Lo que el viento se llevó: la derecha

  • Rodrigo Rosales Escalona
Cuando nazca la democracia encontrará un México saturado de oligocracia

¿Democracia? ¿Justicia social? ¿Garantías individuales? Luego de las masacres del 2 de octubre y 10 de junio, aunado a la llamada “guerra sucia”, donde se ejerció la represión con todo el poder del Estado durante tres décadas. Ante la llegada de los neoliberales y tecnócratas desde Miguel de la Madrid y el nefasto de Carlos Salinas de Gortari, se inicia un nuevo proceso de aniquilamiento de todo bien social y patrimonial; para ello, se inició el ir arreglando a la Constitución para que responda a los intereses de mezquinos intereses, beneficiando a una élite de criminales de cuello blanco, marginando de todo a la sociedad mexicana, al contrario, se le fueron restando conquistas constitucionales.

Ya en los noventa, el ritmo de la represión social rebasa toda voluntad de derechos humanos, al ir eliminando a líderes sociales, encarcelándolos o desaparecerlos como método del silencio, sembrando el terror y miedo. Sí, esos movimientos estudiantiles y sociales, siguen vigentes en sus demandas, porque los aparatos ideológicos y de represión del estado, ante la historia, los mantienen en sin dar respuesta legal para castigar a los culpables intelectuales y físicos.

Precisamente, el primero de enero de 1994, en Chiapas, el Zapatismo dio respuesta a las múltiples violaciones que padece la nación, en nombre de los indígenas. En lugar de que el Estado diera una respuesta lógica a el porqué del movimiento, aplicó una guerra de exterminio y de baja intensidad. La comunidad mundial y sobre todo el pueblo mexicano, emitieron su reprobación a dicha conducta criminal del gobierno federal, porque fue una expresión y reclamo de la maldad con la que actúan oligarcas y plutocracia mexicana.

Con Ernesto Zedillo, se confirma el proceso de aniquilamiento de la soberanía y garantías constitucionales, al ser quien da mayores garantías para dichos objetivos. También es quien determina la muerte del sindicalismo independiente y represor de todo movimiento social. No fue un proceso democrático el que Vicente Fox lograra el triunfo electoral, al contrario, fue un cambio de estafeta entre entes derechistas, con disfraz de demócratas.

Desde el 68, la impunidad con la que actúa el poder, solamente se emiten discursos motivadores de que, gracias a esa alternancia, es como se “rompen 70 años de permanencia del PRI en el poder”. Falso, porque el manto de la derecha cambia de disfraz y de diálogo, con forme los intereses lo ameritan, rindiendo cuentas al capital extranjero, entre ello, se benefician los apátridas con los bienes nacionales

Felipe Calderón y Ernesto Peña Nieto, son muestra clara de que la derecha tecnócrata, pactan entre sí, jugando a la democracia, justificándola mediante procesos electorales amañados, donde los actores se cambian de camisón y de colores así convengan a sus intereses. ¿ideología? ¿Filosofía partidista? Ya no encajan en los nuevos escenarios políticos, porque ahora el ser hibrido y pragmático, es garantía de triunfo político para asumir cualquier puesto. Hoy se dicen pragmáticos, como si con ello nos dieran una idea de que son de avanzada. No, al robarnos el presente y futuro al pueblo mexicano, mediante eliminación de derechos sindicales, derechos a una salud pública de calidad de vida, a una educación laica y gratuita que permita formar un pueblo con sentimientos de identidad y conocimientos de construcción de una nación; la respuesta es la represión.

Con el pretexto de combatir al narcotráfico, ambos mandatarios (Calderón y Peña), también encontramos que someten a todo movimiento social, encarcelando a líderes o eliminándolos físicamente, ya en prisión o desaparecerlos. Actualmente, encontramos que, ante la embestida tecnócrata en contra de la clase trabajadora, así como también contra el magisterio, nuestras garantías laborales, educativas y de pensamiento democrático, son cosa del pasado, porque ahora, bajo el pretexto de la modernización, la soberanía está al mejor postor.

