Guía ética o catálogo de deseos tirados a la basura

  • Raúl Espejel Pérez
La guía tendrá como destino final el archivo del anecdotario nacional
   

López Obrador acaba de dar a conocer un listado de buenos propósitos que pasarán a formar parte del anecdotario nacional sabiendo cómo actúa el pueblo sabio que simpatiza con AMLO   

Al tomar posesión  de la Presidencia el República Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre de 2018, dio a conocer un catálogo de 100 compromisos que se comprometió a cumplir en los primeros meses de su gobierno donde en el punto 99 amenazó con “convocar a maestros (seguramente de la CNTE), antropólogos, psicólogos, sociólogos, filósofos y profesionales de otras disciplinas, así como a religiosos, librepensadores, ancianos respetables y ciudadanos en general para la celebración de un congreso en el cual se elabore una Constitución Moral, que ayude a fortalecer valores nacionales, culturales y espirituales”.

López Obrador a punto de cumplir dos años al frente del gobierno federal dio a conocer un folleto titulado “Guía para la transformación de México” en vez de la constitución moralina que se comprometió a impulsar. Se trata de una especie de manual de urbanidad y buenas maneras de comportamiento social basado en preceptos de la moralidad cristiana, que recuerda al Manual de Carreño escrito en el lejano año de 1853, 

Sabiéndose  cómo se comporta socialmente una parte importante del “pueblo bueno y sabio” se colige que la guía moralista del gobierno de AMLO que fue sintetizada, entre mentiras y verdades a medias, en 19 paginas (de la 8 a la 26) por la comisión redactora formada por Margarita Valdés González, Verónica Velasco Aranda, Agustín Ortiz Pinchetti, Enrique Galván Ochoa, Pedro Miguel Arce y el vocero de López Obrador, Jesús Ramírez, irremediablemente tendrá como destino final el archivo del anecdotario nacional.

Para dar forma a ese inusual e insólito documento gubernamental, preparado entre los meses de noviembre de 2018 y 2020, se realizaron “muchos análisis, reflexiones (y) consultas, llegándose a la definición (sic) de elaborar una Guía Ética para (lograr) la Transformación de México” dijo el presidente López y para ello, según expresó el vocero presidencial Ramírez, “Se efectuaron 50 foros; varias mesas de diálogo y reflexión y debate sobre temas de ética y moral; 13 foros en los que participaron 18 iglesias, 7 instituciones de educación superior ─entre éstas la UNAM─ y 130 asociaciones de la sociedad civil y 461 documentos de reflexión filosófica, ética y religiosa”. 

Se imprimirán 8 millones de ejemplares que serán distribuidos entre igual cantidad de ciudadanos con la finalidad que difundan, entre sus hijos, nietos y bisnietos, los conceptos morales que contiene la emblemática  guía ética lópezobradorista a efecto de que si lo referidos descendientes no fueron educados a su debido tiempo para tener buen comportamiento social, lo adquieran, ahora, aunque un poco tarde, después de la catequización les proporcionen sus respectivos padres, abuelos y bisabuelos.

Dentro de ese contexto, no alcanzo a imaginar impartiendo cátedra de buenas costumbres sociales a miembros prominentes del  lópezobradorismo y de la izquierda morenista de nuevo cuño, como al exsecretario particular de AMLO, René Bejarano, quien el 21 de abril de 2003 fue grabado en un video recibiendo un soborno de 45 mil dólares (486,000.00 pesos mexicanos al tipo de cambio de $ 10.80 por dólar de ese  entonces) para entregarlos a su jefe de parte del empresario argentino Carlos Ahumada a cambio de que el gobierno del Distrito Federal le asignara contratos de obra pública en el Distrito Federal; al belicoso diputado patán, Gerardo Fernández Noroña, quien en una sesión plenaria  del INE se negó a usar un cubreboca porque dijo que la autoridad electoral pretendía  amordazarlo para que hablara; al ilustre ranchero zacatecano Alfonso Ramírez Cuéllar, que el 10 de diciembre de 2002 envalentonado entró al recinto de la Cámara de Diputados montado un brioso corcel; a Rigoberto Salgado Vázquez, quien siendo delegado de Tláhuac fue acusado de estar vinculado al narcotraficante Felipe de Jesús Pérez, alias El Ojos y denunciado por el contralor de la CDMX de desviar fondos públicos para construir y operar un restaurante de su propiedad y a Cipriano Charrez Pedraza, quien siendo diputado federal el 6 de octubre de 2018 ocasionó la muerte dolosa de un taxista al conducir en estado de ebriedad un vehículo de su propiedad.

