A dos años de gobierno morenista, ¿cómo nos va?

  • Eleusis Córdova Morán
Educarnos en política es la tarea para no ser víctimas del engaño y la manipulación

El martes 1º de diciembre se cumplieron dos años del arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Es necesario hacer un recuento somero de algunas actuaciones que, ante situaciones graves que vive el país, ha hecho o dejado de hacer la Cuarta Transformación, y señalar la opinión que merecen de parte de analistas políticos esas actuaciones. Éste no es un ejercicio ocioso, es necesario hacerlo para que la opinión pública vaya formándose una idea, lo más objetiva posible, de la clase de gobierno que conduce al país, y pueda en posteriores ejercicios electorales emitir su voto con conocimiento de causa, con más elementos para el análisis y, sobre todo, con la claridad suficiente para no ser víctima de la manipulación y el engaño.

            Debemos saber que si hoy nuestra nación va dando tumbos como las canicas en una palangana, yendo del PRI al PAN, del PAN al PRI y del PRI a Morena, esto refleja en lo esencial que queremos y deseamos un cambio, pero que no sabemos qué partido representa realmente nuestros intereses y si está de acuerdo con nuestras ansias de superación; si ese partido, por sus orígenes y trayectoria anterior, está en posibilidades de cumplirlas. Esa certeza la lograremos si conocemos cuáles son, en concreto, los pasos que dará ese partido, ya convertido en gobierno, para hacer realidad lo prometido en campaña. No es nada casual el hecho de que, entre los países latinoamericanos, México sea el único país que no ha logrado, mediante el ejercicio consciente del voto, colocar al frente de los destinos del país a un auténtico defensor de los verdaderos intereses del pueblo, tal como ha sucedido en Nicaragua, Uruguay, El Salvador, Argentina y Venezuela. Urge a los mexicanos una mayor politización.

            Pasemos ahora a conocer algunos de los actos del gobierno morenista: Excélsior en publicación de Claudia Solera, el domingo 29 de noviembre, comenta que en la semana del 21 al 28 de noviembre hubo 68 mil 068 nuevos contagios, registrándose el día viernes 12 mil 081 contagios, un número muy superior a los registrados desde que comenzó la pandemia el 27 de febrero. México alcanza la escandalosa cifra de 105 mil 655 muertes y un millón 100 mil 683 contagiados.

            Luis Miguel González, columnista de El Economista citando un trabajo de investigación de Lawrence Summer y James Cutler, de la Universidad de Harvard, demuestran cómo el mal tratamiento que de la pandemia del coronavirus hizo Donald Trump costó 16 billones de dólares a EE. UU., cantidad que supera el costo de todas las guerras que EE.UU. ha librado desde 2001, en Afganistán, Irak y Siria. Donald Trump, rechazó el plan de enviar a cada uno de los ciudadanos norteamericanos un paquete con cinco mascarillas, cuyo costo sería de 1,000 millones de dólares, el programa de test y rastreo para millones de personas con un costo de 300 millones de dólares, y no aplicó recursos a una campaña de comunicación clara que promoviera el distanciamiento social.

            En México, el problema es exactamente igual. Sin embargo, dado que no tenemos un sistema estadístico de medición confiable, no podemos medir el costo de la pandemia en pesos. Lo que sí podemos afirmar es que sería otra la situación del país, si se hubieran invertido más recursos en pruebas y rastreo; si no se hubiera perdido tanto tiempo sin promover el uso del cubre bocas y la sana distancia. No estaríamos lamentando los 105 mil 495 muertes y más del millón de contagiados, ni las gravísimas consecuencias que ha originado la pandemia, tales como el aumento de la pobreza laboral, es decir, de aquellos a quienes lo que ganan no les alcanza para comprar la canasta básica alimenticia, que pasó del 35.7% al 44.5%, según datos del CONEVAL, porcentajes que traducidos a números nos dicen que de los trabajadores que ganan mil 675 pesos al mes, 30 millones ingresaron a la pobreza extrema. Este sueldo deja perfectamente claro porque los mexicanos estamos subdesarrollados, al no poder consumir con ese salario de hambre: leche, carne, huevos, verduras y pescado.

            Ahora bien, la experiencia de otros países planteaba atacar el problema de la pandemia mediante tres alternativas: atender la salud, el problema económico, o colocarse a la mitad de las dos sin hacer bien ni una cosa ni la otra. La experiencia ha demostrado que a los que atendieron el problema de la salud les está yendo mejor en el terreno económico, porque según estudio de Alvelda, Fergusson y Mallery, del Institute For New Economic Thinking, para salvar a la economía hay que salvar a la gente. Razón que no necesita ser demostrada si recordamos que son los trabajadores lo que producen la riqueza. Los gobiernos que no se inclinaron ni por una ni por la otra solución -que se quedaron en medio-, lo único que lograron son muchos muertos y un gran daño económico. En ese estudio, los investigadores plantean que, para resolver esta situación o reducirla a sus mínimos niveles, se deben entregar subsidios a regiones y gentes afectadas, garantizar ingresos para los trabajadores que no tienen sueldo fijo, y subsidiar las medidas de seguridad sanitaria para todos los que tienen que salir a trabajar; mejorar el transporte público y vigilar los lugares de trabajo masivo, entre otras más.

            Por cierto, mucho antes de estos estudios, en artículos suscritos por su líder, el Maestro Aquiles Córdova Morán, el Movimiento Antorchista Nacional ya había sostenido y luchado para hacer realidad estas medidas, que por provenir de un luchador social incorruptible, encontraron absoluta indiferencia del gobierno morenista. En México, donde padecemos un liderazgo arrogante, no se aplican ni se aplicarán las prácticas internacionales, y con ello se provoca y seguirá provocando que tengamos cifras de salud y cifras económicas pésimas. Ésa es la razón por la que la agencia de noticias Bloomberg nos coloca en el último lugar de 53 países evaluados y, por ende, como el peor país para vivir la pandemia.

            Esta caótica situación, la trata de ocultar la Cuarta Transformación con circo, maroma y teatro. Ésa es la razón para lanzar su “Guía Ética”, en la que invita a los criminales a reflexionar y a las víctimas de la violencia a que perdonen. Está tendiendo una cortina de humo buscando que el pueblo olvide o no reclame la indiferencia, la negligencia y el abandono criminal de la Cuarta Transformación que, por soberbia y arrogancia, ha provocado ya miles de muertos entre los pobres de México. Ésa es la razón por la que ahora busca disfrazar la prepotencia y vanidad morenistas, por supuesta nobleza y solidaridad al ofrecer 11 mil pesos de apoyo a las familias que perdieron algún familiar por Covid-19. Además del dolor que sufren miles de familias mexicanas hay que sufrir la burla y el escarnio de la Cuarta Transformación.

            Educarnos políticamente es la tarea de hoy para no ser víctimas del engaño y la manipulación de los poderosos, y para que estemos en condiciones de elegir a auténticos representantes del pueblo, que sí nos escuchen y atiendan, respetando nuestras vidas, que valen tanto como la de cualquier otro mexicano. Ésa es la consigna para el 2021, ésa es la razón para no vender tu voto. Como bien decía Pancho Villa en una carta a don Emiliano Zapata: “México es tierra de libres, y tumba de tiranos, coronas y traidores”.

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Eleusis Córdova Morán

Es un estudioso de la realidad nacional y es líder de Antorcha en la región de Izúcar de Matamoros.