Luego de que el dirigente estatal del tricolor, --- Camarillo, anunciara la alianza que está por concretarse con el PRD, las reacciones no se hicieron esperar y muchos de los aspirantes comenzaron a hacer cuentas alegres, en abono a sus propios anhelos.

Y es que si bien el PRD, como partido no significa gran cosa en cuestión de números (en las pasadas elecciones estuvieron a nada de perder su registro por su escasa votación) con las alianzas, el número de aspirantes se reduce y con ello se equilibra o desequilibra el resultado final. Es decir, si los partidos van solos, serán más candidatos y en consecuencia el voto se pulveriza más.

No obstante, para saber quiénes son los beneficiarios de la alianza, habrá que poner los ojos directamente en las negociaciones cupulares, pues el PRI, más que al PRD, por ejemplo, le interesan plazas importantes del Estado, como Tehuacán, San Martín Texmelucan, Las Cholulas, Teziutlán, Zacatlán, Xicotepec y por supuesto la capital de la entidad, por solo referir algunas. En estas, queda claro que el PRD, no tendría nada que hacer si fuera solo.

No obstante, en el caso de Huauchinango, sería ingenuo pensar que –pese a que el PRI tiene mejores números- llevara mano el tricolor a la hora de poner candidato, por la sencilla razón de que Isaac, es hermano del actual dirigente del Partido de la Revolución Democrática.

Sin embargo, previendo que no pudiera darse dicha negociación, de buena fuente es sabido que Isaac Martínez trabaja aceleradamente, con la finalidad de que, en una medición, los números le favorezcan por encima de un eventual aspirante del PRI, que hasta ahora no parece ser otro que Zeferino Hernández González.

Y aunque la diputada Liliana Luna Aguirre, ya parece tener amarrada la candidatura por Movimiento Ciudadano, no descarte usted que podría eventualmente levantar la mano por esta alianza, recordando que es coordinadora del PRD en el Congreso y es una fuerte aspirante a la alcaldía de Huauchinango.

En el caso de Xicotepec, queda claro que el PRI llevaría mano, pero aquí el problema radica en ver a quien beneficiarían los momios, si es que hay medición de por medio.

Hasta el momento Carlos Barragán, a quien no se le desprecia su popularidad, continúa también trabajando a toda hora, buscando mantenerse en el ánimo del electorado para el momento de la definición.

Sin embargo, con la nueva cuota de género, igual podría recaer la candidatura en una mujer y esa no sería otra que la alcaldesa Lupita Vargas.

De no darse la candidatura para Barragán, el premio de consolación como siempre sería una diputación local o federal, misma que tendría que sopesar el propio aspirante o bien, en un acto de rebeldía, contender abiertamente por otro partido.

Una tercera vía sería darle su respaldo político a otro aspirante, sin perder su estatus de priísta.

Ahora bien, si él fuera el beneficiado por la candidatura, Lupita Vargas bien pudiera repetir como diputada federal o local, sobre todo esta última posición, tomando en cuenta que Barbosa necesita aliados en el Congreso para terminar la segunda parte de su mandato.

La moneda está en el aire.

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Dimos el pésame a Rogelio López Angulo, quien sufrió el lamentable fallecimiento de una de sus hermanas. Alarmante fue el dato que nos dio, al referir que 20 familiares, entre hermanos, sobrinos y primos, se encuentran mal allá en su natal Sinaloa. Deseamos su pronta recuperación.

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Tuvimos la oportunidad de conversar durante la semana pasada con Joaquín Barrios Cuevas, aspirante también a la alcaldía de Huauchinango. Me pareció un joven centrado, con buenas propuestas y –como se lo expresé- quizá uno de los más analíticos de quienes aspiran. Con números en la mano parece conocer todos los escenarios. Los favorables y los desfavorables, lo que le da ventaja contra quienes únicamente se guían de manera empírica.

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Llega Pancho Aguas Frescas vestido de charro y bailando el son de la Negra. No es raro, estamos ya en el mes patrio, mismo que habremos de festejar –si es que cabe el termino- con las medidas precautorias por el Covid-19, es decir, en casa. La mayoría de los alcaldes darán el grito pero por primera vez sin la presencia de gente, lo que impedirá medir los aplausos y mentadas de madre que recibía el alcalde en turno durante el grito en la temporada preelectoral y que eran fiel termómetro de la popularidad del gobernante.