Tampoco puedo imaginar que tengan autoridad moral para promover buenas costumbres otros destacados lópezobradoristas de la calaña de Manuel Bartlett Díaz, quien en 1988 dirigió el mayor y más escandaloso fraude electoral que se haya cometido en México y quien en 1995 fue acusado de corrupto por AMLO por utilizar dinero público para urbanizar un fraccionamiento residencial de su propiedad en la capital de Tabasco; de Napoleón Gómez Urrutia que estuvo prófugo de la justicia mexicana durante 13  años, ocultándose en Canadá después de ser acusado de malversar 55 millones de dólares y el célebre y pintoresco exsenador y exdiputado y actual aspirante a la candidatura de Morena a la gubernatura de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, que el 13 de abril del año 2000, siendo senador, amenazó “con partirle su madre” al vicepresidente del Senado, Dionisio Pérez Jácome y el 2 de septiembre del mismo año, manejando borracho una motocicleta protagonizó un escándalo frente a un  restaurante situado en la colonia Condesa y en diciembre de 2016, esta valiosa joya de Morena, fue acusado en el puerto de Acapulco de violación sexual agravada y despido injustificado de su empleo por su exsecretaria J. D. C.

En fin, como el mejor método para la enseñanza de las buenas costumbres es predicar con el ejemplo, estos personajes forman parte importante del material humano del que dispondrá el presidente López para catequizar a quienes estén dispuestos a seguir los lineamientos trazados por la guía ética para transformar a México.

 La guía ética en cuestión contempla las siguientes normas o valores conceptuales: 

  1. Respeto a la diferencia; 2. La vida; 3. La dignidad; 4. La libertad; 5.El amor; 6. El sufrimiento y el placer; 7. El pasado y el futuro; 8. La gratitud; 9. El perdón; 10. La redención; 11. La igualdad; 12. La verdad, la palabra (y) la confianza; 13. La fraternidad; 14. Las leyes y la justicia; 15. La autoridad y el poder; 16. El trabajo; 17. La riqueza y la economía; 18. Los acuerdos; 19. La familia y  20. Los animales, las plantas y las cosas.

En el texto de su Presentación advierte que “El régimen neoliberal y oligárquico que imperó (en México) entre los años ochenta (…) y las dos primeras décadas  del siglo XXI machacó (…) que la modernidad residía en valores como la competitividad, la rentabilidad, la productividad y el éxito personal en contraposición a la fraternidad y los intereses colectivos; predicó que la población debía acomodarse  a los vaivenes de la economía, en vez de promover una economía que diera  satisfacción a las necesidades de la gente”.

Continúa señalando el documento catequizador que “Buena parte de la actividad empresarial se contaminó de un pragmatismo extremo en el que toda consideración humana y todo interés nacional se desechaba en aras de la ganancia desmedida. Los comportamientos corruptos proliferaron entre organizaciones sindicales, agrarias y de la sociedad civil y se extendieron al seno de núcleos familiares. Se distorsionó y erosionó la ética que ha caracterizado al pueblo mexicano a lo largo de su historia y ello tuvo como consecuencia un declive moral generalizado en el país”.

También asegura que “Ante la descomposición y la decadencia a la que México fue conducido, proponemos reafirmar, difundir y promover los principios éticos hasta hace poco tiempo menospreciados y ridiculizados en el pasado reciente desde las alturas del poder  político y económico”.

“La Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional se ha propuesto erradicar la corrupción, construir un Estado de bienestar y de derecho y heredar un país libre, democrático y soberano, en el que la política se oriente por el principio del servicio a los demás y en el que el desarrollo no deje fuera a nadie. Para cumplir tales propósitos es obligado impulsar una revolución de las conciencias, esto es, construir una nueva ética humanista y solidaria”.

“Se presenta aquí una síntesis de principios, valores y preceptos que (…) tienen como propósito contribuir a la construcción de una convivencia nacional pacífica, cívica, con libertad, paz, justicia, dignidad y seguridad (…) que es producto de consultas, discusiones y reflexiones colectivas en las que participó mucha gente”.  

Más allá de las mentiras y una que otra verdad a medias que contiene el script ético, se debe admitir que es una herramienta con la que AMLO pretende revolucionar la conciencia popular. Lo discutible o censurable es que pretenda hacerlo careciendo de la autoridad moral necesaria.

