El sistema educativo y la nueva convivencia social

  • José Pascual Urbano Carreto
Con la vacuna y controlado el Covid -19, el sistema educativo se habrá democratizado

En nuestro país se ha desarrollado un proceso de reforma de la educación, en el proyecto queda asentado que el sistema educativo se debe orientar a educar para la vida, y ello significa inscribirse en el rumbo de transmitir conocimientos necesarios para comprender la realidad presente y el devenir de nuestra nación, así como para tener la capacidad de convivir con nuestros semejantes y hacerlo de manera cordial y solidaria, así como aprender a cuidar el entorno en que vivimos y asumir la importancia de propiciar su mejoramiento. 

Se proyectó una reforma de ese calado y con la derrota que las fuerzas progresistas propinaron a los representantes de la opción neoliberal que impulsó el sistema educativo correspondiente para que los educandos se incorporaran prioritariamente a los propósitos de la ganancia y del lucro, es decir, principalmente lo que la acción del mercado dictara; por ello se tendió a fortalecer el proceso de privatización de las actividades educativas y de las instituciones públicas destinadas a impartir educación a los mexicanos.

En el proceso de rescate que el gobierno progresista está realizando de las funciones esenciales del sistema educativo, para apartarlas de las acciones de los negociantes de la educación, justo en ese proceso fue cuando se presentó el problema de salud de la epidemia generada por el Corona Virus, que se convirtió en una pandemia de alcances universales; ello afectó nuestra convivencia social, lo que nos obligó a recurrir a un proceso de distanciamiento social, repercutió en la actividad económica y de modo agudo se expresó en la suspensión de las actividades educativas correspondientes a la  manera tradicional, digo eso porque nos orilló a convivir de manera muy diferente y eso representa un proceso muy intenso de dificultades, de sufrimiento y de aprendizaje.

Nuestro nuevo sistema educativo se tuvo que empezar a aplicar en circunstancias que exigen un conjunto de medidas que significan un replanteamiento profundo y la exigencia de apresurar la modernización de nuestros medios de comunicación y de las formas que deberá tener el desarrollo del proceso educativo. Ya se ha iniciado el proceso de cambio, y cada vez se desarrolla de manera más intensa. Por ejemplo, en el Senado de la Republica se presentó, el nueve del presente mes, y con el aval de todas las fuerzas políticas representadas en el senado la Ley de educación Superior que se orienta a sentar las bases para que el estado cumpla con la obligación constitucional de garantizar el derecho de los mexicanos a la educación, la instrucción universitaria de manera gratuita.  

Es una ley reglamentaria a la reforma educativa en materia constitucional, que fue consensuada con autoridades, universidades públicas y privadas, con las autoridades educativas de todos los niveles para reglamentar el proceso de educación de calidad y democrática, con la intención de aprobarla en los próximos días.

La iniciativa establece criterios para el financiamiento a la educación pública; la obligación de las instituciones privadas de destinar 5 por ciento de su matrícula a becas de estudiantes sin recursos; garantiza el respeto a la autonomía universitaria, ya que ningún acto legislativo podrá contravenirla, y frena a las llamadas universidades patito, ya que para brindar el servicio educativo deben contar con reconocimiento de validez oficial. Se trata de defender la educación pública para garantizar el acceso de los mexicanos, niños, jóvenes y adultos a la educación de calidad requerida para asegurar un país con una población que garantice su progreso.

Así que, los mexicanos después de haber enfrentado las consecuencias del intento privatizador de los adoradores del mercado, de experimentar las consecuencias del crecimiento económico y el desarrollo social excluyente y concentrador de la riqueza y, por si fuera poco, de ser víctimas de la pandemia del covid-19 así como las consecuencias para enfrentar a la inclemente epidemia que obligó a los países del mundo a asumir la necesidad de realizar la acción de distanciamiento social implicando detener las actividades productivas, comerciales, financieras, educativas políticas y de gobierno, calificadas como temporalmente no indispensables, de hecho nos obligó a detener la marcha de la vida social de nuestros países. 

Se determinó que se realizaran solo las actividades básicas para mantener la vida de las sociedades que fueron afectadas por la citada pandemia. Con una estrategia para enfrentar las dificultades mencionadas el gobierno progresista del presidente Andrés Manuel López Obrador, a principios de este año decidió de manera integral reducir al mínimo las actividades de la sociedad para evitar la propagación incontenible de la epidemia. Entre otras medidas; se acordó suspender las actividades presenciales del sistema educativo, en todos los niveles del sistema se interrumpió la actividad, ello significó detener el proceso de enseñanza aprendizaje en el que participan 36,450, 500 estudiantes y 2,085, 090 Maestros y se procedió a frenar la actividad en 258,015 escuelas.

