Cerremos el año con Angela Merkel

  • Laura Liliam García López
La científica reseteó el poder femenino en Europa y su discurso de despedida enalteció al feminismo

Angela Merkel, la mujer más poderosa del mundo y el modelo del empoderamiento femenino en Europa, en su discurso de despedida en la cámara baja del Parlamento alemán, el Bundestag, señaló: “Sí soy feminista y todas deberíamos serlo. No solo porque soy mujer, sino también porque como política he visto a lo largo del tiempo que a menos que se tomen medidas la situación cambiará muy poco."

En este gran discurso que dio en Alemania en septiembre de 2021, en el que se despidió del poder de 16 años como cancillera y 30 de diputada, se sumó a la bandera feminista: “El feminismo es la igualdad de hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida” y reflexionó, “lo que he dicho en el pasado sobre este aspecto ha sido un poco tímido; hoy mi opinión está más pensada y puedo decir: “sí, todas deberíamos ser feministas”.

Merkel se volvió más feminista en el cierre de su gran poderío. La mujer más poderosa del planeta por su capacidad de liderazgo, ahora es aliada del feminismo al considerarlo como “un movimiento de lucha para introducir la igualdad de género en la agenda social”. Una reacción de responsabilidad de género y de reticencia hacia la agenda feminista, ya que al principio de su mandato como cancillera, no reconocía al movimiento feminista, y no hizo campañas hacia la igualdad de género y la eliminación de la violencia machista.

Mujeres y poder es la conectividad de la aplicación de la perspectiva de género en las relaciones del poder y de la influencia del poder en las relaciones de género. El poder está determinado por las relaciones interpersonales, por tanto, siempre va a existir una asimetría en el control del poder. El poder femenino se ha incorporado en las estructuras del poder, la participación de las mujeres cada día es más visible en el poder público.

Mujeres y poder de Mary Beard, es un manifiesto de personajes femeninos poderosos como Penélope, Atenea, Angela Merkel, Theresa May, Hillary Clinton, Christine Lagarde, la Reina Isabel, Kamala Harris, Mackenzie Scott, entre muchas otras grandes lideresas de este planeta, que hace referencia a que las mujeres de poder son sometidas a un patrón masculino de sexismo y agresión de género; y que tienen que romper el techo de cristal para volverse grandes líderes y permear en las estructuras del poder.

Merkel rompió el techo de cristal. La científica del poder, “la física del poder”, fue la primera mujer en dirigir el gobierno en Alemania, la primera en presidir el G8, la segunda presidenta en el Consejo Europeo después de Margaret Thatcher; y la primera en liderar toda Europa. Cambio la visión de la política feminista a nivel global, aunque estuvo sometida al poder machista masculinizando su identidad política. La Mutti alemana, hoy sale a volatizar su discurso y a reconocer en sororidad la redistribución del poder y de las relaciones políticas en pro del feminismo.

La excancillera ha sido una power women, con hiperliderazgo femenino en un mundo en el que las mujeres sobresalen con gran dificultad en el mapa de poder global representado por acciones misóginas y machismo político; ya que implementó una agenda exitosa sobre la crisis económica y laboral, división del territorio regional europeo, política migratoria, política energética y nuclear, soluciones de guerra, cambio climático y pandemia por Covid- 19.

La importancia de que hoy Angela Merkel se sume al feminismo, es muestra de que las mujeres en espacios de poder son las protagonistas del cambio transformador en la agenda pública y en los derechos de igualdad. La forma en la que Merkel u otras mujeres de poder han adoptado el feminismo, asegura que más mujeres lleguen de forma plena y efectiva a la vida pública, eliminando la violencia de género y logrando la igualdad de derechos, ya que empoderan a todas las mujeres con su discurso.

El activismo del feminismo de Angela Merkel tras su salida del poder, “el fin de la era de Merkel”, como lo nombran muchos politólogos, deja un legado al movimiento feminista, en el que las mujeres tienen el poder de la voz en todas las esferas para resaltar los grandes cambios que se logran cuando las mujeres ocupan espacios de poder, y sobre todo de colocar a la agenda de género en la agenda internacional, para impulsar a que más mujeres rompan el techo de cristal.

Volvamos a su afirmación: “Si soy feminista y todas deberíamos serlo”, esta insignia la hizo en referencia al libro “Todos deberíamos ser feministas”, We should all be feminist, de Chimamanda Ngozi Adichie, en el que debemos de analizar su postura y sostener que todas y todos debemos de crear conciencia y abrir el debate del por qué debemos de ser feministas para lograr la igualdad de género.

La empatía hacia el feminismo de Angela Merkel al final de su mandato debe de hacernos reflexionar sobre lo elocuente y perspicaz que ha sido que en su discurso de despedida se enfocara hacia el reconocimiento del poder femenino y de exponer que la igualdad de género es el mecanismo afirmativo para lograr un mundo más justo y más equitativo.

Despedir el año con Angela Merkel es tan conmovedor como despedir a la mujer lideresa que cambió la forma de hacer política de género en el planeta. Hay que cerrar el año reconociendo que Merkel no sólo fue la mujer más poderosa del mundo por más de una década, sino que elevó el empoderamiento femenino a la profesionalización del poder y que no solo rompió el techo de cristal, sino que al final del año elevó al feminismo.

Romper las barreras del poder fue el ejercicio que cerró el año para Angela Merkel. Sin duda su discurso nos traerá un cambio transformador para la política femenina hacia la igualdad de género. Cerremos el año con su postura, aprendamos de Merkel, quien al final de su mandato y al final del año tomo la decisión de reivindicarse y de subir en agenda su postura feminista para empoderar a más mujeres.

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Laura Liliam García López

Presidenta de Paritè emprendimiento de género. Doctora en Derecho-CONACYT. Abogada y Maestra en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas BUAP. Doctorante en Estudios Legislativos de Género y Paridad CONACYT