¿Por qué molestarse en entender de política?

  • Francisco Jiménez Villa
Sociedad sin instituciones políticas difícilmente tendrá desarrollo

Sí todos los hombres fueran anacoretas, la anarquía sería una forma razonable de organización política. No tendríamos menor duda. El hombre que trata de vivir en el aislamiento, de hacerse de sí una isla, renuncia a una porción de la humanidad,          -recordemos “Por quién doblan las campanas” (Hemingway,1940)-. O bien como lo dijo Aristóteles: “Aquel que es incapaz de vivir en sociedad o que no tiene necesidad de ello por ser autosuficiente ha de ser una bestia o un Dios”.

La mayoría de los hombres prefieren una vida más gregaria. Se asocian con otros para tener compañía y satisfacer sus deseos y necesidades más apremiantes y más eficientes. Asignando determinadas tareas a individuos que han demostrado aptitudes adecuadas y trabajando en grupo; los hombres son capaces de realizar lo que podrían hacerlo también, por sí solos.

Una vez que los hombres comienzan a tratarse recíprocamente que comienzan a convertirse en un grupo, una asociación o una sociedad, no pueden ser abandonados sin guía o reglamentación para alcanzar sus metas y valores individuales. Esa ha sido la constante en el desarrollo de la vida y la convivencia humana. Suponer que alguna mano invisible regulará racionalmente sus relaciones para mayor beneficio de todos, es un sueño utópico.

El que todos los hombres, menos uno, deseen hacer algo que a otros molesta implica conflicto, y para que estos no sean resueltos de una forma violenta se han creado causes y procedimientos que en nuestra época les llamamos estructuras que soportan entre otras a las instituciones. El fin de estas no se produce en una sociedad ideal, -lejos estamos de ella-, en la que los hombres vivan en perfecta armonía y contento. Aclaremos que con esto no se intenta eliminar el conflicto, ya que este siempre va a existir, es más bien mantenerlo dentro de los límites aceptables, para que los hombres puedan vivir juntos pacíficamente y formar una sociedad a pesar de sus diferencias.

De ahí que una sociedad sin instituciones políticas difícilmente puede llamarse sociedad, es meramente un conglomerado. Situación que no debe sorprendernos cuando escuchamos que los antropólogos han descubierto que las sociedades primitivas conferían el poder a sus líderes, para hacer leyes no escritas, que obligaran a sus miembros a cumplirlas. Y de ahí parte poner las estructuras, las instituciones para vivir en una sociedad, que como la nuestra en México, convive a través de los partidos políticos, que son las instituciones creadas por el Estado para la participación política y por ende para ser electo y gobernar.

El filósofo griego Aristóteles, sentencio: “el hombre es por naturaleza un animal político”. Es decir los seres humanos estamos necesariamente involucrados en la política, aunque sólo como un sujeto pasivo, cuando no participamos. La política,      -el complejo proceso de gobernar-, se extiende y se apega a todo el transcurso de la vida humana. Recientemente fui testigo de un debate entre dos amigos que sostienen al propósito del inicio del proceso electoral que aunque no se esté de acuerdo con las propuestas y los candidatos del partido que fueren. Lo importante es ir siempre sufragar, -emitir nuestra opinión es lo valioso-, y recordaban las sugerencias que muchos especialistas y analistas electorales hacen al respeto de literalmente tachar la boleta electoral, cuando se llega “el día”  para que el voto no contase a favor de equis o ye candidato o partido. Para ellos lo importante –insisto-es cumplir con la obligación ciudadana de ejercer el derecho constitucional de votar. Participar, solo eso. Obvio esto en razón de la descomposición y falta de credibilidad de los propios partidos políticos y las instituciones electorales. Como lo vemos todos los días más aún cuando los que antes apoyaban al I.N.E. hoy lo desacreditan. Y al revés. 

A propósito del Instituto Nacional Electoral esta semana su Consejo General anunció que formal y legalmente este 7 de septiembre convocó a la sesión de inicio del proceso electoral federal 2020-2021, con lo que se dará el banderazo de salida a todas las actividades para realizar las elecciones del 6 de junio de 2021.

