Vicente Rojo: objeto, línea, letra y color

  • Elvia de la Barquera
Falleció Vicente Rojo a pocos días de su onomástico, el 17 de marzo

Vicente Rojo nació en 1932 en Barcelona, ahí estudia en la Escuela Elemental de Trabajo, llega a México en 1949 donde vivió hasta su muerte y donde participó en diferentes talleres de La Esmeralda (de 1959 a 1953) y del INBA.

Dedica gran parte de su vida al trabajo editorial, por ejemplo, fue cofundador de la Revista Artes de México, así como de Ediciones Era. En ambos casos fue director artístico, así como lo fue de los suplementos México en la Cultura (Novedades), La Cultura en México (revista Siempre), la Revista de la Universidad (UNAM) y La Gaceta (FCE).

Fue diseñador gráfico de la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM; de la Revista de Bellas Artes (INBA), de Plural (con Ramón Puyol), de Artes Visuales del Museo de Arte Moderno, de México en el Arte y de La Jornada.

Diseñó para obras literarias de Octavio Paz, José Emilio Pacheco, José Miguel Ullán, Álvaro Mutis, David Huerta y Fernando del Paso. También realiza diferentes escenografías teatrales.

En 1978 obtuvo la beca Guggenheim, y en 1991 recibe dos premios: el Nacional de Artes y México (diseño).

Así, se convirtió o mejor, dicho, se forjó como promotor y difusor del arte en México durante la segunda mitad del XX.

Como pintor, fue de los más renombrados de la renovación artista de 1950-1960, un movimiento sin manifiesto, sin eje unificador, pero que los estudiosos y críticos del arte reconocen como la generación que rompió esquemas, que platearon diferencias con los artistas predecesores, con aquellos que se marcaron por una definición estética nacionalista posrevolucionaria. Este nuevo estadio artístico denominado la Ruptura por Teresa del Conde, involucra a artistas como Vicente Rojo, Lilia Carrillo, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, entre otros, y la autora ubica sus inicios entre 1957 y 1958.

En cuanto a su trabajo artístico, Rojo solía trabajar por series, cada una con un título, una temporalidad delimitada, una intencionalidad definida y varios conceptos a reflexionar. Así, por ejemplo, en Artefacto (1968)  utiliza la experiencia estética para fomentar el cuestionamiento de la vida cotidiana sumergida en el capitalismo, motivando por diferencias sensoriales, manipulando y combinando la imagen con el objeto, eliminando la utilidad.  Mientras que en Señales (1966-1972) se centra en la elaboración de varias obras al mismo tiempo, con la finalidad de cuestionar mitos y términos ideológicos como “inspiración”, “individualidad” y “autoría”. En Negaciones (1971-1974), los planteamientos van contra su ego, es la despersonalización de su propio trabajo.

Formalmente su protagonista es la geometría, la línea limpia y pura, misma que suele contrastar con texturas y veladuras. Pero, en lugar de dos planteamientos paralelos o contrapuestas, son como dos madejas que se entrelazan en un bucle, siempre en espiral, en un movimiento generado por la tensión consecuente de esta dicotomía. A este respecto, Manrique (Plural, 1973) escribe sobre la obra de Rojo:

“ Parecería que el pintor no llegará a decidirse entre dos posibilidades opuestas. Por  un lado el deseo de alcanzar una actualidad, una modernidad que en los últimos años se manifestaría como una clara tendencia hacia lo geométrico; por otro lado su apego a un lirismo, casi a una actitud romántica, al gusto por el refinamiento pictórico, que podría advertirse en el uso de texturas sutiles, de colores cuidadosamente matizados, de grafismos y gestos plásticos.”

 

Rojo enriqueció y propició un viraje en la industria editorial mexicana, no sólo por los arriesgados diseños del momento, sino por el contenido artístico, además de la incorporación de tecnologías. México le debe mucho a Vicente Rojo, no únicamente por sus aportaciones estéticas, sino por su esfuerzo incansable en la difusión de la cultura, en el fomento a la lectura, en sus novedosas propuestas para ver de maneras diferentes los libros y los objetos, y en la innovación en todas y cada una de las disciplinas abarcadas por el artista. QDEP.

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Elvia de la Barquera

Egresada de Antropología UDLAP, Bellas Artes Universidad de Barcelona y Doctorada en Espacio Público: Arte-Sociedad UB. Artista, investigadora, docente y Crítica de Arte con publicaciones varias