 En cada nivel se detuvo la actividad, lo que se tradujo que cesó la actividad en la educación básica para 25,447,500 estudiantes y 1,219,862 maestros, en tanto que la educación media superior se detuvo la actividad de 5,237, 000 estudiantes y 423 754 maestros; en la educación superior cesó el proceso educativo para 865 000 estudiantes y 397,971 maestros. De esas dimensiones fue la decisión tomada para evitar que los integrantes del sistema educativo se convirtieran en una plataforma para la propagación de la epidemia, las consecuencias en la educación son muy significativas, pero, las decisiones al respecto eran indispensable. 

En este momento ya se habla de que estamos en vías de neutralizar la amenaza, se reporta que hay avances en los métodos para el tratamiento que permite curar a un mayor número de mexicanos que han sido afectados por la epidemia del Covid-19. Ya se anuncia con mucha seriedad de la posibilidad de contar con una vacuna que inmunice a los seres humanos de todo el planeta, y de manera particular a los mexicanos, se tiene ya el compromiso de que en cuanto esté la vacuna nuestro gobierno la adquirirá en las cantidades suficientes para que se ponga a disposición del sistema de salud de nuestro país y se aplique gratuitamente a todos los mexicanos que la requieran; además con la estrategia de combate contra la pandemia se está logrando disminuir el ritmo de su propagación.

 Por todo lo anterior ya se proyecta reactivar muchas de las actividades que fueron suspendidas en su forma tradicional, y como ya se está logrando poner el semáforo epidemiológico en color amarillo, se proyecta reactivar el funcionamiento del sistema educativo entre otros sistemas más. 

Cuando se anuncia eso se ha comenzado a reflexionar acerca de lo que ello representa en el panorama de un sistema educativo orientado a los nuevos  propósitos: se pretende lograr una educación democrática, de calidad, con compromiso social y por tanto solidaria, y sobre todo al alcance de todos los mexicanos, de ese modo se expresa el propósito de superar a la educación privatizadora y orientada a formar ciudadanos que, principalmente, les interesaban las señales del mercado es decir del lucro y la máxima ganancia. 

En las actuales circunstancias se debe tomar en cuenta que hoy el sistema educativo está funcionando bajo las medidas que implica el distanciamiento social, que limita la posibilidad de desarrollar el proceso educativo de manera presencial plena y entonces plantea que para activar el sistema educativo se tendrá que asumir nuevas formas de funcionamiento, que en la etapa anterior al distanciamiento social, se desarrollaban de modo complementario, para atender los requerimientos de sectores reducidos de la población, la educación en Línea, haciendo uso de las plataformas de comunicación vía Internet. En las circunstancias de la normalidad anterior se requería contar con la infraestructura necesaria, pero tenía muchas posibilidades de ser viable, se trataba de atender desde las instituciones educativas una demanda de decenas de miles de estudiantes. Lo que hoy tenemos en puerta es nada menos que la demanda de educación en línea de 36.5 millones estudiantes,  en una medida provisional, entiendo, se ha recurrido a las cadenas de TV para atender a parte de esta demanda pero se tiene que asumir que es una medida provisional y con muy importantes dificultades que superar el proyecto significa abordar la necesidad educativa de los 32 estados de la república con sus ciudades grandes medianas y pequeñas y con sus comunidades rurales, por ello se tiene proyectado que para atender a la demanda de educación básica, en las regiones más pobres del país, como Los Altos de Chiapas o la sierra de Oaxaca, el ciclo escolar 2020-2021 aún no se inicia. Sin acceso a la tecnología, los maestros rurales se preparan para volver a las comunidades donde la señal de televisión, Internet o teléfono son sólo un sueño. Allá no llega nada.

Las clases, señalan que se darán con megáfonos o perifoneo en las localidades. “Vamos a entregar a cada alumno, aunque sea por debajo de la puerta, los cuadernillos didácticos que elaboramos y al menos un día a la semana estaremos afuera de sus casas para contestar sus preguntas”.

En localidades de la sierra y la mixteca de Oaxaca, destacan profesores, la mayoría no tiene acceso a la señal de televisión. En las casas donde hay padres o hijos de migrantes algunos colocaron antenas, pero para la mayoría pagar mil 400 pesos con el fin de que les instalen Internet y cubrir la renta mensual de 400 es mucho dinero.

Además, indicaron, “la cobertura es muy mala; si vives cerca del río o detrás de la loma, ya no te llega la señal. En pueblos de 800 habitantes hay hasta cuatro o cinco negocios que rentan la señal, porque nadie les puede dar cobertura más allá de su cuadra. Esa es nuestra realidad, muy lejos de Aprende en casa”.

  en el caso de la educación superior y media superior se tiene proyectado combinar lo que se ha convenido con el uso de los sistemas de tecnología informática relacionada con el uso del Internet, en ese caso muchas de las universidades, Tecnológicos y las diversas instituciones de educación superior tienen una importante infraestructura, misma que para la nueva situación es insuficiente, así que aquí también se localiza un problema, que se tiene que superar.  

