La reacción de la diputada de Morena, Patricia Armendáriz ante la carta que el Presidente de la República envió a los diputados de la Unión Europea, es sintomática de lo que puede estar pasando en ese partido y en el gobierno federal.

Cuando conoció dicha carta, la diputada consideró que era falsa, y la calificó como “burdo escrito”. Pidió a la Secretaría de Relaciones Exteriores que denunciara esa falsedad. Pero en cuanto se enteró de que realmente el Presidente había redactado y enviado el texto, la diputada rectificó y lo aceptó.

Puede pasar con muchas de las cosas que hace el Presidente. Si los miembros de su partido no supieran que son obra de él, las rechazarían. Si las aceptan es sólo por disciplina institucional, llamémosle así.

Y puede ser que acepten las políticas presidenciales en público, pero que las rechacen en privado, o en la intimidad de sus opiniones personales. La unidad del partido en el poder, y del gobierno, serían algo ficticio, aparente. Al menos en ciertos casos, más o menos numerosos.

Estaríamos así en la antesala de una ruptura de lo que desde 2018 ha sido la fuerza política predominante. El partido en el poder ejecutivo, con mayoría en las dos cámaras y con una importante influencia en la Suprema Corte de Justicia.

Esta lealtad institucional al primer mandatario se mantiene por razones personales, pragmáticas y de proyecto político. Pero hay indicios varios de que la lealtad a esto último está erosionándose, por una razón: no se ve claro en qué consiste ese proyecto.

Ha habido calificativos mucho más severos para el “burdo escrito”. Sin duda hace quedar muy mal al Presidente. Pero hay quienes lo interpretan del mismo modo que interpretaban algunos dislates de Donald Trump: no le está hablando al mundo, ni a los críticos, sino a su base electoral.

Pudiera ser. Pudiera tratarse, más que de un error diplomático y político, de una inteligente estrategia para mantener su aceptación entre sus simpatizantes.

Pero, si vemos otras acciones del Presidente, podríamos considerar que se trata de un error que acabará dañándolo a él, a su gobierno, a nuestro país. Hay otras acciones del Presidente que pueden considerarse errores: mantener en la Fiscalía a Gertz Manero, el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya. Y otras. El tiempo aclarará las cosas.