Una pareja de héroes mixtecos de la Revolución

  • Olivia Carrera Cabrera
Don Luis Altamirano y doña Guadalupe Oropeza: “Un gran amor de la Revolución mexicana”

Querido lector: Reciba un cordial saludo desde esta su columna “Notas a la Carrera”.

 Hoy comentaremos la vida de un personaje activo de la revolución mexicana en la zona mixteca de Puebla y Oaxaca, nos referimos a Don Luis Altamirano Olivier.

La revolución mexicana fue un capítulo triste y necesario, que cobró la vida de más de un millón de personas, muchos estuvieron consientes de entregarse a esa lucha, quizás muchos más, fueron víctimas e inocentes.

Nos ha quedado claro, que los mexicanos no estamos dispuestos a permitir dictaduras, ni imperios, mucho menos de cacicazgos, esa época ya pasó.

 Don Luis Altamirano Olivier, fue un hombre de ideología de izquierda, se unió a las fuerzas de Francisco Villa en la revolución mexicana. Entregó su vida a la lucha en la zona de la mixteca de Puebla Y Oaxaca.  Sus causas ideológicas lo llevaron a terminar sus últimos días asesinado en el frente de la catedral de Tehuacán, en el mes de entre:  diciembre y febrero de los años de 1937-1938.

 Don Luis Altamirano Olivier era un hombre de una posición acomodada, pero abandonó su patrimonio y a sus padres por el movimiento armado, era tío, por cierto; de la primera actriz Maricruz Olivier. Él, buscaba que se acabaran las dictaduras del Porfirismo y el cacicazgo de los Barbosa. Nuestro héroe fue conocido en la lucha; pero desconocido en las letras de la historia, conoció a Guadalupe Oropeza Paredes…

Don Luis Altamirano Olivier un caudillo anónimo de la revolución mexicana.

En una visita a Ajalpan conoció a Guadalupe Oropeza Paredes (prima del gran historiador de Tehuacán, don Joaquín Paredes Colín). Doña Guadalupe era una mujer de mucho temple y carácter. Era pelirroja de un chino que le llegaba hasta los tobillos, de piel muy blanca y por ello resaltaban sus prominentes pecas.

Cuentan familiares que ella se enamoró perdidamente de Don Luis, se unió no solo en lazo de matrimonio, también se unió, en lazo ideológico.  Del matrimonio de Don Luis y doña Lupe nacería años más tarde, Sofía una niña bella y tierna.

Doña Lupe era cómplice de Don Luis, ella lo acompañaba a donde quiera que él iba a sus luchas, era una mujer que organizaba la comida para los grupos de hombres rebeldes. Don Luis se oponía a los cacicazgos de los Barbosos, tenía una frase: "Barbosas, ni olerlos” (¿profeta o caudillo?)

Doña Lupe era cortejada por Don Ángel Cabrera Barbosa en quien se concentraba poder económico por Don Rafael Cabrera y poder político por su madre doña Ignacia Barbosa (hermana de Calixto Barbosa).  No solo se convirtió en lucha ideológica política, entre Don ángel y Don Luis, la lucha también traspasó al plano personal por el amor de la hermosa Guadalupe.

Doña Guadalupe había dejado plantado a don Ángel Cabrera Barbosa, porque desde el primer instante que vio a Don Luis, se enamoraron mutuamente. Ella lo siguió en su lucha, donde iba don Luis, ella iba. Les movía el amor y los ideales revolucionarios.

 Entre las muchas anécdotas que existen, cuentan familiares que como don Luis era un poco “ojo alegre” un día estando en Ajalpan, fue a ver a una mujer de nombre Marina, doña Lupe al enterarse en donde y con quien estaba, llegó con rifle y tocó la puerta muchas veces, como no hubo respuesta, con el rifle que llevaba doña Lupe rompió la cerradura de la puerta e irrumpió, don Luis y la mujer que estaban en la mesa se quedaron inmóviles, ni parpadearon, doña Lupe al verlos, le disparó a él en la cabeza, tumbándole el sombrero de un plomazo. Él, le dijo: - ¡mira Guadalupe! mejor vete, porque si no te va a pasar algo, ese fue el evento que hizo que él regresara a su tierra natal Tehuacán.

Otra anécdota interesante, fue que a don Luis por ser "rebelde del gobierno" se lo llevaron detenido a Oaxaca, los soldados lo llevaban caminando esposado y encadenado por el rumbo de Teotitlán de Flores Magón, Doña Lupe le había puesto de comer unas tortas y en medio le puso una pistola desarmada, el mató a los soldados y huyó.

 A Guadalupe nunca le gustó montar a caballo, pero un día al regresar de la batalla entró triunfante montando un caballo y hasta su padre dijo: - ¡mira! A la que no le gustaba, ni siquiera montar un burro, ahora hasta los cabellos le vienen volando.

Pasaron muchos años, quizás más de 30 años y Doña Guadalupe Oropeza Paredes le lloraba a don Luis. Ella, nunca se volvió a casar.

Un golpe fuerte que recibió don Luis Altamirano Olivier en vida fue cuando su única hija se casó con don Gilberto Cabrera Barbosa, uno de los hermanos menores de Ángel Cabrera quien había sido pretendiente de doña Lupita.  Algo que nunca les perdonó don Luis. Al funeral de don Luis Sofía llegó con su bebé mayor de 7 meses. Ese dolor pudo más con Don Luis, que el no haber sido reconocido en su lucha.

Hoy martes los espero en mi programa vanguardia manantial informativo edición radio, tendremos como invitados a los nietos de los grandes caudillos de la Revolución Francisco Villa Betancourt y Edgar Zapata, además estarán nuestros columnistas estrellas: El padre José de Jesús Aguilar, Carlos Villa Roiz, Tere Bermúdez y Don Ramiro León. Búscanos en la web como radio luz en vivo del 99.9 en punto de las 8 de la noche, o en redes sociales hasta las próximas… “Notas a la carrera”.

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Olivia Carrera Cabrera

Profesora, abogada, política, crítico de arte, promotora cultural con experiencia en los medios de comunicación como Influencer y líder de opinión. Fundadora del periódico cultural de México: Vanguardia manantial informativo