Desde el punto de vista del Derecho Electoral, la ciudadanía es la condición jurídica que otorga la titularidad de derechos políticos, esencialmente el derecho del sufragio activo y sufragio pasivo; por lo que, desde ese punto de vista, el concepto más clásico de ciudadanía es el que se identifica con la ciudadanía política.

En la antigua Grecia, se identificaba como una condición jurídica que existía entre la persona y su nacionalidad.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, define la participación ciudadana como la relación entre la Sociedad y el Estado, que implica la participación ciudadana en los asuntos Públicos y no limitado a solo votar sin una participación más activa, involucrándose, informando a los Gobernantes sobre sus preferencias, requerimientos, necesidades, propuestas y opciones de soluciones en los problemas públicos.

La participación conlleva una serie de principios como lo son:  inclusión, igualdad, no discriminación, autonomía, transparencia y claro, rendición de cuentas.

Es necesario contar con una ciudadanía proactiva que se interese en conocer sus derechos y que en el caso de no ser respetados pueda demandar sus reclamos ante las autoridades.

Una ciudadanía informada y participativa requiere espacios públicos donde se puedan libremente manifestar las ideas, los puntos de vista, la crítica, la reflexión y las propuestas, así mismo se requiere de autoridades que den respuesta rápida a los ciudadanos con total transparencia.

Se debe trabajar para tener un ciudadanía informada, empoderada, responsable y activa.

La ciudadanía empoderada no solo es para hacer valer sus derechos, sino para influir en las decisiones y las políticas públicas.

La construcción de la ciudadanía se relaciona con la idea de que en la sociedad todos son importantes y necesarios en la toma de decisiones las cuales no son exclusivas de los gobernantes.

En los últimos tiempos se habla en el mundo de una nueva ciudadanía digital, misma que requiere de una gran responsabilidad de estar informada.

Una autentica participación ciudadana no implica solo el involucramiento de los ciudadanos, sino también de que los gobernantes estén conscientes que esto es lo adecuado para el bien de la sociedad y su democracia.

Trabajemos por fortalecer la participación ciudadana, en un acompañamiento permanente en las decisiones de gobierno.