En el punto número 1 de su decálogo siamés dice el presidente que se debe evitar imponer “nuestro mundo” al mundo de los demás. Respeta la forma de ser de los otros y no pretendas imponerles tus conductas, gustos, opiniones o preferencias”. Situado en el terreno de los hechos López hace todo lo contrario. Insulta y acusa de conservadores, neoliberales, fifís y defensores de la corrupción a todas aquellas personas que difieren de sus ideas o critican sus ocurrencias y tonterías. Pretende imponer a la gente todo lo que él dice y hace.

Asegura en el punto 2 de su encíclica que “No hay nada más valioso que la vida, la libertad y la seguridad de las personas”. Sin embargo, gobierna haciendo todo lo contrario. Durante los dos años de ocupar el cargo de presidente de México, por la forma equivocada como ha enfrentado el problema del Covid-19 es el principal responsable de la muerte de una parte importante de las más de 300 mil personas que han fallecido a causa del coronavirus. El gobierno de AMLO tampoco ha cumplido su obligación de garantizar la seguridad de los mexicanos. Hoy los índices de delincuencia son más elevados que en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña. En dos años de su gobierno han ocurrido alrededor de 68 mil asesinatos dolosos.

El supuesto mesías tabasqueño, en el punto 6 de su homilía, proclama que “No hay mayor alegría (para él) que la felicidad de los demás”. Pese a ello, no le importó truncar la felicidad de 302 mil paisanos suyos a los que perjudicó premeditadamente, en su persona y en sus bienes. Empero, no es posible que pueda reflejar alegría y felicidad en su rostro  después de dar instrucciones para que se abrieran las compuertas de la presa Peñitas a sabiendas que se inundarían muchas comunidades pobladas por personas en situación de pobreza y que por haber decretado arbitrariamente la  eliminación del Fonden todavía no reciben la ayuda que necesitan porque sus casas tiene dos meses inundadas.


 

López Obrador, cual vulgar malandrín, violó su propio apotegma de “No robar, no mentir (y) no traicionar” referido en el punto número 12 de su encíclica pastoral, en la que exhorta a la población a “No mentir, a no robar y a no traicionar”. Aunque él, sin inhibirse ni cohibirse ha hecho lo contrario, al robar los millones de pesos que tenían asignados  los fideicomisos de fondo de Desastres Naturales; de Apoyo a las Mujeres con Cáncer de Mama; de Fomento y Apoyo a la Investigación Científica y de Protección contra Gastos Catastróficos. También AMLO saqueo el dinero del programa de Estancias Infantiles para niños de madres asalariadas y otras organizaciones que forman parte de un largo etcétera, etcétera y hoy carecen de recursos económicos para llevar a cabo importantes sus tareas de beneficio a la sociedad. En cuanto a la consigna lópezobradorista de “No mentir”, entre el 3 de diciembre de 2018 y el 10 de julio de 2020, el presidente López ha mentido en 29 mil 703 ocasiones, según el riguroso y puntual registro de mentiras que le lleva el Taller de Comunicación Política SPIN. Ningún mentiroso político mexicano ha mentido tanto como el presidente López en apenas 24 meses. También ha traicionado a quienes de buena fe le otorgaron su voto para escalar a la Presidencia de la República.

Como se puede observar López hace lo contrario a lo que demagógicamente pregona.

La OMS y el apócrifo “científico” López Gatell

El lunes 30 de octubre,  el director en jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, a propósito del Covid-19, advirtió que “La situación de México es muy preocupante. Los números muestran que el país está en mala situación. Cuando suben los casos y también las muertes es un problema serio y pediríamos a México que sea serio. Ya lo hemos dicho, es importante usar cubrebocas, lavarse las manos y esperamos que los líderes sean modelos”. 

Casi en seguida de la severa crítica que hizo al gobierno mexicano el director de la OMS, el también inepto, mentiroso e irresponsable “doctor” Hugo López Gatell, que junto con el presidente López y el secretario de Salud, Jorge Alcocer, son los causantes de que miles y miles de personas hayan fallecido a causa de que los tres han sido incapaces de contener la propagación de la pandemia del coronavirus, señaló que Tedros Adhanom es “lo que dice a todo el mundo”.

 

¡Vaya manera que ideó este científico apócrifo para tratar de lavar su sucia conciencia!

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Raúl Espejel Pérez

Ha colaborado como articulista en la revista Jueves de Excélsior, El Universal de México, El Universal Gráfico, El Universal de Puebla, El Día, Nueva Era de Puebla y la revista Momento de Puebla (versión impresa y digital).