Del voto femenino a la violencia política

  • Laura Liliam García López
La conquista de los derechos políticos de las mujeres data desde 1917

Sin mujeres no hay democracia, han pasado más 67 años en la conquista de los derechos políticos de las mujeres, para hacer efectiva una democracia de género. Para lograr la igualdad de género y la democracia paritaria, se requiere alcanzar la igualdad sustantiva y eliminar las violencias estructurales, es tiempo de la transversalización y la institucionalización de la paridad en el poder y de empoderar a las mujeres sin violencia política, a través de la interseccionalidad, como una herramienta para la justicia de género.

La ruta del empoderamiento político de las mujeres en México, ha tenido fechas históricas, en 1917 en el Congreso de Yucatán se hizo la primer propuesta para reconocer el sufragio femenino en la Constitución, en 1923 se eligieron las 3 primeras diputadas entre ellas, Elvia Carrillo Puerto, en 1946 se aprobó una reforma que permitió que las mujeres participaran en elecciones municipales, en 1953 se promulgó la Reforma Constitucional que otorgo el voto a la mujer, y en 1955 las mexicanas votaron por primera vez en elecciones federales.

En la segunda etapa de la ruta feminista de los derechos políticos,  en 1979 en Colima se eligió a la primera Gobernadora Griselda Álvarez, en el 2014 se aprobó la Reforma Constitucional sobre la paridad de género en el registro de las candidaturas a cargos de elección popular, en 2018 se presentó el primer congreso paritario en México donde hemos tenido presidentas mujeres en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, en 2019 se aprobó la Reforma Constitucional Paritaria, “paridad en todo y paridad total”, y en 2020 se decretó la Reforma Integral de Violencia Política contra las mujeres en razón de género.

Los derechos de las mujeres son derechos humanos, en los que están considerados los derechos de igualdad, paridad, participación política, y el derecho a una vida libre de violencia y no discriminación. Las mujeres tienen tenemos derecho a votar y ser votadas en todas las elecciones en igualdad de condiciones sin discriminación alguna. La universalidad del sufragio femenino, ha empoderado a las mujeres para conquistar una democracia femenina.

En la conmemoración del 67 aniversario del voto de la mujer en México, las instituciones públicas, los partidos políticos, los colectivos de mujeres, las feministas, académicas y mujeres en diversidad, alzamos la voz para reconocer  el avance de la igualdad en la política, el derecho al voto femenino en el país es una conquista, como hoy lo es la #ParidadEnTodo y #LaParidadTotal, hoy más que nunca las mujeres estamos en la defensa de seguir conquistando derechos de las mujeres, por lo que vamos por el combate de la violencia política.

El empoderamiento femenino de la política en el país, representa el trance revolucionario que hicieron las mujeres desde el Primer Congreso Feminista de Yucatán  de 1916, hasta la manifestación masiva de mujeres de 1952, en el que demandaron al presidente Adolfo Ruiz Cortines, reconocer en la Constitución “el derecho a votar y ser votadas”. En la actualidad las protestas feministas del 8 y 9 de marzo, la marcha de #8M y el paro nacional #UnDíaSinNosotras, representan la continuidad de la lucha feminista para promover la igualdad de derechos de las mujeres, y en contra de los feminicidios.

¡Que voten las viejas! fueron los encabezados, sin perspectiva de comunicación de género de los periódicos del 17 de octubre de 1953, día en que la Cámara de Diputados aprobó la reforma constitucional a los artículos 34 y 115 que atribuyó los plenos derechos de ciudadanía y del voto a la mujer, lo que se traduce en términos feministas “que herramienta más potente de poder votar y ser votada para gobernar”.

El derecho al voto de las mujeres y de ser votadas, sigue siendo violentado por la discriminación estructural, estamos ante una cultura que ha incentivado la violencia contra las mujeres, la cultura de la violencia de género, enraizada en los patrones del sistema patriarcal del gobierno y de los partidos políticos, una violencia que se ejerce en todos los niveles para invisibilizar el trabajo político de las mujeres, por lo que es tiempo de educar en igualdad,  en los espacios políticos del poder.

El ciclo evolutivo de acciones afirmativas de los derechos políticos de las mujeres, se han dado de forma paulatina en la historia del país, desde el voto de la mujer hasta las reformas constitucionales de igualdad de género y el combate institucional a la violencia política. El reconocimiento de la participación política de las mujeres, no ha cimentado una verdadera democracia paritaria, ya que para su construcción transita por el ámbito político electoral, donde no tenemos una verdadera democracia efectiva.

Carla Humphrey Jordán consejera del INE y titular de la Unidad de Igualdad de género y discriminación,  en su discurso de la conmemoración del 67 aniversario del voto de la mujer expreso “que los derechos de las mujeres no han sido concesiones de las instituciones, sino conquistas colectivas para garantizar la participación política de las mujeres en espacios libres de violencia, y que el reto de las elecciones del 2021 es atender la violencia política en razón de género”.

En el proceso electoral 2021, las mujeres serán el contrapeso para lograr un verdadero cambio estructural en el mapa de la política, la cereza del pastel de la elección 2021 será sin duda combatir la violencia política de género, sin perder la brújula del camino, para seguir impulsando a más mujeres para lograr la paridad total en el terreno más álgido que es en los ayuntamientos “la paridad municipal”, y conformar los gabinetes paritarios municipales.

La construcción de la igualdad de género, es la construcción de la democracia paritaria, para promover una agenda de género que permita modificar los escenarios políticos y poner un contrapeso con enfoque de género en la agenda política del país, con la finalidad de seguir empoderando a las mujeres en los espacios de poder, hasta lograr la Igualdad Salarial.

El empoderamiento de la mujer, debe estar encaminada para adoptar una Agenda de Género, que a mayor presencia de las mujeres en los cargos de representación cambie la política, reflejada en erradicar las desigualdades laborales y salariales. A mayor número de gobernadoras, diputadas, senadoras, magistradas, juezas y mujeres de poder, es una expectativa para que promuevan políticas públicas en favor de las mujeres y se elimine la brecha salarial.

La ruta avanza, hoy el INE, ha reconocido la Iniciativa 3 de 3 sobre el combate contra la violencia política de género, la Sala Superior del Tribunal Electoral ha adoptado medidas contra actos de violencia política contra las mujeres, por lo que se creó el Registro Nacional de personas sancionadas por violencia política, donde hoy ya hay un primer registro en esta lista que corresponde al ex presidente municipal de Pantelhó Chiapas, destituido del cargo por violencia política y  abuso sexual en contra de una regidora.

La Iniciativa 3 de 3 contra la violencia de género, que implica “no ser deudor de pensión alimenticia, no ser acosador sexual y no ser agresor por razones de género”, impulsada por diputadas y por la activista Yndira Sandoval Sánchez, fundadora de Las Constituyentes, ya es lineamiento del INE, y está en proceso de volverse norma, para elevar el nivel de la ética pública y garantizar los derechos humanos de las mujeres en el próximo proceso electoral de 2021.

Irene Montero ministra de Igualdad del Gobierno de España, en su discurso de  toma de protesta, emito una  frase que debemos recordar: “El feminismo es la primera línea en la lucha por la vida”, sus palabras hacen eco a que el feminismo tiene el compromiso firme de defender los derechos humanos de las mujeres, de transformar las esferas de poder, para que no seamos ni una menos, ni una más.

 

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Laura Liliam García López

Presidenta de Paritè emprendimiento de género. Doctora en Derecho-CONACYT. Abogada y Maestra en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas BUAP. Doctorante en Estudios Legislativos de Género y Paridad CONACYT