Cambiar el mundo con la música

  • Xavier Gutiérrez
Un extraordinario músico poblano, Joaquín Borges, está demostrando que sí se puede

¿La música para contrarrestar la inseguridad?, ¿la música para rescatar del riesgo de las cadenas delictivas a los chicos?, ¿la música para recomponer hogares?, ¿la música para integrar a la familia en zonas populares conflictivas o riesgosas?

Sí, ¿por qué no?

Al menos mucho de esto lo ha probado y demostrado el destacado músico (director, compositor, arreglista, pianista…): Joaquín Borges.

Hace tres años arrancó en Villahermosa, Tabasco un ambicioso proyecto con esta intención. Al cabo de ese tiempo ha obtenido resultados extraordinarios. El alcalde de Centro -que así se denomina la capital municipal de Tabasco-, lo convocó para enfrentar ese reto. Se fijaron metas claras, rutas y objetivos.

Y arrancaron. Seleccionaron las 500 comunidades y colonias de mayor conflicto social en esa ciudad. Invitaron a niños con un mínimo gusto o inclinación por la música. Seleccionaron a 27 maestros de música y empezaron a reclutar a alumnos. La idea era integrar una orquesta sinfónica con 500 chicos.

Empezaron por descubrir niños con una natural vocación para tocar instrumentos o cantar. Algunos con cualidades potenciales para la música. Joaquín, batuta al canto, empezó a articular las clases, el adiestramiento, la coordinación de los profesores como hilo conductor.

Empezaron de cero. Había que enseñarles a los chicos a leer música, a sistematizar su gusto y la enseñanza. Algunos eran de familias desintegradas, otros de zonas asoladas por la delincuencia, otros más bajo el acoso de las bandas ligadas al consumo de drogas.

Durante meses fueron superando todos los obstáculos.

De pronto llegó la pandemia. De momento todo se paralizó. Parecía que el proyecto llegaría a un punto de quiebre. Tuvieron temor del fracaso. Pero, al contrario, el riesgo de contagio masivo fue un desafío para mirar más alto, llegar más lejos.

El ayuntamiento de Villahermosa, resuelto a superar todos los obstáculos, le brindó a Borges todo el respaldo: se multiplicaron instrumentos, tablets, celulares y becas para los chamacos. Por cierto, poco más del cincuenta por ciento son niñas.

A distancia redoblaron la capacitación. Largas jornadas de ensayos, ensambles, juntas con paterfamilias, explicación del proyecto por los medios. El proyecto se convirtió en una causa, los padres se sumaron. Al poco tiempo se vieron notables resultados más allá de la música.

En los niños surgió una disciplina por gusto y esfuerzo propio; en muchos mejoraron sus calificaciones escolares; las familias en conflicto se unificaron en torno a los pequeños músicos; y hasta encontraron indicios de genialidad en algunos de los niños aprendices.

El concierto virtual de los 500 integrantes de la Orquesta Sinfónica de Villahermosa fue un rotundo éxito. Provocó el aplauso, la aprobación y el entusiasmo de toda sociedad.

Observaron cómo la fórmula de unir voluntades por medio de la música provocó en los niños una notable socialización, los apartó de riesgos de conductas delictivas, despertó en los padres primero la curiosidad, luego la sorpresa y finalmente la decisión resuelta de ser parte del proyecto.

Todo mundo se dio cuenta de que la música puede tener efectos muchísimo más allá del momento placentero. Ha empezado a cambiar gradualmente la vida de niños y familias, muy probablemente ha despertado vocaciones firmes para el futuro de algunos chicos.

Pero algo más, el ayuntamiento y Borge consiguieron que la Secretaría de Educación Pública otorgue la certificación a los estudios de tres años de los niños en esta disciplina, de manera que los coloca con un peldaño hacia su futura preparación como músicos profesionales si así lo deciden.

Todo esto probablemente no llamaría especialmente la atención para Puebla, de no ser por un pequeño gran detalle: el alma musical del exitoso proyecto es de un poblano, el maestro Joaquín Borges.

Joaquín nació en la capital del país, pero hace muchos años radica en Puebla, aquí tiene ya profundas raíces. Él poseé una trayectoria brillante. Inició en Europa, con estudios y luego experiencias profesionales de alto nivel. Ha grabado docenas de discos y brindado su experiencia como docente, director, arreglista, compositor y pianista, lo mismo a artistas de renombre nacional que a instituciones de México y otros países.

En alguna entrevista en un programa de radio, Borges decía que el medio en el que se mueve el artista es muy proclive a sucumbir ante la vanidad, el ego y el juego del yo-yo.

Sin embargo, expresó que por encima de todo eso el artista tiene que ser fiel a sus raíces, consecuente con su compromiso con la sociedad y, sobre todo, dejar un legado que despierte conciencias, vocaciones, cualidades, descubrir y alentar a pequeños genios, y aportarle a la sociedad esta maravillosa herramienta que es la música para disfrutar y crecer como ser humano.

xgt49@yahoo.com.mx

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.