Hace más de tres décadas, el comediante Héctor Suárez mostraba a través de sus diferentes personajes la vileza de la sociedad mexicana.

No sólo descubría el modus operandi de los políticos corruptos, sino también la forma de ser del mexicano gandalla.

Hoy esas figuras siguen más vivas que nunca y las podemos observar en quienes han lucrado con la pandemia por Covid-19, aquellas que no se han tentado el corazón ante esta tragedia mundial.

Servidores públicos que buscan vacunarse antes que las personas vulnerables.

Empresarios que triplican el costo de todos los insumos que se requieren para evitar un contagio por este virus letal que en Puebla ha cobrado la vida de más de 9 mil personas de  todos los estratos sociales.

Sin importar la tragedia, elevaron los costos de los cubrebocas, alcohol, guantes, gel antibacterial, tanques de oxígeno, termómetros, oxímetros y demás herramientas que se requieren para sobrevivir en esta pandemia.

Qué decir de los hospitales privados que cobran las perlas de la virgen.

Recientemente se difundió que una familia de la Ciudad de México había sido  engañada vilmente por una persona que a través de Facebook ofrecía tanques de oxígeno. Este sujeto hizo la venta por 16 mil pesos, ya que una mujer lo necesitaba de urgencia; se hizo el pago pero lo que entregó el hombre no fue un tanque de oxígeno sino un extintor, sí un extintor.

Lamentablemente, tras este engaño, la mujer murió.

Este ejemplo es tan sólo uno de tantos fraudes que en las últimas semanas se han agudizado a lo largo y ancho de nuestro país. En las redes sociales se ofertan tanques de oxígeno que es el equipo más solicitado por quienes padecen de esta enfermedad.

Las autoridades hacen poco para frenar este tipo de engaños, también para evitar los abusos en los costos de todo lo ya mencionado. Podemos decir en primera instancia que no es su culpa, pero sí de aquellas personas, mujeres y hombres, que han hecho fraudes a costa del Coronavirus.

No se vale que haya personas con esta mentalidad.

No se vale que pongan en riesgo la vida.

No se vale que no sean solidarios.

No se vale que lucren con esta enfermedad.

No se vale que engañen a los más vulnerables.

Como dijera Héctor Suárez ¿Qué nos pasa?

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