La criminalidad de ambos gobiernos presidenciales, no tiene límite, en cuanto a que, entre los dos, suman 170 mil muertos y 46 desaparecidos. El verdadero rostro de sus actos, es la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, donde sus voces, mirada, rostros, expresiones, y físico, sus padres siguen esperando regresen a sus hogares. Sus compañeros de la Normal Rural Isidro Burgos, también anhelan que nuevamente los acompañen en el salón de clases. Claro que no se puede retroceder en el tiempo. Hoy, los sobrevivientes de la masacre y desaparición, egresaron y titularon, así como dan clases. Sin embargo, el llanto y coraje lo contienen en el corazón y memoria que jamás cobrará tranquilidad. Los seguiremos esperando.

En este mar de desgracias para el pueblo de México, a quien no le hace justicia la Revolución, porque éste les fue robada y traicionada, con excepción de Lázaro Cárdenas, porque la anhelada democracia, nada más no acaba de nacer, al contrario, cuando intenta hacerlo, casi le provocan un aborto, por lo que permanece de manera fetal. Cuando nazca, encontrará un México saturado de corrupción, de impunidad y crueldad por parte de la oligarquía, la cleptocracia y otros bichos fácticos como de falsa moral religiosa, que se esconden o disfrazan de moralistas, para vender que son respetuosos de la Constitución y leyes que derivan. Sin embargo, el ser sanguijuelas de mantenerse pegados a México, lo sangran y restan el esfuerzo diario de la clase trabajadora, como también, de un desarrollo con dignidad. Al contrario, son cómplices del momento político y de gobierno en turno.

Para lograrlo, hacen todo tipo de presión y expresiones de protesta, bajo argumentos de que son “socialistas o comunistas” que van en contra de la moral, Fe y religión; que despojarán al país de “la democracia” y libertad de impulsar el desarrollo económico. Entre otras lindezas.

Si la Revolución Mexicana pretendió, mediante la Constitución, otorgar al pueblo un sustento legal que garantice el respeto y cumplimiento de sus derechos civiles y colectivos, después de Cárdenas, recibe la puñalada por la espalda cada sexenio. Pero, los poderes fácticos y ultraderechistas, aprendieron inmediatamente a jugar al poder con el poder mismo, haciendo de la corrupción, el secuestro de la legalidad.

En cada momento que se violan derechos constitucionales al pueblo, éste exige justicia. La respuesta es acusarlos de terroristas, por lo que la “ley secuestrada”, se les ejerce con plomo.

El PRI, junto con el PAN, al principio de sus historias, marcaban diferencias de comportamiento y conductas, el primero, cuando nación con el nombre de Nacional Revolucionario, después Mexicano Revolucionario con Cárdenas, se supone que daría un perfil de protección de la soberanía nacional, empero, cuando se transforma en PRI, se aproxima al perfil del PAN, es decir, se hace fáctico.

En cuanto a la derecha o conservadurismo en México, desde el siglo XIX tuvo sus escenarios contrarios a una nación liberal, en la guerra civil de 1857, luego con el imperio francés.

Casi de inmediato de culminar la Revolución, el hecho de que se pretende que el Estado y educación sea laico, el obscurantismo feudal conservador, sale de la catacumba mediante los cristeros, anteponiendo imágenes religiosas, para alienar a campesinos y obreros, a luchar contra el diablo de gobierno, porque está en contra de Dios. Finalmente, su perfil manipulador los hace ser derrotados.

La derecha y su ultra conservadurismo dogmático, les impide comprender y racionalizar que incluso, en el sistema capitalista o subdesarrollado, el que el pueblo tenga una vida digna con un salario y condiciones laborales justas, el circulante de capital, contribuye a sostener una economía. Al contrario, ven enemigos por todos lados.

La ultraderecha, en momentos que consideran cruciales a sus intereses, marchan con distintas identidades y uniformes.

