Dejando para mañana lo que podríamos hacer hoy

  • María José Zapata Moreno Valle
Procrastinar puede interferir en el cumplimiento de nuestros propósitos de Año Nuevo

El 2021 ha comenzado, y como en año anteriores, muchas personas lo iniciamos planteándonos una serie de propósitos que quisiéramos alcanzar; sin embargo, es frecuente que conforme avanza el tiempo, nos vayamos olvidando poco a poco de estas metas y las hagamos a un lado ya sea por falta de constancia, poca organización, porque no son lo suficientemente realistas o porque hemos aplazado el llevarlas a cabo.  Este último aspecto, puede llegar a ser crucial para que el cumplimiento de nuestros propósitos se pueda hacer realidad (especialmente aquellos que tengan que ver con hábitos) , ya que como muchos sabemos, se requiere hacer repetidamente una actividad por un tiempo prolongado  para que se convierta en una costumbre.

La procrastinación, juega un papel importante en la creación de hábitos y también en el logro de nuestros objetivos, dado que ésta consiste en postergar alguna acción para dedicarse a actividades más apetecibles o que tienen un mayor sentimiento de gratificación. Todos en nuestra vida hemos procrastinado alguna vez, ya sea porque no consideramos el momento oportuno para realizar dicha tarea o porque no nos sentíamos lo suficientemente motivados; empero, es importante reflexionar qué tan frecuente aplazamos nuestras actividades y cuánto interfiere o perjudica esto a la realización de nuestras responsabilidades o metas. 

Algunos podrían pensar que la procrastinación, está relacionada con la falta de organización, con ser “flojo” o por falta de interés, dado que frecuentemente las personas que lo hacen, terminan aplazando las cosas al punto de dejarlas hasta último momento. No obstante, son variadas las causas que llevan a las personas a procrastinar, una de las principales se debe a querer evitar una situación que es percibida como desagradable, ya sea por el nivel de complejidad, el desgaste que la actividad conlleva e incluso puede estar relacionado también con la autoestima del individuo, al no creerse lo suficientemente capaz para desempeñar la actividad o al temer por lo que otros puedan decir sobre su trabajo. Además, algunas personas perfeccionistas, pueden tener tendencia a procrastinar, dado que buscan el momento, ambiente y situación propicia para realizar dicha actividad e inclusive pueden abandonarla cuando no se están obteniendo los resultados esperados.

Es evidente que ver Netflix en la tarde, resulta mucho más atractivo que realizar una tarea o algo relacionado con el trabajo, dado que la gratificación que se obtiene con la primera actividad nos da una sensación de satisfacción más inmediata y requiere el mínimo o nulo esfuerzo de nuestra parte. Asimismo, se podría pensar que postergar un poco nuestras actividades no significa algo de gravedad e incluso podemos calmarnos a nosotros mismos diciéndonos “lo haré mañana…”; sin embargo, hay más probabiblidad de que al día siguiente se vuelva a repetir la misma situación, volviéndose un ciclo en el cual dejamos las cosas para último momento o de plano no las realizamos. De la misma manera, el hecho de aplazar nuestros deberes repetidamente, se puede convertir en un hábito en donde buscamos pretextos y distractores que nos ayuden a evitar la realización de actividades que no son tan agradables para nosotros, lo que puede traer como consecuencia un bajo desempeño escolar/laboral, así como experimentar altos niveles de estrés al tener que cumplir con las responsabilidades que fueron postergadas y que se han acumulado.

Algunos consejos que pueden ser útiles para  disminuir las veces en que procrastinamos y lograr nuestros objetivos son los siguientes:

  1. Identificar cuáles son las causas que te están llevando a procrastinar. Por ejemplo,  si es debido a al nivel de dificultad de la actividad, se puede dividir a la misma en pequeñas partes que pueden realizarse poco a poco.
  2. Establece fechas límite para realizar tus actividades más importantes contemplando un tiempo para descansos.
  3. Interacala y combina actividades que te resulten atractivas con otras que no lo sean tanto.
  4. Observa e identifica cuáles son los factores ambientales que causan que procrastines y que te distraen de tus actividades (teléfono, redes sociales, televisión, etc). 
  5. Mantén organizadas las cosas que requieres para llevar a cabo esa actividad y busca estimulantes.  Por ejemplo, si tu meta es hacer ejercicio, prepara con anticipación la ropa que necesitas o adecúa un espacio propicio para hacerlo.

Cumplir con nuestros propósitos es algo que requiere mucha disciplina, constancia y también perseverancia; sin embargo no es algo que sea imposible de alcanzar. Para ello, es importante mantenernos motivados a partir de valorar los pequeños avances que vayamos teniendo y también propiciando todos los elementos que favorezcan a que lo logremos.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

María José Zapata Moreno Valle

Licenciada en Psicología, Máster en Pedagogía y Educación Especial. 

Docente de primaria, forma parte del departamento de Inclusión en el Colegio Humboldt; se ha desempeñado como terapeuta infantil.