Políticas hídricas, desarrollo y conflictos

  • Alberto Jiménez Merino
Los problemas del agua son parte de los jinetes del apocalipsis mundial

El Río Amarillo de China ya no llegó al mar en ningún año de la década de los 90 del siglo pasado. En América del Norte, el Río Colorado apenas y logra llegar al Mar de Cortés y, en el año 2000, el Río Bravo se secó antes de llegar al Golfo de México, de acuerdo con Montaigne, 2002.

EL Lago Tule en California mide hoy un poco más de 4 mil hectáreas, pero hace un siglo contaba con 40 mil y el 90 por ciento de los pantanos ha desaparecido.

El agua se acaba porque la población se ha incrementado, pero a la par, porque no hemos desarrollado suficientes mecanismos de ahorro, retención y reciclamiento que eviten su agotamiento y contaminación.

Actualmente, la falta de agua, el reducido tratamiento de aguas residuales, sequías recurrentes, tormentas, huracanes, desaparición de acuíferos, contaminación de ríos y mares con aguas negras y residuos sólidos, son parte importante de la lista de jinetes del apocalipsis mundial.

Estudios de la Universidad de Oregon, señalan que 261 cuencas (zonas de escurrimiento común) en el mundo que ocupan el 45 por ciento de la superficie, cruzan fronteras de dos o más países; 145 países dependen de los sistemas fluviales compartidos para cubrir al menos una parte de sus necesidades de agua dulce y en muchos de ellos la dependencia es completa.

El mismo autor, arriba citado, señala que en el Medio Oriente y el sureste Asiático, se estimó en 1995 un escurrimiento de mil 250 metros cúbicos por persona, sólo lo justo para satisfacer las necesidades básicas; pero en 11 países: Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Libia, Marruecos, Arabia Saudita, Siria, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, el agua por habitante alcanzó como máximo mil metros cúbicos al año, solo la cantidad mínima necesaria para mantener la estabilidad social.

El agua es la base de la vida y la economía, influye en todas las actividades del ser humano. Su escasez es el principal motivo de desestabilización política y social, algo que saben hasta los niños de primaria. La falta de agua es la principal causa de cierre de calles, vialidades y oficinas gubernamentales, o toma de presas de almacenamiento.

El vital líquido es la principal fuente de riqueza, base de la salud y motor de desarrollo. La falta de éste es la explicación fundamental de la migración porque no permite opciones productivas en esas regiones expulsoras de mexicanos.

Es también fuente de destrucción por el impacto de los fenómenos meteorológicos asociados como las sequías, lluvias intensas, granizadas, heladas, tormentas y huracanes.

Al momento de escribir esta columna recibí la comunicación de autoridades de Tulcingo de Vale: lluvias torrenciales del miércoles y jueves provocaron la caída de dos puentes vehiculares que han dejado incomunicadas a las poblaciones de Tlaltepexi y Xixingo de los Reyes.

México recibe anualmente mil 528 kilómetros cúbicos de agua por precipitaciones, de los cuales se evaporan mil 106 kilómetros cúbicos. La infiltración para recarga de acuíferos es de 75 kilómetros cúbicos y el agua disponible es de 472 kilómetros cúbicos, de los cuales 150 son almacenados en grandes presas nacionales.

Adicionalmente, y de acuerdo al tratado de distribución de aguas internacionales firmado en noviembre de 1944 entre Estados Unidos y México, nuestro país recibe cada año del Río Colorado 1 billón 850 millones 234mil metros cúbicos y debe entregar cada cinco años un volumen de 431 millones 721 mil metros cúbicos correspondientes a una tercera parte de los escurrimientos que llegan al Río Bravo.

El cumplimiento de este acuerdo se ha convertido en el mayor conflicto social existente entre productores de Chihuahua, un gobierno estatal y el gobierno federal. Cuando no se escucha a la gente para encontrar soluciones conjuntas, cuando se piensa que todos son ineptos y corruptos, las consecuencias son desastrosas para ese gobierno, pero principalmente para la sociedad.

Recuerdo que cuando una vez pedimos la fuerza pública para desalojar a unos ambulantes en Tláhuac, Ciudad de México, que estaban enfrentados con los pobladores, el responsable de la seguridad pública dijo: “¿por qué me piden resolver algo que debe arreglar la política?”

La desconfianza, el prejuicio, la inexperiencia, el odio y ánimo de venganza que prevalece en la 4t, solo está llevando los problemas a niveles difíciles de resolver. Este del agua en Chihuahua, se encamina a un conflicto internacional con una total ausencia de la política.

¡Qué grave para México! 

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.