Pasar a la historia, o quedarse en la historieta

  • Xavier Gutiérrez
El gobernador Barbosa tiene una oportunidad fácil para elevar sus bonos como la espuma

Vistas las cosas desde fuera, la verdad  no parece complicado el panorama para el gobernador Miguel Barbosa.

¿Nooo…..?

Bueno, siempre y cuando haya una condición, una sola: decisión y voluntad política.

Veamos las cosas sobre la mesa.  Hereda un estado en condiciones pésimas. Una sociedad dividida, podredumbre de negocios públicos por todos lados, una deuda  de más de 43 mil millones de  pesos, impunidad galopante de funcionarios que se hicieron multimillonarios en 8 años, obras pésimas, redes de complicidades, etc.

Empieza a levantar el tapete el gobernador, y encuentra oro molido.

Es decir, le bastaba hacer un gobierno de contraste. Emprender un gobierno haciendo exactamente lo contrario de lo que encontró. Eso habría sido suficiente para empezar el mandato con un magnífico clima y cosechando laureles a lo largo del camino.

Hubo ocho años de abuso, arrogancia, contubernios, negocios asquerosos, privilegios repartidos para trepar y afianzar el poder.

Frente a eso, arrancar con transparencia, aplicación de la ley, funcionarios poblanos probos, puentes de entendimiento y armonía con todos los sectores, obra a empresas poblanas y comunicación fluida, cordial y creíble.

Por angas o mangas nada de esto ocurrió.

Al cabo de dos años Puebla estado  y capital esta en pésimas condiciones y con una negativa calificación para sus gobiernos.

 La capital con  una presidenta que figura casi en último sitio entre los cien presidentes municipales del país. El gobernador, en las sucesivas encuestas guarda una condición semejante. Ambos riñen entre sí y tienen elecciones a la vuelta de la esquina.

¿Qué hacer…hay alternativa?

Claro. Si hay voluntad política. Si hay decisión ejecutiva y un manotazo sobre la mesa.

El gobierno estatal tiene loa mesa puesta, con todo para revertir la tortilla.

Basta ver más allá, revisar cómo ha jugados sus cartas el presidente López Obrador.

Al presidente, desde que comenzó su gobierno, sus adversarios le han extendido públicamente por lo menos diez certificados de defunción y anticipado estrepitosos fracasos.

Le han leído epitafios a propósito de sus problemas con Estados Unidos, con los migrantes, con el agua de las presas del norte y la cuota para el vecino país, la escasés de combustible, el huachicol y del crimen organizado, las relaciones con el ejército, el general Cienfuegos, el nuevo gobierno de Biden, el Tratado de Comercio con Estados Unidos y Canadá, la pandemia, y diez asuntos más, por lo menos.

Renglón aparte la mafia de delincuentes que dejó Peña (Robles, Lozoya,Duarte, Odebrecht),  mas las poderosas empresas beneficiarias de privilegios fiscales durante décadas Y ahí esta, con sesenta por ciento de aprobación.

Desde luego, es imposible extrapolar el estilo y personalidad del presidente con el gobernante poblano. Sencillamente no hay punto de comparación.

Sin embargo, el gobierno de Puebla tiene bajo su entera y absoluta decisión la aplicación de la ley a los millonarios que medraron al lado de Moreno Valle.

Un auténtico banquete para crecer. Una oportunidad dorada para exhibir rapacerías y dar una contundente lección de justicia y moral pública.

El propio gobernador reiteradamente, desde que asumió el poder, se ha referido a la cáfila de delincuentes, montos de abusos, robos y negocios al amparo del poder; alude a expedientes abiertos, anticipa sanciones y cárcel.

¿Y luego? Nada. Nada pasa.

No cuesta trabajo imaginar cómo calificaría sus acciones la sociedad, si de pronto, en filita, al menos diez de esos conspicuos peces gordos desfilaran por la cárcel de San Miguel.

El bocado es apetitoso. Nos ha dicho que tiene los pelos en la mano. Los expedientes, las investigaciones, los testimonios. 

Y por si faltara, no cuesta trabajo estimular en la sociedad una actitud de condena, casi unánime, hacia ladrones de tal calaña.

El clima es propicio, el horno está en su punto.

Al gobernador le hace falta un acto, uno solo, de carácter ejecutivo, de autoridad, para hacer subir  sus bonos como espuma. Un acto de tal envergadura trascendería las fronteras del estado, sentaría un precedente nacional.

Una decisión política de ese orden, pondría al gobernador como un auténtico modelo nacional.

Un galardón  natural para colocar en un sitio privilegiado su figura y preparar las condiciones para su partido en las elecciones de junio próximo.

Los gobernantes siempre tienen un sitio y un momento para tomar las grandes decisiones.

Ese momento que viven, generalmente en la soledad de un despacho, les pone enfrente las llaves para abrir la puerta de la historia y trascender más allá de un palacio.

Es su momento, es su decisión, la toman o la dejan.

Pasan a la historia…o se quedan en la historieta.

xgt49@yahoo.com.mx 

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.