En dichos comicios podrán votar alrededor de  95 millones de ciudadanos, para elegir a las personas que habrán de ocupar más de 25 mil cargos de elección popular.

No obstante, decíamos líneas arriba que el INE llega a este inicio de proceso con un halo de descredito por esa descomposición lo mismo en los partidos políticos.

-Algunos dicen: desangelamiento- en la Institución electoral.

Pero repasemos el ámbito “instituciones”, ya que cuando nos referimos a ellas y  hablamos de estas advertimos inmediato el hecho de que las instituciones no son de uso exclusivo de la política. Por lo cual esta característica no distingue a la política de la moral, la religión o las relaciones familiares. Para no citar sino unos cuantos ejemplos. Tampoco es distintivo de la política el hecho de conferir autoridad y poder. Muchos individuos y grupos ejercen autoridad y hasta poder sobre otros, como ocurre entre padres e hijos, y las iglesias y sus miembros. “La política se distingue por ser el único proceso por medio del cual se toman decisiones autoritarias que son aplicables a toda una sociedad y que están legítimamente obligadas a cumplir con sanciones”.(Rasmessen, 1998).

Observamos que estos efectos son contradictorios. Porque aunque la política permite a los hombres resolver sus conflictos con mayor madurez, de una manera más civilizada; les permite también imponer su voluntad obligando siempre a otros, de una manera más eficaz que si el aludido proceso institucional no existiera.

Argumento que no debe extrañarse como recurrente en el discurso político. Siempre se habla de justicia, democracia, cambio, progreso, transformación. La tendencia es la misma en todas las estructuras, fuerzas, instituciones o partidos políticos: Militancia, permanencia, subordinación, paciencia, obediencia, institucionalidad, disciplina. En estas últimas esta la tendencia también a ser dependiente, mientras siga uno siendo el gobernado y no entender al gobernante.

 

Militancia e institucionalidad representan una estructura de las corrientes ideológicas y de los partidos políticos, que nos atraen con sus imágenes publicitarias, -hoy por cierto multimillonarias-, Pero, estos partidos políticos, a su vez estructuras de la sociedad, son instituciones que regulan nuestra participación y le dan legalidad (recordemos que en la clandestinidad no hay reconocimiento por que se carece de obediencia a la Ley). De ahí que los partidos y las organizaciones políticas en su conjunto son indispensables, tanto como el pertenecer a ellos. Nuestro sistema político y nuestra sociedad así lo demandan. Reclaman nuestra participación y nuestro interés para ser partícipes de las decisiones.

 

Una insinuación y sugerencia es que debemos dejar de ser pasivos en asuntos de interés político. Pueda que el ejercicio nos comprometa a ser mejores ciudadanos y más comprometidos mexicanos. Entes activos consientes y convencidos de que es con nuestra participación como podremos tener éxito y percibir  un mejor futuro para el país.

 

El proceso electoral de 2021 será el más grande realizado hasta hoy. Estarán en disputa 15 gubernaturas, los 500 escaños en la Cámara de Diputados Federal y la renovación de congresos locales y ayuntamientos en 30 entidades.

 

La participación ciudadana será primordial y la institución electoral como lo informó en un comunicado: “…continuará trabajando para garantizar condiciones de certeza, legalidad, transparencia y equidad, así como para salvaguardar el derecho a la salud de toda la ciudadanía”. ¿Será?, y acompaño el titubeo con otra premisa: ¿Realmente nos molestamos por entender de política para la consiente participación?

 

 

 

reflexionestepeaca@hotmail.com

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Francisco Jiménez Villa

Internacionalista, Historiador y Comunicador. Ex Presidente Nacional de los Cronistas de Ciudades Mexicanas. Cronista de Tepeaca, Puebla. Ha escrito más de 10 libros sobre historia regional. Catedrático en diversas instituciones Educativas, Director de Radio Tepeaca.com