Líderes auténticos para formar a los líderes del futuro

  • Juan Martín López Calva
Enfrentamos liderazgos tecnocráticos que pretenden sustituir con técnica la sustancia

“Lo que a menudo pasa hoy por liderazgo es vana sustitución de técnica por sustancia. Los jesuitas desecharon el estilo de liderazgo aparatoso para concentrarse más bien en engendrar cuatro valores verdaderos como sustancia del liderazgo:

-Conocimiento de sí mismo

-Ingenio

-Amor y

-Heroismo…”

Chris Lowney. El liderazgo al estilo de los jesuitas, p. 12.

https://isfdnsfatima.files.wordpress.com/2012/09/chris-lowney-liderazgo-al-estilo-de-los-jesuitas.pdf

 

            Vivimos en un mundo que parece flotar sin rumbo, sumido en la incertidumbre, la confusión, la ausencia de futuro, el miedo, la indiferencia y la desesperanza. El escenario en que vivimos nuestra existencia como personas, como grupos, como sociedad y como especie es una especie de túnel obscuro, de callejón sin salida.

            Una de las razones de esta crisis es sin duda la carencia de líderes auténticos que orienten y convoquen a la unificación de esfuerzos para la transformación y comuniquen de manera significativa algunas pautas para apuntar hacia el futuro.

            ¿Cómo se puede afirmar que hay carencia de líderes si vemos a Trump, Bolsonaro, Erdogan o López Obrador arrastrando multitudes que se conmueven con sus discursos y se enardecen con sus continuos llamados a descalificar, denostar y hasta agredir a sus adversarios en nombre de un proyecto utópico que mueve sus sentimientos más profundos de indignación y rebeldía ante las injusticias, la corrupción y los abusos que históricamente han padecido?

            No omito esta emergencia de líderes populistas que se ha desatado en el mundo recientemente ante los enormes abusos e injusticias que se han dado desde el poder aún en regímenes considerados como democracias consolidadas. Sin embargo, me parece que este fenómeno es uno de los dos extremos que evidencian esta carencia.

            Un extremo es el de la proliferación de presidentes, políticos y dirigentes de organizaciones y empresas con un perfil de formación de alto nivel técnico pero sin ninguna sensibilidad hacia las necesidades, sentimientos y aspiraciones de los demás. Se trata de los liderazgos tecnocráticos que han pretendido, como dice el epígrafe de Lowney, sustituir con técnica la sustancia.

            Del otro lado y como reacción a esta visión de ejercicio tecnocrático del liderazgo que fue generando una enorme indignación y resentimiento social, surgieron estos líderes populistas que rechazan y menosprecian la técnica pero tampoco tienen sustancia como líderes porque manejan las emociones de la gente que los rodea para conseguir sus propios fines.

            En la afirmación que hice al inicio hay un adjetivo que me parece central para  argumentar que estamos en una enorme crisis de liderazgo. Se trata de la palabra auténtico. ¿Cómo es un líder auténtico?

            Recientemente, en los períodos de Primavera y Verano de este año infausto de la pandemia, tuve la oportunidad de impartir dos seminarios de posgrado en la UPAEP que tienen en su programa el tema del liderazgo. Para prepararlos y desarrollarlos me reencontré con el libro de Chris Lowney: El liderazgo al estilo de los jesuitas.

            Como muchos deben saber porque el libro fue un best seller cuando se publicó, Lowney pasó algunos años de su formación como miembro de la Compañía de Jesús y cuando decidió dejar la Orden, fue contratado como ejecutivo en una gran empresa transnacional.

            A partir de este cambio radical en su vida, Lowney tuvo la idea de responder a la demanda creciente de convertirse en líder empresarial y de hablar de liderazgo en su trabajo rescatando algunos elementos que él vivió y aprendió en su etapa como jesuita, porque él veía que un sello distintivo de los miembros de la Compañía de Jesús es que son líderes en sus respectivos campos de acción.

            El libro es el resultado de esta reflexión sobre su experiencia y en él, el autor plantea cuatro grandes rasgos que constituyen lo que él considera un auténtico líder que como dice la cita son: autoconocimiento, ingenio, amor y heroismo.

            Para Lowney, los líderes auténticos son personas que entienden sus fortalezas, sus debilidades y sus valores, además de que desarrollan una sólida visión del mundo. Desde este rasgo, los líderes son personas humildes porque están continuamente trabajando en sí mismos para consolidar sus fortalezas, reconocer y tratar de superar sus debilidades o lidiar con ellas, buscar valor en lo que hacen y reconocer los valores fundamentales que orientan su vida y les permiten desarrollar y revisar continuamente su visión del mundo.

            En segundo lugar, los líderes auténticos poseen el ingenio que consiste en innovar confiadamente y adaptarse a un mundo cambiante. Los líderes auténticos son aquéllos que tratan de estar continuamente innovando con la confianza en que lo que proponen es congruente con las exigencias del mundo en el que viven. Son personas que se adaptan a la realidad y no ajustan la realidad a sus ideas preestablecidas, No se aferran a ningún medio, idea o estrategia porque tienen la mirada puesta en el fin último que persiguen y saben que los medios tienen que adecuarse a cada momento y orientarse a ese fin.

            Un tercer rasgo que caracteriza a los líderes auténticos es que dirigen a sus equipos u organizaciones con base en el amor y no en el temor. Esto quiere decir que confían y tratan de comprender la postura de cada persona, basándose en el respeto a su dignidad humana inalienable que está por encima de cualquier causa, meta o proyecto, tienen visión para distinguir el potencial que hay en cada persona; tienen el valor, la pasión y el compromiso para facilitar el desarrollo de ese potencial y viven de manera leal y generan lealtad y apoyo mutuo a su alrededor.

            Finalmente se encuentra el heroísmo que no es la autoglorificación ni la soberbia que nace de sentirse especial sino por el contrario, la actitud que asume como eje de la vida el servicio y se esfuerza por ejercer ese servicio a los demás cada día mejor, imaginando un futuro inspirador y entregando la vida para construirlo. Los líderes auténticos se fortalecen a sí mismos y a los demás poniéndose metas altas por alcanzar y no esperan a “tener oportunidades de oro” sino que son capaces de “sacar oro de lo que tienen a su alrededor”.

            Sí, en la sociedad mexicana y en el mundo hacen falta líderes auténticos con estos cuatro rasgos, pero también en la educación hacen falta líderes inspiradores que con su testimonio sean capaces de transformar las enormes carencias que tiene la formación de las futuras generaciones en oro a partir de distinguir y estimular el enorme potencial que tiene cada niño y cada niña y formarlos como líderes.

            Los educadores por la propia naturaleza de nuestra labor estamos llamados a ser líderes, pero no líderes tecnocráticos que dominan la técnica pero carecen de sustancia. Tampoco líderes populistas que se quedan en el nivel de las emociones y usan su carisma para manipular a la gente y conseguir sus propios fines y alimentar su ego.

            Necesitamos trabajar todos los días por volvernos líderes auténticos desarrollando estos cuatro rasgos para volvernos significado personificado para nuestros educandos. Tal vez si lo hacemos podamos ir subsanando esta grave carencia y formando hoy a los líderes auténticos del mañana.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).