Selección de candidatos

  • Víctor Reynoso
La nominación de tiene problemas como la unidad interna y los métodos de selección

Todos los partidos políticos, independientemente de sus principios o ideología, enfrentan dilemas en la nominación de sus candidatos. Muchos son los que quieren, pero solo puede haber un candidato de cada partido para cada cargo de elección.

En eso están. El que más ha salido a la luz pública es Morena, con nominación de sus candidatos a gobernador. Pero todos tendrán que enfrentar el proceso, que implica varios problemas. El primero, mantener la unidad interna.

Hay dos casos paradigmáticos en los que esto falló en nuestro país: las nominaciones para presidente de la República del PRI en 2006 y del PAN en 2018. En ambos casos quien fungía como presidente nacional del partido quería también ser candidato a la presidencia. Y lo consiguió, pero con altos costos: dañó la unidad interna de la organización y su propia imagen.

En 2006 el PRI y en 2018 el PAN obtuvieron uno de sus peores resultados electorales en la elección presidencial La forma como se gestó la candidatura a la presidencia no fue el único factor que dio lugar a ese mal resultado. Pero sí fue un factor importante.

Los métodos de selección de candidatos han variado mucho en nuestro país. El PRI clásico dejaba la última decisión en el presidente de la República. El método funcionó por décadas, pero es muy difícil de repetir.

El PAN es el partido con una institucionalidad formal más añeja. Pero de poco sirven buenas reglas escritas si no son bien realizadas, si la ambición personal o de grupo cuidan la forma, pero no el fondo. En política no todo es “ingeniería institucional”: se requieren también buenos artistas y artesanos.

Morena ha recurrido a mecanismos originales: encuestas y sorteos. Si tienen consenso pueden resolver la primera cuestión, el conflicto. Pero no siempre han tenido consenso. Las encuestas no siempre se hacen públicas, y esto genera descontento. Además, no es fácil interpretarla ¿a quién se valora más, al precandidato más conocido, aunque tenga muchos “negativos”, o a un precandidato menos conocido, pero con muchas más posibilidades de crecer en la campaña?

El sorteo es un mecanismo novedoso. Pero deja de lado la segunda cuestión en la selección de candidatos: elegir a los mejores. Puede resolver el conflicto interno (si es que hay consenso entre los participantes) pero puede alejarse de algo que espera la sociedad: buenos candidatos, que se transformen luego en buenos gobernantes y buenos legisladores.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.