo) en mala hora la designaron su representante. En los hechos se trata de una legisladora más que va de un lugar a otro con las manos vacías. Que hace ruido, mucho ruido, en las redes para ocultar su incompetencia. Salvo, claro, que informe a sus representados sobre su desempeño legislativo. Cosa que se ha resistido a hacer; y razón principal del reclamo del especialista.

Lozano pondera la importancia de que la población, las personas, los ciudadanos, los individuos, ejerzan sus derechos de mandantes y establezca una relación orgánica con sus representantes populares.

No hay cifras al respecto, pero es de suponer que se trata de una minoría muy pequeña la que conoce el nombre de sus legisladores y sigue sus acciones en las cámaras. En términos estrictos, nadie sabe exactamente para qué sirve un diputado.

Lozano exige que esos gobernantes rindan cuentas transparentes a sus acciones, como está en las leyes; el internet es la herramienta por excelencia para hacerlo. Hay que escribirles y averiguar en las páginas de los congresos.

Por su investidura son sujetos obligados; amén de que en su momento protestaron respetar y hacer respetar la ley. Que informen qué leyes, qué iniciativas, puntos de acuerdo han gestionado, en qué asuntos del Congreso han tomado partido y de qué lado lo han hecho, y –tal vez lo más importante– cómo se beneficia la población con las acciones de sus legisladores.

El tema no es cualquier cosa, tiene que ver con la sospecha de que ciertos diputados encarecen en muchos millones de pesos su voto a la hora de aprobar las reformas más polémicas a la Constitución.

En las acusaciones del presidente López Obrador y su partido, Emilio Lozoya habría pagado miles de millones de pesos en sobornos a diputados a cambio de la aprobación de la Reforma Energética.

Se sabe que en el pasado, en el Congreso de la Unión se establecían camarillas que se encargaban de bajar recursos a las entidades y municipios a cambio de pagos que rondaban el 40 por ciento de comisión.

El reclamo inicial de Lozano fue: “Eres diputada de mi distrito, aunque yo no haya votado por ti, y dado que la página del Congreso CDMX no tiene la información, te vuelvo a preguntar, cuál es tu agenda legislativa, cuáles iniciativas has presentado, cuáles te han aprobado. Es mi derecho ciudadano pedirte esa información”.

A lo que ella respondió con la evasiva: “No eres periodista? investígale campeón, tampoco te voy a hacer la tarea”. De donde se desprendió el intercambio de mensajes y la participación de otros internautas.

En su comentario de ayer en Reforma, Lozano retoma el tema; señala contradicciones de la diputada como la promesa de año nuevo de “defender la libertad” individual y a su vez manifiesta su oposición al “derecho a decidir”, y su negativa a informar sobre sus eventuales resultados.

Sin embargo, el tema de fondo sigue siendo el cuestionamiento sobre su desempeño legislativo, sobre el que sigue sin haber respuesta. Independientemente de su lucha contra los progres, el socialismo y la ideología de género.

Concluye el autor que el ejemplo es perfecto para evidenciar la deficiencia de la calidad de nuestros representantes. La página del Congreso de la CDMX no tiene un solo dato para poder evaluar el trabajo de la diputada, pero tampoco el de uno sólo de sus 65 colegas legisladores de Morena, PRI y PRD.

“La democracia se nutre de la información disponible a la ciudadanía. La transparencia no es condición suficiente para evitar la corrupción o para evaluar el trabajo legislativo, pero sí es condición necesaria”.

Si por algún momento, el PAN se tradujo en la alternativa al predominio de Morena de un cuarto de siglo en la Ciudad México, se viene al suelo por las actitudes asumidas por la diputada en mención, y le otorgan la razón al presidente López Obrador en su cruzada contra la oposición. 

Chayo News

Yo tampoco conozco quienes son mis diputados local y federal. Menos acerca de su desempeño en el Congreso local y la Cámara de Diputados, y cuál es su posición en los grandes temas que demandan aprobación: INE, Reforma Eléctrica, revocación de mandato, calidad de la educación superior en riesgo, cumplimiento del principio de rendición de cuentas; gobernantes autócratas, prensa bajo amenaza, medio país en manos del crimen organizado.

Me reconozco como ciudadano irresponsable con mis deberes públicos. Comenzaré desde ya: averiguaré sus nombres, su agenda y su desempeño en lo que llevan en el cargo. Me parece que es un deber de todos; tan importante o más que salir a votar. Es la segunda parte del voto. Si todos lo hacemos, estoy seguro que lograremos mudar de sitio al mentado animal reumático.