Detener a traficantes

  • Eduardo García Anguiano
Delincuencia organizada no es sinónimo de narcotraficantes como popularmente se cree

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estima que aproximadamente hay tres millones de entradas ilegales anualmente a los Estados Unidos de América y, que los migrantes entran clandestinamente en camiones, a pie, cruzan el río e incluso por túneles especiales.

 

En abril de 2003 entró en vigor en nuestro país la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, a la que más adelante se le agregaron sus tres protocolos, entre ellos el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños.

 

En la Convención se establece que por tráfico ilícito o contrabando de migrantes se entiende la facilitación del cruce ilegal de fronteras o de la residencia ilegal con objeto de obtener un beneficio financiero u otro beneficio material.

 

Por lo que el anuncio de que el gobierno de nuestro país y el de los Estados Unidos están en la disposición de “sumar voluntades en el combate al tráfico de personas y protección de los derechos humanos, sobre todo de niñas y niños”, viene a reforzar el propósito de la Convención.

 

No se trata de combatir a migrantes que por su voluntad buscan otros destinos más allá de su tierra natal, sino de controlar a los traficantes de personas que, por diversas vías como la navegación marítima y la trasportación terrestre, hacen posible que se trasladen personas y se internen en un país sin cumplir los requisitos legales de entrada.

 

¿Se han puesto a pensar cómo es que llegan personas originarias de oriente o África a las costas de México o Centroamérica? veamos:

 

Modo de transportación.- Por supuesto que los migrantes no llegan a nado limpio, emulando a las caravanas por tierra, sino pagando a traficantes para ser trasladados en contenedores por barco y entrar ilegalmente al territorio de los países.

 

Temporalidad.- El tráfico de migrantes nos es sólo del mundo de hoy, ha sido una práctica que se ha ido sofisticando, pues el delito tiene su propia dinámica a la que no son ajenas diversas fuerzas del orden de los Estados. 

 

El escritor Charles Dickens expresó: “El número de malhechores no autoriza el crimen.”

 

secretariadoejecutivo1313@gmail.com

8 de abril de 2021

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Eduardo García Anguiano

Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y gobiernos locales en áreas de seguridad, gobierno y salud. Ha sido profesor en: UDLAP, IMIDECIP, Instituto Técnico de Formación Policial de la CDMX y en el INAP.