El lado amable (si es que existe) de la pandemia

  • Luis Alberto Barroso Moreno
Es innegable de que además de como nos ha afectado este desgraciado bicho, la vida cambió

Es difícil en estos momentos, no caer en un poco de insensibilidad para con todas aquellas personas a las que la pandemia a significado algún tipo de pérdida o sacrificio y poder escribir un poco sobre lo que considero podrían ser los aspectos positivos (mi yo académico se ve tentado a describirlo como lecciones) de este ya casi un año de vida forzada diferente. También, entiendo que algunas de estos, desde mi punto de vista beneficios, no sean percibidos como tales por todo mundo, ya que como lo plantea Daniel Kahneman, premio Nobel de economía en 2002, por naturaleza humana cada uno de nosotros evaluamos cada evento desde una perspectiva diferente con una escala de valores propia. 

 

No podemos negar, independientemente de como nos hayamos visto afectados por la llegada de este desgraciado bicho, que la vida y la convivencia cambiaron en nuestras sociedades por lo menos en algún sentido. En estos cambios hemos sido testigos del incremento en el uso de las tecnologías de información y comunicación, tanto en las organizaciones como en lo individual. Con esto, probablemente no tengamos suficiente evidencia para poder asegurar que el famoso “technology gap” haya desaparecido, pero si tal vez disminuido y, sobre todo, probablemente más importante aún, se ha movido para beneficio de ambos extremos de dicha brecha. 

 

Con esto, todos esos tiempos ya no perdidos en traslado, todo ese tiempo de convivencia en el hogar (para aquellos que como a un servidor le ha tocado hacer home-office), han brindado la oportunidad de interactuar con la familia de un modo distinto que, aunque en ocasiones podría parecer abrumador, es difícil poder decir que no se extrañará parte de esa convivencia una vez que se haya regresado a la vida cotidiana pre-pandemia.

 

En cuanto al medio ambiente, los cielos se han visto un poco más limpios en muchas ciudades gracias a una disminución en emisiones de CO2. La empresa Adobe Acrobat reporta un incremento del 50% en el uso de documentos con formatos PDF y con esto induciendo una disminución en el uso del papel. Los tiempos de traslado se han reducido significativamente lo que ha conseguido la siempre puntualidad para poder iniciar una junta o un evento. 

 

También, me parece que independientemente del debate científico que puede existir sobre el vínculo de esta pandemia y la explotación que se hace de los recursos naturales del planeta, se percibe un aumento en la conciencia social sobre el cuidado de nuestro planeta incluidas las sociedades mismas.

 

La verdad ignoro cuales de todos estos efectos (y otros) y en que medida persistan después de la pandemia. Tampoco puedo saber si deberían persistir o no, pero como quiero que sea, me gustaría pensar que está será una lección bien aprendida por todos y ojalá no quede después de tiempo como una anécdota, como un evento ya lejano en el pasado difícil de repetirse. Rahm Emanuel, alcalde de Chicago lo describe como la oportunidad para empezar a hacer cosas diferente a como se venía haciendo anteriormente, “no desperdiciemos esta crisis.” Las cicatrices en parte para eso son, para recordarnos lo que no debemos volver a hacer. 

 

En lo particular, tengo que agradecer a la pandemia (ofrezco una disculpa nuevamente por esto), ya que me ha permitido conectarme a la distancia con mis mejores amigos. A muchos de ellos les había perdido el rastro por décadas, y es sumamente grato retomar una plática y encontrar al mismo que conociste años atrás. Personas con las que conviví durante mi infancia, adolescencia, y juventud. Aquellos hermanos con los que no compartes sangre pero si muchas otras cosas más, a los que Dios no manda a tu familia pero si pone en tu camino.

 

Espero, cada uno de ustedes, a pesar de las vicisitudes, encuentre en algún rincón en estos días la fuente de optimismo para salir adelante en estos tiempos tan obscuros.

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Luis Alberto Barroso Moreno

Director de Posgrado en la Escuela de Negocios y Economia de la UDLAP. Doctor en Sistemas e Ingeniería por Texas Tech y miembro del Centro de Estudios LATAM de Cornell University.