Seguridad descoordinada

  • Eduardo García Anguiano
15 gobernadores pidieron al Presidente se abstenga de "politizar" la seguridad

Las capacidades del Estado para cumplir la función de la seguridad pública se minimizan sin la coordinación institucional.

El gobierno federal retirará a las fuerzas federales de los mecanismos de coordinación de seguridad en el estado de Chihuahua, según ha trascendido a los medios de comunicación.

Ante el anuncio de quince gobernadores que pidieron al Ejecutivo Federal que se abstenga de "politizar" la seguridad en el país y han exigido que se sujete a los acuerdos para controlar el crimen y garantizar la integridad de la población.

Los gobernadores que hicieron este pronunciamiento fueron los de: Quintana Roo, Durango, Baja California Sur, Aguascalientes, Guanajuato, Yucatán, Chihuahua, Querétaro, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Colima, Coahuila y Nuevo León, para que los asuntos de seguridad queden fuera de cualquier tipo de interés político partidista, dado que con ello sólo se "fortalece a la delincuencia organizada y se debilita a la sociedad", según lo expusieron.

Considerando los acontecimientos anteriores se pueden comentar por lo menos tres puntos:

Federalismo.- Corresponde la función de la seguridad pública a los tres órdenes de gobierno, según nuestro modelo para este tema, el cual se plasma en la Constitución General de la República. En tal virtud, no pueden existir políticas descoordinadas entre el gobierno federal y las entidades federadas y si las hay no benefician al cumplimiento de esta función.

Fueros.- En México tenemos el fuero federal y el común, el federal lo atiende el gobierno de la República y el común las entidades federadas. Ejemplo: el delito de homicidio doloso corresponde al fuero común, pero como muchas veces se presentan hechos de materia federal que se relacionan con un homicidio, se tienen que coordinar ambas autoridades para atender el tema. 

Operación.- Por sus capacidades y competencias las fuerzas del orden federal están imposibilitadas material y legalmente para atender todos los asuntos de la seguridad pública, los cuales abarcan: prevención y control de los delitos, procuración de justicia, readaptación social, vialidad y justicia cívica; por lo que sin la participación de las entidades federadas la seguridad pública en nuestro país es una quimera.

El reverendo inglés Herbert Mortimer Luckock expresó: “Nadie puede silbar una sinfonía. Se necesita una orquesta completa para tocarla”.

secretariadoejecutivo1313@gmail.com

24 de septiembre de 2020

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Eduardo García Anguiano

Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y gobiernos locales en áreas de seguridad, gobierno y salud. Ha sido profesor en: UDLAP, IMIDECIP, Instituto Técnico de Formación Policial de la CDMX y en el INAP.