La contemporaneidad en un espacio histórico

  • Elvia de la Barquera
La permanencia en el Zócalo poblano de dos esculturas está en entredicho

 

Murió Vicente Rojo, uno de los protagonistas de La Ruptura, movimiento artístico que buscaba cambiar el rumbo que trazó el nacionalismo posrevolucionario. Un artista extranjero que dio a México su talento, sus propuestas y su creatividad. Pronto escribiré sobre la importancia de este singular artista en el devenir de la historia del arte en México.

 

 

Mucho se ha discutido sobre la conveniencia de quitar o dejar la obra Refugio de Jan Hendrix, un artista contemporáneo que nos ha mostrado parte de su obra en la Galería de Arte Contemporáneo y Diseño, y en el Museo Amparo. Sus técnicas y disciplinas más frecuentadas son el grabado, dibujo y metal recortado, y su temática dominante es la naturaleza, inspirándose en las sombras, perpetrando estos reflejos tan instantáneos como irrepetibles, materializando en la perdurabilidad lo que en realidad es visual y fugaz.

El zócalo de Puebla, el primer espació público de la ciudad, ha sufrido diferentes intervenciones de remozamiento, reconstrucción, cambio en el contenido y disposición del mobiliario, del equipamiento y distribución de espacios. Ha albergado varias esculturas importantes, entre ellas dos Canovas (Venus y Heve de 1897) y un Ortiz Monasterio (Monumento al Sitio de Puebla de 1943). Por qué se retiraron, a dónde están, son preguntas cuya posibilidad de respuesta estremece. Pero qué engalanada estaría nuestra plaza mayor si aún tuviera dichas esculturas.

Actualmente se conservan 4 esculturas representantes del Modernismo: las Cuatro Estaciones de Alberto Atolini, donación de las colonias española, alemana, italiana y sirio-libanesa afincadas en esta ciudad. Además, al lado poniente hay un par de ángeles conformando el monumento Puebla Patrimonio de la Humanidad obra de De Santiago (2001). Al extremo opuesto está la pieza Refugio de Jan Hendrix, inaugurada en 2009. Son estas dos últimas cuya permanencia está en entredicho, así que veamos las aportaciones de cada una:

Refugio:

1.- Es una pieza de arte contemporáneo, con un sustento conceptual fundamentado en su entorno inmediato: los árboles. La transparencia que generan sus oquedades permiten contacto visual, no corta el espacio. Es un paisaje dentro de otro paisaje.

2.- La propuesta tiene una vinculación histórica, ya que se ha basado en el antiguo Kiosco de Eduardo Tamariz de 1883, emulando su base circular y la filigrana de los ornatos de su época. Así que no es del todo ajena al espacio que ahora ocupa.

3.- Es una pieza escultórica pensada y elaborada específicamente para este espacio. Removerla implica buscar un espacio con las mismas condiciones y dimensiones.

4.- La sociedad ya se ha apropiado de esta obra e interactúa cotidianamente con ella. Aunque pocos recuerden que originalmente fue un tributo a la Sra. Ángeles Espinosa Rugarcía, quien mucho ha recibido ya de la ciudad.

5.- Es un elemento estético que enriquece el espacio y, con ello, nuestra calidad de vida.

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Puebla Patrimonio de la Humanidad

1.- Es un trabajo figurativo pero desapegado de conocimiento anatómico alguno

2.- No tienen ningún sustento conceptual, solamente es la representación de una leyenda sobre la fundación y traza de la ciudad.

3.- Se pueden adaptar a cualquier espacio

 

 

Considero que un objeto escultórico es bienvenido, siempre y cuando cumpla con algunos parámetros como son la dimensionalidad, es decir su adecuación proporcional al espacio. La propuesta estética, todo elemento artístico tiene (al igual que el hecho científico) un fundamento conceptual, cuando no lo hay, la pieza permanece hueca. La apropiación es otro factor posible en la escultura pública, lo que permite la interacción con la sociedad o tan sólo el reconocimiento presencial.

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Elvia de la Barquera

Egresada de Antropología UDLAP, Bellas Artes Universidad de Barcelona y Doctorada en Espacio Público: Arte-Sociedad UB. Artista, investigadora, docente y Crítica de Arte con publicaciones varias