Misándricas vs Misóginos

  • Abelardo Fernández

Sin duda alguna, este sería el título de un libro que me habría gustado escribir, por supuesto, patrocinado por alguna institución o editorial que me salve de tener que producir, editar, imprimir, distribuir y andar vendiendo de mano en mano mi propio libro, cosa que he tenido que hacer en el caso de los que he escrito. El ya histórico y trascendental movimiento feminista ha traído -y sigue trayendo-supuestos que parecen instalarse como verdades absolutas en nuestra cultura, específicamente en la cultura relacional entre hombres y mujeres. Huelga sería plantear aquí quién es feminista y quién es machista, quién es misógino y quién es misándrica, por cierto, misándrico es el verdadero concepto que debe usarse para el caso de quienes hacen comentarios discriminatorios en contra de los hombres, qué curioso que fuese un término tan poco conocido y mucho menos utilizado; vuelvo, aquí no se trata de decir quién es y quién no es, no es personal el asunto aunque sí lo es en la medida que cambiamos las actitudes concretas. Como terapeuta de contención, con muchísima frecuencia trato estos temas en mis grupos, lo que dicen los hombres de las mujeres, especialmente los hombres machistas y después, lo que dicen las mujeres de los hombres, especialmente las mujeres misándricas…  

Parece establecido, para poner un ejemplo, que el éxito o el fracaso de una relación, está asociado al rendimiento sexual de los hombres, es decir, es el hombre el que da o no da el ancho para que la mujer lo siga y lo tenga o lo deje y se busque a otro: ¿dónde vamos con estas aseveraciones? Ya estoy escuchando a los que dicen que sólo es una broma, una manera coloquial de decir las cosas, algo para lo que todos nos podemos reír, pero, no es así, especialmente la cantidad de rupturas amorosas atraviesan por estos temas de manera ineludible. La sexualización de la relación de pareja, quiero decir, de la relación amorosa de la pareja, -que no de la pareja sexual, tema que habríamos de discutirlo en otro momento- ha provocado cualquier cantidad de distorsiones en el espectro amoroso existencial entre hombres y mujeres. Ya no eliges a un compañero o compañera de vida, alguien con quien compartes ideales de vida, actitudes, gustos, etcétera y con quien quieres construir una relación dentro de la que el sexo es muy importante y eso, se cultiva, se desarrolla, se crece, se disfruta: hoy eliges a una pareja por si está buena/bueno o no, la apariencias física maniatada por los estereotipos socialmente establecidos por el mercado sexual y el mercado del comercio humano provocan esta situación. “Está bien feo y ella es guapísima, pero si sigue con él es que algo tendrá el desgraciado”, sin duda ese algo se refiere a su capacidad de hacerla gozar en la cama, que es a lo que destina su vida entera, ¿qué está pasando? No nos damos cuenta de lo que ocurre en las relaciones humanas con la promoción de este mercado de sexualización.

Entendemos que presenciamos el advenimiento de una nueva generación de mujeres más decididas, libres, independientes, productivas, profesionales, desarrolladas, etcétera, etcétera, y yo en particular es algo que no sólo comparto, sin duda lo disfruto, lo celebro, sin embargo, en gran parte de casos esta realidad ha desbordado en mujeres que discriminan, que agreden, que ofenden, que controlan por supuesto, que asumen el mando de todo, absolutamente de todo, de cómo hablas, de cómo eres, de cómo vistes, de qué comes, de qué haces, de dónde andas, de qué piensas, hasta de qué sueñas y con quién estás soñando. Incapaces de negociar, de llegar a acuerdos, de reconocer y aprender del otro algo que pueda hacer crecer a la pareja, incapaces de responsabilizarse de un proyecto que en un principio ellas promovieron y desearon y al que después atacan y destruyen con su autoritarismo, sus celos, sus inseguridades. Es sumamente lamentable que no hallamos convertido en vaginas y penes andantes, qué pena, en entes sin proyecto, sin responsabilidad, sin consecuencias. Y perdón si comienzan las raspadas, pero ora resulta que todo es culpa de los hombres, la victimización femenina in extrmis ha provocado que los hombres andemos como fugitivos permanentemente, y eso, sin duda, es mucho más lamentable para ellas que para ellos. Y por supuesto que me aviento un round cuando quieran, pero la creación de una teoría que supone a priori que los hombres somos unos hijos de puta por cualquiera parte donde se le quiera ver, pues la neta que se va a topar una y otra vez con la misma pared/realidad que no están queriendo mirar, simplemente porque la realidad no está llena de sus teorías, la realidad es otra, está llena de causas y efectos, relaciones humanas, por supuestos que creencias, ideas erróneas y prejuicios, pero las ideas erróneas y los prejuicios están para todos lados, para las mujeres y para los hombres.

Las personas, mujeres y hombres, ya no encontramos compañeros de vida, encontramos víctimas y culpables, encontramos controladores y controlados, encontramos errores y aciertos, me parece a mi que sería muy saludable y necesario comenzar a construir una teoría del compañerismo, de la mutualidad, del encuentro, de la solidaridad, del amor verdadero, no de la descalificación permanente y del hostigamiento y la victimización. Porque la única manera que hemos encontrado para seguir la vida es quedándonos solos o quedándonos aguantando un montón de agresiones y vejaciones, “tanto hombres como mujeres”. No sé si sepa o no mucho de teoría de género, pero lo que me queda claro es que a la teoría de género le hace falta construir esta parte de la que escribo ahora, el encuentro amoroso de la pareja, cómo se logra, cómo se hace, cómo se consigue, me parece que hay una fuerte crisis social en este sentido, muy fuerte, y nadie está poniendo atención en el enorme desamor que provoca… muchas mujeres dejan una realción para irse a buscar otra donde se les trate mejor, donde el galán tenga dinero, las lleve a pasear y baile rock and roll, eligen desde la conveniencia y nunca desde el encuentro verdadero… se prostituye el corazón y el cuerpo de muchas maneras al sexualizarse, se prostituye el alma y la sociedad sigue enferma de miseria relacional…. Misándricas contra misóginos, qué buen encuentró. Continuará…

 

 

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Abelardo Fernández

Doctor en Psicología, psicoterapeuta de Contención, musicoterapeuta, escritor, músico y fotógrafo profesional.