En el contexto del proceso electoral 2021, vemos que hoy más que nunca, los candidatos y candidatas a distintos puestos de elección popular usan, incluso de forma exagerada la frase “candidato ciudadano”.

Si tomáramos la frase literalmente, sería algo absurdo, pues todos somos ciudadanos, y por ello, cualquier persona así sea candidato o no, es un ciudadano. Aun así, todos entendemos el porqué de usar esa frase. Es evidente que hay un hartazgo social por la política en la mayoría de las personas. Los políticos, durante muchos años se han encargado de que así sea.

Pareciera que los políticos actuales (que muchos son los mismos de siempre), creen que por usar la palabra “ciudadanos” se nos olvidará que son políticos. Como si la palabra por sí sola pudiera redimir a todo su gremio y a nosotros nos llevara a un pensamiento de: “oh, no es político, es ciudadano, entonces sí votaré por él”. Algo que llega a caer en el absurdo.

La realidad es que, no encuentro una agenda que en verdad sea ciudadana en ningún candidato ni candidata. No hay propuestas que empoderen a la ciudadanía y le quiten poder a los políticos. Esa sería una verdadera agenda ciudadana. De hecho, al contrario, vemos las propuestas repetitivas de siempre. llegando hasta lo irrisorio al prometer cosas que no están en el ámbito del puesto al que están aspirando.

Me contaban vecinos de una junta auxiliar, que el fin de semana pasado, llegó un candidato a diputado federal, que prometió que pavimentaría las calles, sí, de risa loca. En una unidad habitacional, una candidata, también a diputada federal, dijo que si votaban por ella, habría más seguridad. En ambos casos dijeron que eran candidatos ciudadanos, cuando, en ambos casos toda su vida se han dedicado a la política.

Pero, ¿quién sería entonces un candidato ciudadano? La respuesta es fácil: alguien que haya emergido de la ciudadanía, ya sea de algún grupo de la sociedad civil, o bien, que simplemente no haya tenido ningún puesto político nunca. Y sí, hay algunos actores y actoras dentro de la política actual que tienen esta característica, pero son contados; contados con los dedos de una mano; y sobran dedos.

Creo que un político de cepa, sí podría llamarse candidato ciudadano, si su agenda fuera ciudadana. Pero ni eso. No hay quien hable del empoderamiento de los ciudadanos. Nadie habla de los derechos humanos y la búsqueda de su respeto y cumplimiento. No proponen el facilitar que cualquier persona pueda hacer una propuesta de ley y presentarla al legislativo. Los temas como consulta ciudadana o plebiscito, que son totalmente ciudadanos, se han politizado, y se tocan de vez en cuando en campañas, pero solo ahí quedan. Los políticos que hoy piden el voto diciendo que son ciudadanos, cuando ya estuvieron en puestos de política, no hicieron nada para llevarlos a cabo.

Nosotros, los que sí somos ciudadanos y ciudadanas lejanos a la política, tenemos la capacidad de decidir con nuestro voto, y así el derecho de exigir el cumplimiento de una agenda que verdaderamente nos represente. Salgamos a votar, promovamos que todos y todas salgan a votar. Ese, nuestro voto, es la herramienta donde inicia la verdadera democracia.

Rescoldos.

Se trata de ciudadanizar a la política, pero se han encargado de politizar a la ciudadanía. Debemos buscar que haya tanta ciudadanía como sea posible, y solo la política que sea necesaria.

Rafael Reyes Ruiz

@RafaActivista

rafaactivista@gmail.com