Deontología y libertad de expresión

  • Rodrigo Rosales Escalona
La opinión pública surge desde el trabajo de los reporteros y la nota informativa

“La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre, como es libre en el hombre la facultad de pensar”

Benito Juárez

Sí, la noticia es la materia prima. Muchas veces, a los reporteros de los medios de comunicación, que trabajan la información, la nota informativa, la nota del día, se les ve dentro de las estructuras de los medios de comunicación como la infantería.

Entonces, todo pasa por darle el peso y la importancia indispensable para la nota. Después, los analistas, muy sesudos, van a escribir acerca del aeropuerto y por qué este y el otro, este terreno es bueno y el otro no, y qué intereses económicos giran en torno y las decisiones políticas y la consulta popular y todo eso.

Y estos analistas, ¿de dónde han sacado todos estos elementos que ellos después digieren y plantean como como tesis analíticas? Pues, de la nota informativa, de la nota diaria, del trabajo de estos reporteros de la "infantería", de la radio, la televisión y la prensa escrita que andan corriendo todo el tiempo.

Ellos son los que no sacan la información del Internet.

Ellos son los que tienen la versión original, la que estuvieron en primera fila, viendo físicamente cómo Rosario Robles se baja de la camioneta para ir a la diligencia en la que tenía que presentarse, y esta va a ser la nota del día siguiente.

A su vez, de acuerdo en el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador apuntó que “no todo es perfecto, ni aspiramos al pensamiento único ni al consenso. Estamos conscientes de que existe oposición a nuestro gobierno y eso es legítimo y es normal en una auténtica democracia”.

Marca una gran diferencia con anteriores administraciones presidenciales, donde la represión a medios de comunicación, no se detenía con imponer la “ley mordaza”, donde se impedía la libertad de expresión a medios de comunicación, incluso, bajo el pretexto de “dañar” la imagen pública del político, se le demandaba legalmente. Otros casos, eran despedidos de sus medios por ser un “lastre y estorbo” para los intereses de los presuntos, porque revelaban datos e información incómodos, pero que en los hechos, daban cuenta de la turbiedad, corrupción y violación a las leyes que cometían; en el extremo de la represión, la ejecución del periodista, como ejemplo lo es Manuel Buendía y muchos más.

Si el periodismo, la ciencia social, la profesión, oficio y, a veces, hasta el arte de recopilar la información, de sintetizarla, escribirla y difundirla para beneficio de los ciudadanos, entonces, los géneros periodísticos son las diferentes maneras de presentar esa información.

Como ejemplo citemos a la periodista argentina, que por investigar los noveles de corrupción, impunidad y actos criminales durante la administración de Felipe Calderón, que da resultado a su libro “Felipe El Obscuro”, es hostigada inicialmente para evitar lo publique, como Olga estimó que tenía el derecho legal a expresar, insistió en su objetivo, esto derivó en amenazas de muerte, derivando a que se fugara a su país. Otro caso son los casos de los periodistas mexicanos Francisco Cruz Jiménez y Jesús Lemus, donde le primero, elaboró un libro biográfico de García Luna y desde el título lanza tintes sobre el contenido, se llama “El señor de la muerte”, el segundo, en su libro “El Licenciado” y en él detalla que García Luna no sólo fue el principal estratega en la relación tejida con los cárteles de las drogas, sino que también le sirvió a Calderón para hacer negocios en apariencia limpios, pero inmorales, dada su cercanía con las fuentes del Estado encargadas del sistema de inteligencia.

Son unos cuantos como José Gutiérrez Vivó, quien última transmisión de Vivó ocurrió el 29 de junio de 2007, cuando desde las instalaciones de Infored anunció la muerte de Monitor y de paso auguró que el destino le cobraría “la cuenta a cada quien por lo que ha hecho”, en referencia a lo que entonces calificó como un boicot político-comercial contra Infored y Monitor.

A nivel nacional, la labor periodística, cuando se ejerce con principios de publicar y enterar a la ciudadanía los hechos y acontecimientos, donde políticos, gobernantes e iniciativa privada, con el fin de usar el poder, cometen delitos administrativos mediante la corrupción, entonces, la ciudadanía debe estar enterada.

