Recientemente la prestigiosa revista The Journal of Neuroscience, reportó que las conexiones cerebrales en las áreas auditivas de la corteza cerebral son más densas en los que han estudiado música respecto de los que no han estudiado un instrumento; un aspecto hasta cierto punto natural, dado que es la capacidad auditiva la que guía esta capacidad. De manera muy importante el grupo del Dr. Leipold y sus colaboradores muestran que también el cerebro de los músicos tiene conexiones muy fuertes con las áreas del cerebro que consideramos asociadas a las capacidades cognitivas humanas como son el lenguaje, la toma de decisiones o la memoria espacial. Un aspecto relevante de la investigación es que incluyeron tanto a músicos que estudiaron por varios años, como a aquellos que tienen la capacidad innata, esto es de nacimiento, para escuchar un tono puro sin tener una referencia, como cuando vamos a un concierto y el primer violín da el tono a toda la orquesta. De tal forma que, el estudio incluyó a 52 músicos con capacidad de percibir tonos puros, y los compararon con 51 músicos sin esta capacidad auditiva. Los resultados arrojaron que independientemente de la capacidad de escuchar tonos puros, ambos grupos de músicos tenían igual número de conexiones entre sus áreas del cerebro. Ya sean en el mismo hemisferio o entre ambos hemisferios cerebrales. Así que la habilidad auditiva para detectar un tono puro, como es el caso en uno de los mejores músicos de la historia humana Wolfgang Amadeus Mozart, o del cantante de Pop Michael Jackson, deberá de ser estudiada a futuro para discernir sus orígenes.

Lo que muestra este estudio es que aprender música tocando un instrumento y leyendo la partitura, particularmente a edades tempranas como lo es a nivel de la primaria, es un factor que cambia la conectividad cerebral y mejora el desempeño en diversos aspectos cognitivos. Una reforma educativa integral debería incluir la enseñanza de la música y la ejecución de un instrumento para todos los niños.