La luz al final del tunel: Vacunas más cerca

  • Luis Alberto Barroso Moreno
Serán las vacunas más rápidas jamás desarrolladas

El poder detonar en tan solo 10 meses la invención de vacunas contra un virus es un logro científico probablemente sin precedentes. Son las vacunas más rápidas jamás desarrolladas por un margen de años. Prácticamente desde el día en que los médicos compartieron la secuencia genética del nuevo coronavirus desde China en enero, los investigadores comenzaron a diseñar vacunas para protegernos.

Utilizando un método diferente a lo intentado en Oxford, en un principio el intento más prometedor para el planeta, actualmente Moderna y Pfizer apuestan por una idea nueva y hasta ahora no probada de usar ARNm (estimado lector, con esto simplemente tengo entendido que las vacunas propuestas se enfocan en las “coronas” exteriores que dan nombre al virus), con resultados que prometen tener una efectividad y tiempos de respuesta muy prometedores.

Pfizer y Moderna han publicado datos preliminares por separado que sugieren que sus vacunas tienen una efectividad cercana al 95%, resultados muy por encima a lo que muchos científicos esperaban. Ninguna de las empresas ha compartido públicamente el alcance completo de sus datos, pero las juntas de seguimiento de ensayos clínicos independientes han revisado los resultados y la FDA pronto examinará las vacunas para la autorización de uso de emergencia. A menos que los datos den un giro inesperado, las dosis iniciales, de acuerdo a notas de prensa americanas, deberían estar disponibles en diciembre.

Desafortunadamente, la logística de fabricación y distribución vienen a representar un nuevo acertijo por resolver. En países desarrollados y en los mismos Estados Unidos, están viendo este reto y las cadenas de alto frío como el siguiente paso a sortear con tal de poder hacer llegar esta vacuna a su población.

Sin duda, los próximos meses serán una prueba en la logística de distribución de la vacuna debido a la inestabilidad que los cambios de temperatura pueden generar en la misma. Parece ser que para poder almacenar la vacuna de Pfizer se debe mantener una temperatura de –70C grados y la de Moderna a –20C, aunque podrían mantenerse a temperaturas más altas si el almacenamiento se requiere por menor tiempo. 

Para nuestro país, esto significa no un problema menor. En su momento, se hicieron grandes acuerdos muy positivos para poder participar en la manufactura y distribución de la vacuna de Oxford en México y a partir de aquí generar una distribución por lo menos para Latinoamérica. Me pregunto si para estas nuevas opciones ahora más prometedoras se tiene contemplada algún tipo de cooperación similar y más aún considerando el reto adicional que el almacenamiento en frío implica para este proceso.

 

Dr. Luis A. Barroso

Director Académico de Posgrado

Escuela de Negocios y Economía

Universidad de las Américas Puebla

 

Twitter: @lbarrosom

 

 

 

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Luis Alberto Barroso Moreno

Director de Posgrado en la Escuela de Negocios y Economia de la UDLAP. Doctor en Sistemas e Ingeniería por Texas Tech y miembro del Centro de Estudios LATAM de Cornell University.