De ahí la necesidad de hablar de la obtención de fuentes de información. En primer lugar, hay que dejar sentado que la información es la materia prima del periodismo. Es por ello que todo proceso periodístico implica una etapa de investigación. Cuando investigamos para generar información, hacemos una serie de preguntas a determinadas personas, buscamos datos en diversas fuentes tanto humanas como documentales. En este ejercicio es importante partir de lo general a lo particular, es decir que conforme más se busque información se encuentran más datos que nos permiten ir apuntando nuestro interés hacia algo más específico. Toda información que se obtiene proviene de las fuentes de información que en otras palabras es el lugar en donde se puede confrontar la veracidad de nuestro trabajo.

Los principios deontológicos del ejercicio del periodismo, es la base y fundamento del quehacer del periodista, por lo consiguiente, qué es la deontología. Etimológicamente, la palabra de deontología se refiere a la ciencia del deber o los deberes. "Déon" o "deóntos" significa 'obligación', 'deber', y "logia" es 'conocimiento' o 'estudio'. De acuerdo con el periodista Javier Darío Restrepo, quien es especialista en ética periodística y maestro del Consultorio Ético de la Fundación Gabo, la deontología es, por lo tanto, la suma de los deberes personales o profesionales que impone a la naturaleza del ser humano o la naturaleza de una profesión. Es importante saber esto, porque en el caso de tener cuidado y llevar a cabo la deontología en la medida de lo posible, nos convertiremos en buenas personas. En el caso de nuestro ejercicio profesional, nos permitirá esto conducirnos con una calidad ejemplar.

En el caso de los periodistas con dicho compromiso, la deontología periodística es el conjunto de principios éticos asumidos voluntariamente por quienes profesan el periodismo por razones de integridad, de profesionalismo o de responsabilidad social.

En el periodismo, nos dice Javier Restrepo, la deontología del periodista tendrá, como uno de sus principios y valores distintivos, su compromiso con la verdad.

La verdad, como él dice, significa tener una fidelidad a los hechos sobre los que se informa. Puede sonarnos esto muy pretencioso o muy ambicioso y decir que en nuestro oficio o profesión está marcada por una verdad absoluta, rígida, tajante.

Por ese motivo, Restrepo nos recuerda, que, a diferencia de los filósofos, las religiones o los científicos, las verdades de los periodistas son verdades humildes, de los hechos de cada día, es decir, son provisionales, porque los hechos siempre evolucionan, y eso nos obliga a tener siempre la disposición de corregir, agregar o aclarar las informaciones sobre los hechos.

Una fórmula que podría funcionarnos en este ejercicio cotidiano de la profesión sería ofrecer una visión más exacta de los hechos. Y lo que nos aconseja Restrepo es que siempre exploremos el porqué, para qué, dónde, quién y cómo de los hechos.

Finalmente, tenemos que asumir una obligación para dar a conocer las verdades que sean útiles para la sociedad, que respondan a los intereses de la gente y no únicamente de nuestra curiosidad. Eso nos llevará a cumplir con otro de los principios básicos y fundamentales del periodismo, nuestra responsabilidad con la sociedad.

Si a estos dos valores fundamentales le agregamos la libertad, la independencia, el respeto y la defensa de la dignidad humana, entre otros principios, tendremos como resultado el perfil ideal de un buen periodista.

Aunque parecieran ser lo mismo, la ética y la deontología periodística, tienen sus diferencias.

De acuerdo con Claudia García Benítez y Armando Ulises Cerón, quienes son académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, la ética nos ayuda a decir en qué consiste una buena actuación, mientras que la deontología formula los deberes y las obligaciones del profesional que se inscriben en un código que avala un gremio.

Todos los días, los periodistas se enfrentan a un montón de dilemas éticos. Dependiendo de cada una de las circunstancias, el periodista tendrá que tomar la mejor decisión de acuerdo con su código de ética y la deontología periodística.

Entre estos dilemas, suele encontrarse su papel en la sociedad a la hora de informar. Es decir, muchos periodistas se preguntan si su labor sirve a un interés particular o a un interés público. Otros también tienen dilemas relacionados con la libertad de expresión, pues constantemente se preguntan si deberían publicar o callarse a una determinada información.

Restrepo nos cuenta que una de las problemáticas más comunes que tienen los periodistas sucede cuando dos o más dilemas chocan con los deberes que marca el oficio o la profesión. Y, para ello, él pone como ejemplo una situación que ayudaría a clarificar un poco más las cosas. ¿Qué puede hacer un periodista en caso de un grave accidente, de estar presente en un grave accidente? ¿Debe de darle prioridad a su deber de informar o ayudar a las víctimas? Para él, la respuesta podría encontrarse en que el periodista pueda establecer cuáles son los deberes más urgentes o prioritarios. Quizá lo primero sería ayudar a las personas y después informar. Todo dependerá de la jerarquización que le dé el periodista a estos temas para tratar de armonizar ambos deberes, buscando que se complementen entre sí.

