Tal como lo advertí el 15 de diciembre del año pasado en este mismo espacio, el principal damnificado de no haberse aprobado el cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP) fue el presidente municipal de Puebla, ya que después de que el Congreso local aprobara en lo general dicho concepto, finalmente la mayoría de los diputados del PAN terminaron dándole la espalda y dejándolo sin los pretendidos recursos.

A la distancia no considero exagerado haber citado el dicho de "no juegues con fuego que te vas a quemar", porque al final de cuentas más de uno resultó quemado.

De nada sirvió que Eduardo Rivera Pérez hubiera sido arropado por el Consejo Coordinador Empresarial y la COPARMEX en pleno, si al final el peso específico recayó en los diputados panistas que no están alineados a los intereses de quién gobierna el municipio más grande del estado.

Otra de las consecuencias de este fallido intento es que el presidente municipal tendrá que remar contracorriente de cara al proceso electoral del 2024, que dicho sea de paso está a menos de dos años de iniciarse y el tiempo se pasa rápido.

Asimismo, evidencia que las fisuras dentro del PAN están más profundas de lo que aparentan y que el principal beneficiario será Morena, tal como sucedió hace tres años tras el fallecimiento del exgobernador Rafael Moreno Valle, cuya ausencia fue capitalizada por sus adversarios a tal grado que ni el gobierno interino pudieron conseguir, mucho menos la gubernatura en las elecciones de 2019.

No está por demás destacar que la nueva dirigencia estatal panista tiene frente a sí uno de los mayores retos de su historia a nivel el estatal, que es poner de acuerdo a las dos corrientes que conviven en un mismo "cuerpo" porque hasta ahora éstas parecen avanzar en rumbos opuestos, no solo diferentes.

Independientemente del destino que tenga este tipo de medidas, lo único que queda claro es que varios de los municipios más modestos del estado terminarán pagando más por el DAP que por el consumo de energía eléctrica en sus hogares, sobre todo aquellos de vocación rural que en sus calles sin pavimentar difícilmente aparece una luminaria.

En sentido contrario, municipios con mayor capacidad económica y más iluminación en sus amplias calles pavimentadas no van a pagar por dicho concepto aunque sus demarcaciones dejen de percibir ingresos millonarios.

Es parte del panorama de la Puebla de hoy, tan llena de contrastes en sus municipios como de sus gobernantes.