Alfonso ‘El Sabio’

  • Elmer Ancona Dorantes

Por primera vez estoy totalmente de acuerdo con el empresario -y ahora morenista- Alfonso Romo Garza, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, quien ante industriales dijo que, el Gabinete del cual forma parte, carece de Mística, Creatividad, Innovación y Buena Cultura.

"Si en el gobierno federal existiera esta forma de trabajo (como la de los industriales), esta mística de motivar la creatividad y la innovación de miles de sus agremiados, si esta cultura existiera en el Gabinete, México sería otro".

Y remató con un: "Lo digo con toda sinceridad, porque nunca había estado en el gobierno, y si en una familia hay distintos puntos de vista, imagínense en un gobierno que trata de combatir la corrupción".

El mensaje que dio ante mil 400 industriales de Nuevo León, enlazados vía digital a la 75 Asamblea Anual de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra), dejó a todos sorprendidos.

Pero Alfonso Romo tiene toda la razón. Ni hablar. Al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, su jefe, le falta todo eso: Mística, Creatividad, Innovación y Buena Cultura.

La mística, dice la Real Academia Española (RAE), es la actividad espiritual que aspira a conseguir la unión o el contacto del alma con la divinidad por diversos medios (ascetismo, devoción, amor, contemplación).

El gobierno la Cuarta Transformación (4T) tiene Doctrina, también mucha Ideología, pero carece de Mística. Se parece mucho a aquellas religiones que hablan y hablan de Dios y del Bien, pero no lo sienten, no lo conocen, no se entregan por completo a sus creencias. Se sienten falsas.

 

Los cuatro conceptos

 

La Creatividad es la capacidad para inventar o crear algo; hasta ahora, la 4T no ha creado ni inventado nada nuevo, aunque sus dirigentes parecen creer que descubrieron el “hilo negro” de la política.

Regalar o repartir dinero a los más pobres -actitud loable, por supuesto-, lo han venido haciendo los partidos políticos (PRI, PAN, PRD, PVEM) desde tiempos inmemoriales. Por algo duraron tantos años en el poder.

Esos partidos repartieron dinero de a montón en los barrios, en las colonias, en las favelas. Compraban votos. Ni uno de ellos lo evitó. Es lo mismo que está haciendo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero en otro formato. Con un modelo dizque “Revolucionario”.

La Innovación, por su parte, es la aplicación de nuevas ideas, productos, conceptos, servicios y prácticas en un gobierno, a determinada actividad o negocio, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad.

Poner de cabeza las cosas no es innovar. Estar en “A” para pasar a “B” no es innovar. Cambiar el color azul (panismo), el tricolor (priismo) o el negro amarillo (perredismo) a uno magenta, no es innovar.

Cambian los partidos, cambian los colores, pero no cambia el sistema; hasta el momento no se ha revolucionado nada; desde mi punto de vista, el circo sigue siendo el mismo, lamentablemente.

Los buenos gobiernos son los que deconstruyen, los que no quieren derrumbar todo para intentar levantar algo nuevo. Misión imposible, políticamente hablando.

Las administraciones modernas son las que toman lo mejor de sus antecesores y, sobre esas bases, con una excelente imaginación y planeación, construyen cosas buenas y hasta mejores. Eso es Innovar.

Poner de cabeza todo, perseguir políticamente a tus adversarios políticos, no querer escuchar a nadie y hacer lo que se te pegue en gana, no solamente no es innovar, sino es no gobernar.

La Buena Cultura, mientras tanto, es la que se asimila desde la cuna; no sólo viene de la buena educación, de las aulas, de la lectura de calidad, de las costumbres de nuestros antecesores. Eso la alimenta, por supuesto.

La cultura “cultiva” el campo, el espacio; lo llena de cosas buenas para que dé buenos frutos, buenas cosechas; si al campo le echas mala semilla dará frutos podridos o quizá ni eso. No te dará nada.

Si como político llegas al poder lleno de rencor, de rabia, de malos sentimientos, de odio, de mentiras y falsedades, pues lo único que vas a cosechar serán no cosas malas, sino peores.

Alfonso “El Sabio”

A Alfonso Romo Garza, a partir de hoy, deberíamos llamarlo Alfonso “El Sabio”. Así debe pasar a la historia. Fuera de broma, al jefe de la Oficina de la Presidencia de la República hay que reconocerle la fuerza, la valentía por haber hecho esa autocrítica.

El Movimiento de Regeneración Nacional, como cualquier otro partido político, no es malo en sí mismo; las doctrinas e idearios, las plataformas electorales siempre plasman algo bueno. Por algo la gente votó por Morena.

Son los hombres o los pequeños grupos, ensimismados, los que prostituyen a esos partidos o movimientos. Por eso tienen que cambiar. Primero por sí mismos, antes de que sea la propia sociedad los que los quite, por las buenas o por las malas.

Mística, Creatividad, Innovación y Buena Cultura es lo que necesitan hoy en día esos institutos políticos, por eso deben ceder, por eso deben consensuar y dialogar, por eso deben incluir en los gobiernos a las mejores mujeres, a los mejores hombres. A los más capaces. Ahí le doy la razón a Alfonso “El Sabio”.

 

@elmerando

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.