Debemos partir, como decía el periodista Ryszard Kapuściński, de un principio básico: "Los cínicos no sirven para este oficio". ¿A qué se refería el periodista por la cual decía esto? A que es necesario que antes de ser periodista, seamos buenas personas. Esto quiere decir que los valores éticos a la hora de comunicar e informar no pueden estar desligados de nuestro actuar en la vida cotidiana, en la manera en cómo nos desarrollamos en nuestro entorno personal y familiar.

Es impensable que seamos defensores de la verdad y la dignidad de las personas en las esferas del ámbito público, mientras en lo privado nos comportamos de forma antiética, siendo malas personas, haciendo daño a los otros y a la sociedad.

Si somos buenas personas y constantemente intentamos plantearnos dilemas éticos a la hora de ejercer nuestro oficio o nuestra profesión, y ponemos a prueba nuestra formación, podremos, sin estar exentos de errores, ser buenos periodistas.

Una vez más. Si el presidente dela República, López Obrador apunta que la oposición está en un principio democrático, entonces, ¿por qué, algunos gobernadores no entienden el mensaje, como el poblano Miguel Barbosa?

De acuerdo a los antecedentes corruptos y violencia de anteriores presidentes de la República, los sentimientos sociales siempre los acusaron de ir en contra de los derechos constitucionales, con las actuales consecuencias catastróficas para la nación y pueblo, contaron con la sumisión y compra de voluntades de intelectuales y periodistas orgánicos como López Dóriga, Zabludovsky, Ciro Gómez, Leo Zukerman, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Loenoardo Curizio;  el supuesto historiador como Martín Moreno; el inefable Gilberto Lozano de FRENAA y otros, incluyendo empresarios y los 10 gobernadores, sin faltar al propio Felipe Calderón y Ricardo Anaya, quienes usan a algunos medios impresos, como instrumento de divulgar sus intenciones; tenemos, que como oposición, a la fecha, no han recibido represión ni impedirles su expresión.

Distinto en Puebla, donde la ciudadanía y prensa, pensó que se habían librado de actos represivos como lo fue con Rafael Moreno Valle. Sin embargo, el actual gobernador Barbosa, arremete contra la labor periodística y deontológica, por el simple hecho de que cumplen con su labor.

A nivel nacional, los principales medios periodísticos ejercen su trabajo, así publiquen situaciones que coloquen al actual presidente en condicionamiento o evidencia, permanecen ejerciendo su libertad.

Cuestión que en Puebla no ocurre, sobre todo el hostigamiento y denuncias legales contra el medio en Internet, e-consulta, por parte de funcionarios de primer nivel de la administración estatal.

Si existen elementos que ponen en duda una administración, así como actos que comprometen recursos públicos, entonces, la investigación periodística está sustentada con con documentos que lo prueban. Por lo que duele en el cayo la verdad.

Las palabras de Benito Juárez no resuenan ni cobran forma en Puebla, son ignoradas y borradas en el diccionario político. Lástima.

 

BIBILIOGRAFÍA RECOMENDADA

“Ética y autorregulación periodísticas en México. Conceptualización, historia, retos y documentos”, autoría de Omar Raúl Martínez, de la página 26 a la 45. Dicho material podrá ser descargado de manera gratuita y legal en el siguiente link:

https://cdhcm.org.mx/wp-content/uploads/2015/06/etica-y-autorregulacion.pdf

Castells. Manuel. Comunicación y poder. Alianza Editorial, Madrid, 2009

Cuesta. Ubaldo. Comunicación y terrorismo. Tecnos, Madrid, 2012

Buendía. Manuel. Ejercício periodístico. Océano, México, 1985

Matterlart. Armand. Los medios de comunicación en tiempos de crisis. Siglo XXI, México, 1986

Corral. Manuel. Comunicación popular y necesidades radicales. Premia Editora, Tlahuapan, Puebla, 1988

Swift. Jonathan. El arte de la mentira política. Sequitur, Madrid, 2006

Mucchielli. Alex. Psicología de la comunicación. Paidós, Barcelona, 1988

 

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

Analista político y de prospectiva social

 

 

 

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.