¿Oposición u opción de gobierno?

  • Marcelino León Ochoa
Rescato la idea de Ricardo Anaya dejar de ser oposición para ser opción

El verbo “oponer”, dice la Real Academia de la Lengua tiene varias acepciones. Puede significar: poner algo contra otra cosa para entorpecer o impedir su efecto; o bien, proponer una razón o discurso contra lo que alguien dice o siente o imputar, achacar, atribuir algo a alguien.

La acción de oponer tiene una carga negativa. En determinados momentos y circunstancias es válido oponer resistencia, criticar, señalar, poner barreras o límites a actos, atropellos y acciones que atenten contra la libertad y los derechos fundamentales, pero no puede ser una actitud permanente.

Yo no estoy de acuerdo con aquellos que se autonombran oposición y que adoptan mensajes como: ser oposición responsable, toda oposición suma, armemos un bloque opositor, etc.

Esto no quiere decir, insisto, en que en ocasiones se justifiquen actos que se opongan a un régimen, porque funcionan como mensajes de alerta, como llamados a la conciencia colectiva, para despertar sentimientos que muchas veces están reprimidos.

Esto lo comento por las acciones realizadas por FRENNA (Frente Nacional AntiAMLO) el pasado fin de semana, al querer ingresar al zócalo de la Ciudad de México para establecer un campamento permanente de resistencia.

Mis respetos a quienes integran FRENNA. Yo podré no estar de acuerdo con sus métodos o con lo que dicen -parafraseando a Voltaire- pero defendería hasta la muerte su derecho a decirlo, porque vivimos en un país de libertades y de estado de derecho que hemos construido a lo largo de varias generaciones.

Me queda claro que FRENNA está despertando el interés de una parte de la ciudadanía que está decidida a recetarle al Presidente una sopa de su propio chocolate. Y vaya que lo han exhibido, pues el que las hace no las consiente. 

FRENNA desde hace algunos meses, viene creciendo. Desde las caravanas de autos en las principales ciudades del país hasta la instalación del campamento en Reforma. Están convencidos que la resistencia pacífica es la única forma de cambiar el rumbo del país.

Considero que las acciones de FRENNA ayudan a despertar conciencias y a mover voluntades pero no son la única vía.

Al analizar el mensaje de Ricardo Anaya, cuando anuncia su regreso a la vida pública, entre otras cosas destaco su idea de dejar de ser oposición para ser opción.

Los que hoy gobiernan gran parte del país se pasaron muchos años siendo oposición, descalificando, señalando errores y ofreciendo soluciones que sonaban atractivas y fáciles de realizar. Hoy son un completo fracaso, un gobierno fallido.

Al país se le están acabando las buenas noticias y no es cuestión de buena o mala suerte, sino de capacidad, buena voluntad y honestidad.

Así, mientras una parte de la ciudadanía está dispuesta a confrontar directamente al Presidente, otros, muchos otros debemos empezar a construir acuerdos, a sumar voluntades e inteligencias para diseñar soluciones a los graves problemas que nos aquejan.

Es bueno generar el interés en los asuntos públicos pero sobre todo, es preciso despertar las emociones en sentido positivo, en torno a ideas, propuestas y liderazgos -nuevos y viejos, de ayer y de hoy- que sin protagonismos, estén dispuestos a trabajar por trazar un mejor camino para México.

Si esto sucede, todos los frentes estarán cubiertos. Entonces ya no nos desgastaremos diciéndole todo el tiempo NO al gobierno sino diciéndole por donde sí debe transitar, pues tendrá que acatar lo que la voluntad mayoritaria decida.

Ojalá los actores políticos y sociales lo entiendan y antepongan el interés general, que es el bien común de México, por encima de sus intereses personales.

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Marcelino León Ochoa

Politólogo. Maestro en Gestión Pública. Coordinador de asesores del grupo de regidores PAN.

Catedrático en UPAEP. Ex regidor del Ayuntamiento de Puebla 2011-2014