La educación: un sueño en el siglo XXI

  • Luisa Martínez Baxin
Casi un año de la pandemia y la situación educativa se ha vuelto un desastre

Desde que iniciaron las clases a distancia, y algunas escuelas optaron por utilizar plataformas como zoom, whatsapp y facebook para el envío de tareas; no se habla más que de una ausencia de aprendizaje en el dominio de los contenidos, como en la asignatura de matemáticas, español, inglés así como en historia.

Es de mencionarse, en educación básica existen muchas problemáticas en la actualidad, sobre todo por el desempeño de los alumnos. Sin embargo, en este contexto histórico tanto docentes como alumnos no están suficientemente capacitados para enfrentar el nuevo rol educativo, ni mucho menos lograr adquirir un aprendizaje significativo; una actividad enviada por el alumno, con dibujos y palabras claves no demuestra que se  haya comprendido el tema de un texto.

Un maestro necesita conocer a su alumno, su forma de trabajo, sus dificultades, reflexiones, análisis. Esto no significa que no se pueda realizar a distancia, pero es difícil saber si realmente se está dando un proceso cognitivo, porque atrás de esas pantallas, de los teléfonos celulares, computadoras, ipad están los padres de familia o los hermanos. 

Además, en estos primeros meses del año, jóvenes han enfermado del virus SARS- COVID 19, por lo que algunas familias no ven como prioridad la educación de sus hijos, porque no hay recursos económicos, cada que transcurren los días de clase, se nota el cansancio mental de los alumnos, algunos aparecen a la tercera semana para entregar las tareas, otros al mes, porque no hay internet, problemas en casa, de salud o simplemente no les interesa.

En algunas instituciones,  autoridades educativas hablan a las casas de los alumnos, ante ello los padres de familia no contestan, dan mal el número telefónico, hay inconformidad, apatía, quizás porque consideran pasar el año con una calificación baja, aunque no hayan enviado actividades. Para algunos, estudiar, tener un libro y estar frente a una computadora o teléfono celular forma parte de un sueño difícil de cumplir, los que tienen oportunidad hacen el intento de participar en la clase y los que no ayudan en el hogar, en el trabajo o prefieren jugar, colocar un estado nuevo de Whatsapp, así como una foto.

La dinámica actual también coloca al docente en un panorama crítico, han enfermado, padecen depresión, ansiedad, incluso han dejado de pertenecer al gremio porque ya fallecieron. Este es el contexto del diario vivir que todos enfrentan, niños, padres de familia, autoridades educativas. Debo enfatizar en el trabajo de los maestros, aquellos que han buscado métodos de actualización, a través de cursos y talleres a distancia. Sin embargo, en esta etapa histórica, el proceso educativo es otro y es precisamente el que debe renovarse.

En el escenario actual, padres de familia juzgan el trabajo del docente y esté  último aclama apoyo para que niños y jóvenes manden la mayoría de actividades y no reprueben. Es un juego de culpar al otro, donde también entra la sociedad, el gobierno y la economía. Por lo tanto, se observa la urgente necesidad de cambiar el esquema educativo, es decir fortalecer las estrategias de aprendizaje para una educación a distancia, y no solamente eso, llegará el momento donde las aulas volverán a ser ocupadas por los alumnos. 

Por tal motivo, maestros deben repensar su labor, quizás menos contenido, más análisis y reflexión en temas relacionados con la cotidianidad, salud, economía, donde la finalidad sea conseguir un aprendizaje significativo en los estudiantes y  prepararlos ante los retos que se están viviendo, cambios sociales así como tecnológicos. 

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Luisa Martínez Baxin
Historiadora y maestra en Estudios Históricos por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Puebla), originaria de San Andrés Tuxtla, Veracruz.  Ha realizado trabajo de campo e investigación con relación a la Historia de la Educación.