Retomando lo esencial del debate en la educación en los términos de lo planteado por Laura Poy Solano en su artículo “Difícil, el regreso a clases en zonas donde no hay acceso a la tecnología” (Publicado en el Periódico La Jornada, el miércoles 26 de agosto de 2020,) es pertinente formular que:

   En el debate educativo actual podemos ver dos grandes discursos narrativos: por un lado, se encuentra la perspectiva liberal-tecnocrática, preocupada particularmente por las evaluaciones de impacto de los programas, la evidencia disponible para la toma de decisiones en los procesos de gobierno y el logro de resultados cuantificables. Debido a su primacía por la eficiencia y resultados, ha apoyado sistemáticamente la incursión al debate educativo de actores privados, corporaciones y filantro-capitalistas, que han puesto por delante una supuesta capacidad para ayudar a mejorar los niveles de rendimiento en las escuelas, ya sea con la elaboración de estándares educativos, el desarrollo de alianzas público-privadas, etcétera. Para esta perspectiva, la respuesta del gobierno es incierta porque, pese a ser una continuidad del programa Aprende en Casa, no cuenta con información clara sobre sus resultados. Es esencialmente un problema de diseño y evaluación.

Por otro, se ubica la tradición democrático-popular, que, si bien exige claridad en programas y resultados, pone énfasis en el desarrollo de las políticas a partir de sus efectos respecto de las comunidades educativas, el magisterio y el gobierno educativo. Dado que su análisis de la política pública parte de la escuela, las experiencias cotidianas de la práctica pedagógica constituyen el pilar de sus reflexiones. Esta tendencia ha buscado ampliar el margen de autonomía del trabajo docente, así como la integración de lógicas comunitarias en los planteles. Derivado de ello, persiste una preocupación permanente respecto al carácter público de la educación, tanto en su financiamiento como en sus contenidos y en la toma de decisiones. Para esta tendencia, la concertación entre SEP y televisoras representa un paso más en el camino de la privatización, lo cual genera también implicaciones en el proceso pedagógico. No estamos sólo ante un problema de falta de planeación, sino frente a un reto para la preservación de la escuela pública.

 En mi opinión pareciera que se está permitiendo avanzar a los partidarios del antiguo régimen, eso se percibe a partir de la concertación realizada para enfrentar la situación de emergencia, pareciera que se está avanzando en la privatización educativa por las transferencias de recursos del sector público al sector privado, la redistribución de responsabilidades entre sector público y privado en la política educativa e incremento del protagonismo de actores privados en el proceso político. Una decisión que puede plantearse como solución necesaria, pero para que sea sana debe procurarse que sea temporal.

Lo anterior es parte de una inercia en que la autoridad educativa federal ha decidido dar respuesta a problemas y necesidades por la vía empresarial, por la premura se ha hecho sin mayor participación sustantiva del magisterio en sus deliberaciones. Mientras el titular de la SEP encuentra en el sector privado las ideas y las propuestas para dar forma al sistema educativo, pareciera percibir al magisterio como gran colectivo que históricamente ha trabajado en las aulas –y ahora desde casa– a contracorriente, sin necesidad alguna de reconocimiento real a su trabajo, más allá de un bien armado y repetitivo discurso de unidad.

 El peligro es que se pudiera caer en una cada vez mayor dependencia de la educación pública respecto de la iniciativa privada, la percepción se explica como  producto de una larga hegemonía liberal-tecnocrática en la burocracia educativa nacional, pero justo el cambio en la orientación del proceso educativo se ubica en lograr una educación que corresponda con los nuevos criterios que privilegian el interés de la nación mexicana y subordina la participación de los intereses privados. La situación de la solución temporal se afirma y se hace evidente, cuando consideramos que la etapa del distanciamiento social tiende a concluir y entonces los más de 36 millones de estudiantes y sus correspondientes más de 2 millones de profesores retornen a las aulas, en ese momento se podrá implementar un sistema mixto que integre a los profesores intensivamente preparados en las nuevas tecnologías, a una infraestructura de medios de comunicación mejorada más acorde con las necesidades educativas, estudiantes mejor equipados para la nueva normalidad del funcionamiento del sistema educativo. Cuando llegue la vacuna contra el Covid -19 y se controle la epidemia, espero que sea pronto, se tendrá a todos los integrantes de la sociedad con la transformación del sistema educativo para convertirlo en un sistema democrático al servicio del pueblo mexicano. 

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.