Incidencia delictiva, el destino nos alcanzó

  • Facundo Rosas Rosas
El incremento en delitos entre enero y mayo de 2020 y el mismo periodo de 2021 fue de 68.6%

Por fatal que resulte el título de esta primera entrega con cifras comparativas sobre incidencia delictiva en Puebla al mes de mayo del año en curso, la realidad es que la tendencia de los 5 primeros meses del año, impulsada por el semáforo epidemiológico en verde, indica que 2021 podría cerrar por encima de los 72 mil delitos totales, cantidad muy lejana a los 51 mil de 2016 pero muy cercana a los 76 mil 500 de 2019, el peor de los últimos 5 años.

Esta proyección se sustenta en la premisa de que entre enero y mayo de 2020 y el mismo periodo de 2021, la incidencia de delitos en la entidad poblana creció en 19.2%, en particular se incrementaron las amenazas y el despojo en 65%, daño en propiedad ajena 68%, robo en transporte público colectivo 80%, abuso de confianza 82%, robo en transporte individual 113%, fraude 140%, narcomenudeo 161%, robo de autopartes 271% y trata de personas 1,000%, así como lo oyó 10 veces más trata de personas.

Lo que queda claro es que ninguno de estos delitos apareció por generación espontánea, sino que es resultado de la violencia contenida por el confinamiento y que en la medida en que se fue reabriendo la actividad económica, aparecieron en la misma escena las potenciales víctimas y los delincuentes, lo mismo a bordo de vehículos particulares que en transporte público, consumiendo algún tipo de droga o aprovechándose el uno del otro.

No está por demás recordar que la pandemia contribuyó en que la incidencia de delitos disminuyera drásticamente durante los primeros dos meses de encierro (abril y mayo de 2020), lo cual fue celebrado por algunas autoridades, pero transcurrido el mes de junio del 2020, gradualmente las personas fueron rompiendo el confinamiento hasta vencerlo casi en su totalidad entre abril y mayo de 2021, meses en los que todo volvió a la normalidad, incluida la actividad delictiva.

Si a nivel estatal resulta dramática la recuperación de la incidencia de delitos del fuero común, en el plano municipal las cosas están peor en virtud de que su disminución al inicio del encierro por la pandemia fue casi exponencial, situación entendible en razón de que las zonas que tuvieron un confinamiento más férreo fueron las de carácter urbano como la capital poblana.

En esta tesitura, el incremento en los delitos entre enero y mayo de 2020 y el mismo periodo de 2021 en el municipio de Puebla fue de 68.6%, es decir más del triple que a nivel estatal, destacando el robo en sus diversas modalidades con 41% y el narcomenudeo con 142%. En cuanto al robo a transeúnte, éste creció 281%, el robo en transporte individual 352% y el robo de autopartes 550%; conste que por más escandalosas que suenen éstas cifras, no están equivocadas y mucho menos manipuladas ya que las fuentes son la Fiscalía General del Estado y el Sistema Nacional de Seguridad Pública. 

Y si los indicadores de los diversos tipos de robo son alarmantes, más lo son los correspondientes al abuso de confianza que aumentó 593%, mientras que el fraude se incrementó 784%, el daño en propiedad ajena 801%, el despojo 1,130%, la trata de personas 1,200% y las amenazas 3,511%, así como lo oyó, más de 35 veces más amenazas.

Una buena noticia en medio de tantas malas es que antes de que finalice el año habrá relevo en la administración municipal y si los primeros meses de gobierno los pudiéramos comparar con los primeros partidos de un director técnico de un equipo de futbol, el presidente municipal entrante está obligado a ganarlos todos para posteriormente consolidar su estrategia de seguridad.

Por el bien de todos es mejor que le vaya bien ya que la seguridad es una asignatura que se ha venido postergando en los recientes años, con mayor razón en 2020 cuando la pandemia vino a dar un respiro a las autoridades municipales y estatales. Es deseable que el reciente acercamiento entre los dos niveles de gobierno rinda frutos en el corto plazo, de lo contrario estaremos cerrando con las cifras antes descritas.

No debería echarse en saco roto la oportunidad que brinda el “socavón” de Santa María Zacatepec desviando la atención hacia un tema importante pero menos urgente que la inseguridad y la reactivación económica en una ciudad que resultó severamente afectada por el coronavirus.

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Facundo Rosas Rosas

Ingeniero por la UAM donde obtuvo la Medalla al Mérito Universitario. Estudió maestrías en Administración, así como en Seguridad Pública y Derechos Humanos. Fue capacitado en inteligencia y análisis en EU, Colombia e Iraq. A lo largo de 25 años ha sido servidor público en dependencias estatales y federales en materia de Seguridad Pública y Seguridad Nacional.