*Para el Gobierno de Barbosa, solo han muerto 4 mil 300 poblanos a causa del COVID.

El escritor y político inglés Benjamín Disraeli sentenció en el siglo XIX que “la estadística no miente” los que mienten son los políticos incapaces.

En el caso concreto del Estado de Puebla, el manejo de la pandemia fue un fracaso. Barbosa se tomó a la ligera un suceso mundial. Pasó de culpar a los ricos de Puebla de traer la peste, a recetar como médico brujo, mole y caldo de pollo con chilito.

Hace unas semanas, me di a la tarea de solicitar vía la Plataforma Nacional de Transparencia los datos de actas de defunción expedidas entre enero de 2018 y agosto de 2020, para comparar el incremento de la mortalidad desde que se presentó el primer caso de COVID-19 en Puebla (11 de marzo de 2020) y el primer deceso (29 de marzo de 2020). Los datos me dejaron frío.

El incremento de decesos entre marzo y abril de 2020 no es significativo con el promedio de los dos años anteriores, sin embargo, empezamos a notar una discrepancia a partir de mayo. El 1 de junio, Barbosa declaró que habían fallecido 510 personas a causa del virus, hecho que se contradice con las 1587 personas que fallecieron de más en promedio con los dos años anteriores.

El caso más alarmante se suscita entre junio y julio donde fallecieron 8014 y 9714 personas. Lo que significa que existe una discrepancia de 4052 y 5400 personas de más en relación con los dos años anteriores.

Durante el mes de agosto se repite en menor medida esta discrepancia pues fallecieron 6774 personas, lo que significa un incremento de 2614 más que los años anteriores.

El viernes pasado, Barbosa dijo que habían fallecido 4 mil 301 personas en el Estado a causa del COVID. Los datos que me entregó su propio Secretario de Gobernación David Méndez demuestran una discrepancia de 13 mil 762 poblanos.  La estadística no miente. El Gobierno del Estado esta escondiendo una realidad que a todas luces percibimos.

Los criterios políticos se imponen sobre los científicos en la Secretaría de Salud del Estado. Los poblanos se están muriendo en sus casas, los pocos que llegaron a tener cabida en los hospitales estatales se fueron con otros diagnósticos que no incrementaran las estadísticas reales.

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Hay que recordar la circular que se giró en abril de este año donde se pidió evitar a toda costa poner COVID en las causas de muerte de los decesos.

Esconder la verdad y atentar contra la salud de los poblanos es un crimen de lesa humanidad.

dip.jose.espinosa@congresopuebla.gob.mx