Desde la proliferación de las redes sociales, surgieron en éstas las compra ventas informales. Personas que ofrecen productos, que en la inmensidad del ciberespacio suelen encontrar interesados.

A raíz de la pandemia, estas prácticas tuvieron un gran incremento.

Particularmente, a mediados del año pasado, surgió una especie de tribu urbana a la que se denominó “Las nenis”. Mujeres que por medio de las redes sociales, principalmente Facebook, ofrecían productos y servicios a otras mujeres, cuando antes era una actividad que no realizaban. El apelativo “nenis” viene de la forma en que se expresaban muchas de ellas en ánimo de ser afables con sus posibles clientas. Del “nena”, pasó al “nenis”, y así fue como en la actualidad, se les conoce, llegando incluso a ser un mote despectivo.

En definitiva, esta actividad inusual, fue el resultado de la necesidad. No es que un día una de estas mujeres se despertó y pensara: “hoy tengo ganas de vender productos por redes sociales”. Fue la crisis económica ocasionada por la pandemia y el desempleo que azotó, lo que llevó a muchas mujeres a emprender estas actividades.

Ante este fenómeno, hago varias observaciones que comparto con ustedes.

1. Las mujeres en Latinoamérica son un monumento a la resiliencia. No lo digo con afán de victimizar, mucho menos de buscar alguna aprobación. Lo menciono porque he visto desde primera fila cómo muchas mujeres han salido delante de las situaciones más adversas que se puedan imaginar. Son como plantas que crecen sin agua; sin que sople el viento navegan barcos de vela. Es el caso que nos atañe. Había una crisis, no había trabajo, y es ahí donde se emprendió estas ventas informales.

2. Observo también el sentido peyorativo con que muchos tomaron esta situación. En lugar de apoyar o alentar a las emprendedoras, o simplemente ignorar, se estigmatizó y se les hizo objeto de burla. Basta escribir en cualquier buscador de internet las palabras “las nenis meme” para encontrar todo un repertorio de mofas, chistes y hasta ofensas.

3. El comercio informal en nuestros países es tan grande, que ya se apoderó también de internet.

Sobre el último punto mencionado, hago una acotación importante. Según el INEGI en los resultados de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del año 2020, son 46.3 millones de personas en México que se dedican al comercio informal. Es evidente que en estas cifras emitidas en el primer trimestre del año pasado, no están incluidas el grupo de las denominadas “nenis”.

La coyuntura histórica que vivenciamos llevó al surgimiento de las “nenis”. Esto es una oportunidad para detonar la economía, desarrollar el espíritu emprendedor en la sociedad y crear una legislación justa donde se pase de la informalidad al comercio formal. Las autoridades tienen una gran tarea, y nosotros como sociedad el derecho de exigir a esas autoridades que hagan lo que les corresponde.

Rescoldos.

Si una persona te ofrece algún producto o servicio, si te llena de imágenes en tus redes sociales o aplicaciones de mensajería, si te insiste una y otra vez en venderte algo… seamos empáticos. Son personas buscando una manera honrada de ganar dinero. Seamos solidarios, no nos molestemos por su insistencia, antes bien, tratemos de ayudar. Si no nos interesa lo que ofrecen, simplemente digamos un no de manera cordial, y de ser posible, compartamos su información, quizá a alguien de nuestros contactos sí les interese.

Rafael Reyes Ruiz

@RafaActivista

rafaactivista@gmail.com