Apología de la sobriedad de Pepe Mujica

  • Xavier Gutiérrez
Su legado en discursos, entrevistas, libros, es un nutriente vigente para estos tiempos

En tiempos pandémicos como este, de aislamiento, soledad, reflexión, introspección, en algunos casos de ansiedad. En estos tiempos, en que para ciertos sectores el ansia por salir a consumir desaforadamente es vital, vale la pena echar un vistazo a personajes como don Pepe Mujica.

Don Pepe, el expresidente de Uruguay, es un tipo como de libro. De hecho, muchos libros se han escrito sobre él, además de miles de artículos, entrevistas, documentales.

Cuando fue presidente de Uruguay (de 2010 a 2015) fue considerado por algunos como “el presidente más pobre del mundo”. Explicable este concepto, si se le compara con las ventajas y modo de vida que llevan la mayoría de los mandatarios.

En realidad es un hombre modesto, sobrio, culto -sin licenciaturas universitarias- ex guerrillero, agricultor, sobreviviente luego de recibir 6 balazos y sufrir 14 años de cárcel, y dedicado, antes y después de ser presidente, al campo, a cultivar y vender flores.

Es saludable,  por la sapiencia acumulada durante su intensa vida, revisar algunos conceptos de este uruguayo de dimensión universal.

Sus ideas con alma, dan luz, son buena guía o inspiración en los días que corren.

Veamos algunas de sus reflexiones:

“En sociedades como esta, el hombre corre el riesgo de vivir su vida como un agente comprador y nada más. Esto no quiere decir que no haya que comprar nada, no se puede vivir del aire; quiere decir que tenés que liberarte de la esclavitud. Comprás lo necesario para vivir, pero hacés también otras actividades.”

“La felicidad no es una cuestión material. Necesitar poco es el camino más corto para tener libertad, para tener tiempo disponible para gastarlo en lo que a uno le gusta o le apasiona. A veces pueden ser los afectos, la relación con la familia, con los hijos. A veces, dedicar tiempo a un arte, una artesanía, un deporte.”

“Nuestra civilización consumista, la sociedad de mercado en la que nos toca vivir hoy, está sometida a este dilema: el crecimiento económico es más o menos aritmético, y el crecimiento de la expectativa es geométrico. Entonces vivimos eternamente disconformes y deseando más.”

“La enseñanza viene de la mano de la cultura, y las mujeres son las transmisoras de cultura. Pero como vivimos en una sociedad de carácter capitalista y determinada en su rumbo por los vaivenes del mercado, nuestra cultura es funcional a la necesidad del mercado y no necesariamente funcional a las necesidades de la vida.”

“La cultura contemporánea no es funcional a la vida. Entonces, que nuestros tontos de entrada derrochen: que dejen la llave abierta y se vaya el agua, que no apaguen la luz, que rompan las cosas, que tiren lo que se les antoje por la calle…Todo eso es funcional al mercado, pero no es funcional a la vida. Después queremos cuidar al medioambiente; pero no educamos a nuestros críos, desde abajo, tratando de crear una cultura que ampare y defienda la vida.”

“Esto no es una apología de pobreza, esto es una apología de la sobriedad. Pero como hemos inventado una  sociedad de consumo, consumista, y la economía tiene que crecer porque si no crece es una tragedia, inventamos una montaña de consumo superfluo. “

“Y hay que vivir comprando y tirando, y lo que estamos gastando es tiempo de vida; porque cuando yo compro algo -o tú- no lo compramos con plata, lo compramos con el tiempo de vida que tuvimos que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder libertad.”

“Nuestra cultura globalizada, funcional a esta etapa del capitalismo, es la misma que impera por todas partes. Quisiéramos consumir como los europeos, quisiéramos consumir  como los norteamericanos. Es una cultura que nos impele a deber, a vivir pagando cuotas, a multiplicar por todas las formas nuestra forma de ingreso, siempre persiguiendo una supuesta felicidad que significa tener, en lugar de ser.”

“No podemos escapar a esa realidad por más que nos demos cuenta, está prendida en el seno de nuestro pueblo. Capitalizarse y ahorrar en esas condiciones es una proeza política no muy fácil de llevar adelante, y este es el desafío de los futuros años que tiene por delante nuestra América Latina.”

“Esto es como aprender a cruzar la calle: el tráfico no va a dejar de existir. Tenés que aprender a cruzar la calle y que no te pisen. Sencillamente. Aprender a andar en esta vida y que no te arrastren. No puede ser que una campaña de “compre esto” o “compre lo otro”nos  esclavice en masa.

“Yo no puedo cambiar el mundo, puedo pelear para que el mundo no me consuma, no me lleve hacia el mismísimo matadero. Y creo que vale la pena luchar por eso. Creo que la gente joven es sensible a esto. “

“En todo el mundo la gente joven va entendiendo estos problemas: en Estados Unidos, Japón, Turquía, Alemania, Inglaterra, México, Brasil, en todas partes…La gente joven es la que está más cerca de entenderlo. No quiere decir que pueda enfrentarlo o dominarlo, pero es consciente de que este animal existe. Por eso no todo está perdido.”

El ideario de este hombre, don José Mujica, es muy rico, es vigente, es alentador. Siembra el debate y estimula la esperanza.

Recurrir a él en estos tiempos es una buena inversión.

xgt49@yahoo.com.mx

 

 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.