Enrique Krauze durante el seminario “Gobierno, derecha moderna y democracia en México”, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en la primavera de 2008. Krauze, durante su intervención mencionó lo siguiente:

Lo primero que quiero decir es que me parece que el término derecha tiene una muy clara inutilidad epistemológica. Me extraña mucho que los filósofos analíticos que en México existen, pero que a la vez brillan por su ausencia al menos en el debate público, no hayan demolido su uso; no hayan analizado y luego demolido el uso de este término.

La derecha es dada a crear “sociedades secretas-reservadas”, cargadas de un perfil totalitario, conservador, autoritario y dogmático, es decir, grupos privados de derecha y ultraderecha católicos en México (sociedades secretas), desde el surgimiento de la Unión de Católicos Mexicanos La U, primera sociedad reservada-secreta del siglo XX, Las Brigadas Santa Juana de Arco, Las Legiones, sociedad semi-secreta posterior a La Cristiada, Los Tecos, la sociedad más pública de México. Los Conejos, sociedad reservada-secreta fundada en la Ciudad de México. El Yunque u Orquesta. Asociación Católica de la Juventud Mexicana. Unión Nacional de Estudiantes Católicos. Unión Nacional Sinarquista.

Grupos híbridos de derecha y ultraderecha católicos: La Liga Nacional Defensora de La Libertad Religiosa. Frente Universitario Anticomunista. Movimiento Universitario de Renovadora Orientación.

Presencia de miembros de grupos privados, públicos e híbridos de derecha y ultraderecha católicos en los partidos políticos en México (1977-2000): Partido Acción Nacional. Partido Demócrata Mexicano y el actual Partido Revolucionario Institucional. Sin olvidarnos de que los poderes fácticos, guardando secrecía en evitar sean descubiertos y con nombres los patrocinadores del golpismo barato como medieval en usar un lenguaje de las dictaduras de los setenta, como: “AMLO nos conduce al socialismo o comunismo”, también de “es populista”, se mueven raptando y con lengua viperina con el disfraz de FRENA, quien se aprovecha de la ignorancia de la clase media y de sectores campesinos y hasta obreros, de persuadirles de que “está en peligro la fe y religión”.

Claro que las manifestaciones de FRENA, lo hacen un sector de clase media alta en sus automóviles a claxon desgañitado, como rezongando de sus propios complejos y frustraciones, como culpando a Carlos Marx de su sentencia de “La religión es el opio del pueblo”. No por Dios ni la religión misma, sí por las instituciones oportunistas.

La ultraderecha, con el fin de sacar al presidente Andrés Manuel López Obrador de su cargo, se han manifestado en carros de lujo, haciendo lujo de la libertad de expresión, hasta que lograron posicionarse del zócalo de la CDMX, instalando casas de campaña, bajo el supuesto de pernoctar hasta vencer al presidente. No contaban con la astucia de la naturaleza, que un fuerte viento, hizo volar por el aire sus casas de campaña, generando escarnio de ciudadanos que en redes sociales se burlaron. Incluso, ironizó luego de que el viento se llevó las casas de campaña del FRENAAA instalados en plantón en el zócalo capitalino.

“Ayer que hubo viento, volaron las casas de campaña y me estaban echando la culpa, que tenía unos ventiladores jejeje”.

En su conferencia de prensa, en Palacio Nacional, el titular del Ejecutivo reiteró que están garantizadas todas las libertades.

El punto es que castas divinas se esconden, mientras que sus persuadidos, provenientes de municipios de Michoacán, Jalisco, Nuevo León y otros, que viajan en autobuses, los acarrearon en el zócalo. Este domingo pasado, algunos miles llegaron para manifestarse, a las 6 pm, regresaron a su lugar de origen. Para aparentar que están en el plantón, caminan como ánimas en pena. Ya en la noche, se van a hoteles.

Bien por ellos, que podrán grillar lo que quieran, jamás podrán comprobar que nos conducen a Venezuela, a tener a la Guardia Bolivariana, mucho menos al comunismo.

Creo que Tlaloc les aventó viento. Castigo Divino Azteca.

Otro día hablaremos de lado obscuro, muy obscuro de estos de derecha fascista.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

Analista político y de prospectiva social.

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.