La transformación y las 4T

  • María Teresa Galicia Cordero
Si la ciudadanía es congruente, feliz y sana, contribuiremos con esa transformación

Se acerca una de las fiestas nacionales más importante para los mexicanos caracterizada por los festejos que en las familias y en las comunidades se realiza, aunque este año los festejos colectivos tendrán que esperar porque se sigue recomendando el aislamiento social para evitar la propagación del coronavirus.

En realidad, nunca pensé que llegáramos al 15 de septiembre en las condiciones actuales, estoy segura que aún en esta situación, la pregunta que nos hacemos es: ¿hay motivos para festejar?

Pienso que sí. Hay que festejar la vida especialmente en estas circunstancias, la salud por todo lo que implica, la seguridad económica y social si es que contamos con ella, nuestras interacciones personales o a distancia y a nuestra cultura, tan rica, colorida, festiva y única. México es rico en su diversidad, aún con sus contradicciones, sus luces y sus sombras.

Estamos en una etapa a la que el gobierno le llama la cuarta transformación, relacionada a los tres movimientos libertarios antecedentes:  Independencia, Reforma y Revolución. Ante esa connotación es obligado preguntarse ¿Se está transformando nuestro país?

Lo cierto es que la pandemia nos ha vuelto de cabeza a todos y si bien hay esfuerzos, el tiempo nos mostrará que tanto si o que tanto no, estamos viviendo esa etapa de transformación que tanto se pregona.

No se puede negar que los cambios sociales son importantes y necesarios y que el concepto de trasformación social refiere a ciertos factores y causas que contribuyen al cambio en algún ámbito o a varios de la sociedad en general.

Sin embargo, es necesario insistir que una transformación social colectiva se basa en la trasformación personal, nada puede realizarse si no empezamos por cada uno de nosotros. Hay que interpelar al gobierno porque es su responsabilidad garantizar el bienestar del pueblo, pero es responsabilidad de cada uno de nosotros contribuir para que esa trasformación pueda avanzar.

Esta transformación, pienso, tiene que ver con nuestra calidad de vida tanto en lo individual, como en lo colectivo y se relaciona directamente con la educación y la salud, tanto en la familia como en la escuela.

Entre la inmensa gama de información a la que hoy podemos acceder, encontré algo relacionado con las 4 T, una propuesta de un cardiólogo español, Valentín Fuster, quien afirma que la salud y la educación son los aspectos críticos a retomar en toda transformación personal, porque son las variables que más influyen para   moverse en la vida.

El determina la regla de las 4 T para madurar personalmente y la de las 4 A para relacionarse con el mundo en el que vives, dentro de una propuesta metodológica que contribuye a mejorar la vida.

 Así las 4 T implican: Tiempo, destinando 15 minutos diarios para reflexionar en lo que es importante y en lo que no lo es. Talento, identificando cual es el talento personal sobresaliente y trabajarlo. Trasmitir positividad, pensando siempre en lo bueno que tu propia vida te brinda y Tutoría, relacionado siempre con el buen vivir, escuchando y practicando.

Las 4 A comprenden: Ayudar a los demás, sintiéndose útil apoyando. Aceptarte a ti mismo a partir de la construcción de tu autoestima. Autenticidad, siendo uno mismo en cualquier tiempo y circunstancia y el Altruismo, procurando el bien de las personas de manera desinteresada.

Afirma que una de las grandes fortalezas en la crianza de los niños y niñas en la vida, es la construcción de su autoestima, relacionado con su calidad de vida, por lo que él, como cardiólogo, propone tomar en cuenta cuatro aspectos específicos para una vida saludable desde pequeños: a) conocer el funcionamiento del cuerpo, b) proporcionarle una alimentación adecuada, c) la realización sistemática de educación física y deporte, así como d) aprender a gestionar las emociones.

Lo anterior que parece sencillo, implican una serie de acciones y actitudes relacionados con uno mismo y con los demás, porque todo cambio requiere de la transformación de pequeñas cosas, primero en nuestro círculo más cercano, en lo micro, para después reproducirlo en los niveles messo y macro.

Pareciera que todo lo anterior no tiene nada que ver con la trasformación de nuestro país, pero si la ciudadanía es congruente, feliz y sana, estaremos contribuyendo con un granito de arena a esa transformación, que nadie puede negar, requiere nuestro México.   

¡Felices, fiestas patrias ¡

 

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María Teresa Galicia Cordero

Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.