La máxima casa de estudios de los poblanos, ha marcado la diferencia con el gobierno respecto al manejo y control de la pandemia, puesto que otorgó atención y priorizó a la comunidad universitaria, asimismo realizó acciones para reducir la desigualdad de oportunidades y aprovechar al máximo sus recursos para el beneficio académico.

Lo primero, fue salvaguardar la integridad física de quienes laboran y estudian en los distintos niveles educativos, implementando las clases a distancia y retirando a sus pasantes de las áreas de salud que realizaban sus prácticas profesionales en los hospitales poblanos, al saber que no se les había otorgado un equipo completo de protección para prevenirlos de contagios de COVID-19.

También, brindó facilidades para el pago y condonación de reinscripciones para alumnos de alto desempeño, alumno trabajador, hijo o dependiente económico del trabajador; así como para los alumnos que perdieron a sus padres y/o tutores a causa del coronavirus les fue otorgada una “beca de participación social por la contingencia del COVID-19” consistente en un apoyo de 11 mil pesos, para que estos, no se vean truncados y evitar la deserción escolar.

Aunado a lo anterior, se integró el diagnóstico de las facilidades y complicaciones que tuvieron los estudiantes durante la primera suspensión de actividades presenciales y con ello se elaboró un plan de acción que aprobó la semana pasada el Consejo Universitario, con el cual se pretende no sólo implementar un ciclo de aprendizaje, si no garantizar igualdad de condiciones, dando como resultado un bono de cinco mil pesos para seis mil docentes para adquirir sus computadoras y el préstamo de 6 mil equipos de cómputo con paquete de datos para los alumnos; apoyos que se generaron por ahorros de partidas presupuestales que ya no se ejercieron.

De igual forma, el Rector entregó la Unidad de Atención de enfermedades Respiratorias Agudas del Hospital Universitario de Puebla (HUP) con una capacidad de 18 camas equipadas con respiradores mecánicos que fortalecen a la atención de los derechohabientes, además de otorgarle base a 53 médicos y Bono COVID a personal que atiende en la reciente área inaugurada; demostrando que quien ostenta un cargo público con una responsabilidad tan grande se debe preocupar y ocupar en resolver las necesidades de quienes han depositado en dos ocasiones su confianza, y es una esfuerzo admirable de quien encabeza la 6a universidad mejor evaluada en el país, según el ranking de mejores universidades publicada por el periódico “El Universal”.

Sin duda habrá quien considere que los esfuerzos realizados no son suficientes, pero si los comparamos con las acciones de los distintos niveles de gobierno, seguro que es ejemplo de cómo se pone al servicio de la comunidad universitaria el conocimiento, la capacidad y la transparencia en el uso de los recursos públicos.

Para quienes es nuestra “alma mater”, es motivo de orgullo saber que la institución que nos forjó a muchos de nosotros, antepone el uso de los recursos públicos para el beneficio comunitario y no sólo para quienes ostentan el poder, como se han encargado de hacerlo creer, pues contribuye a la creación de liderazgos de nuestro estado, es el mejor legado y muestra de profesionalismo que puede dejar.

Es momento de creer que podemos aspirar y tener gobernantes como quien ahora dirige la BUAP, ocupado en lo que le toca y no preocupado por personajes del pasado, es tiempo de abrir los ojos y pensar en el futuro que necesitamos, sin olvidar que las acciones de hoy han marcado la diferencia entre quienes aspiran al poder por el poder y quienes aspiran al poder por el beneficio en común.

Twitter: @IrvinGarciaRami