Huérfanos del Covid, damnificados de la pandemia

  • Fernando Manzanilla Prieto
En nuestro país la pandemia había dejado en la orfandad a más de 141 mil niñas y niños

Recientemente, la revista The Lancet publicó un estudio que señala que, hasta el momento, la pandemia del Covid ha dejado más de 2 millones de huérfanos a nivel global. Es decir que, por cada 2 muertes relacionadas con el Covid, un menor de 18 años ha quedado en la orfandad. En otras palabras, cada 12 segundos esta pandemia deja a un menor de edad, sin la persona que solía cuidarlo.

El mismo estudio reporta que México es el país con el mayor número de huérfanos por Covid en el mundo. De acuerdo con investigadores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el Banco Mundial y varias universidades del Reino Unido, al mes de abril de este año, en nuestro país la pandemia había dejado en la orfandad a más de 141 mil niñas y niños, ya sea porque habían perdido a su madre, a su padre, o a ambos; o bien, porque habían perdido a quien se encargaba de cuidarlos, como por ejemplo alguno de sus abuelos. Según esta estimación, a estas alturas de la tercera oleada, la cifra de huérfanos por Covid podría estar rondando ya los 200 mil, muy por encima de Estados Unidos, India y Brasil.

La pregunta obvia es ¿qué estamos haciendo como sociedad, para ayudar a esta generación de huérfanos por Covid? En marzo pasado, en este mismo espacio, publiqué un artículo titulado “Urgen apoyos a huérfanos y dependientes de fallecidos por Covid”. En aquel momento teníamos dos problemas: el primero era que no se contaba con un registro nacional preciso de huérfanos producto de la pandemia. Así lo había revelado un sondeo realizado por Grupo Imagen, que descubrió que, de los 32 estados de la república, en 16 entidades federativas se carecía de registro y seguimiento de estos menores. Un segundo problema era que, donde sí se llevaba un registro de huérfanos, no se contaba con un plan o un programa de apoyo para ayudarlos a salir adelante.

Pensando en esta problemática, presenté un Punto de Acuerdo en la Cámara de Diputados exhortando a la Secretaría de Bienestar del Gobierno federal a dos cosas: primero, a que, en coordinación con los gobiernos de los estados, se integrara y actualizara un Padrón Nacional de Dependientes de Familiares Fallecidos por Covid. Lo que, al parecer, ya se logró solucionar.

Y segundo, a que se diseñara e implementara un Programa Nacional de Apoyo a Familiares de Víctimas de Covid que evaluara y, en su caso, definiera, los apoyos necesarios a niñas, niños, jóvenes y adolescentes huérfanos por Covid, pero también a personas con discapacidad y adultos mayores que hubieran quedado en el desamparo por esta enfermedad.

Como lo señalé en su momento, no se trata de crear nuevos programas de asistencia o de apoyo, sino de canalizar los ya existentes para que este universo de mexicanas y mexicanos reciba el apoyo que necesita. Como lo comenté desde entonces, actualmente existen programas para adultos mayores y jóvenes en situación de vulnerabilidad, por lo que solo se requeriría incluir a la población que ha quedado desamparada a raíz de la pandemia. Y el sistema DIF también cuenta con programas de atención a menores que pueden incluir a quienes perdieron recientemente a sus padres por la pandemia.

La revista The Lancet recomienda que, para enfrentar de la mejor manera esta ola de orfandad producto de la pandemia, es necesario avanzar en 3 vertientes de acción inmediata: primero, en la prevención, aplicando vacunas a todos los adultos encargados de cuidar menores; segundo, preparando a las familias extendidas para que sepan qué hacer y cómo tratar de la mejor manera a un nuevo integrante que perdió a su madre o a su padre; y, tercero, protegiendo a los menores que han sufrido esta situación mediante apoyos, precisamente, a las familias extendidas que se encargarán de cuidarlos.

Hoy sabemos cuántos huérfanos hay y dónde están. El siguiente paso es garantizarles toda la protección necesaria de las instituciones del Estado mexicano para salir adelante. Justo eso hicimos con los damnificados de los sismos y logramos que toda esa generación superara aquella tragedia. Como país tenemos que hacer lo mismo con los “damnificados” de la pandemia. Solo así nos aseguraremos de que estos menores y adolescentes tengan siempre presente que cuando lo necesitaron, estuvimos ahí para apoyarlos y solidarizarnos con todos ellos.

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Fernando Manzanilla Prieto

Soy Fernando Manzanilla Prieto, desde hace 20 años la vida me ha dado el privilegio de servir a las familias poblanas. Mi mayor anhelo es que a mí Estado le vaya bien.