Nos dieron el avión

  • Enrique Cárdenas Sánchez

Cada noche la Secretaría de Salud da un recuento del status de la pandemia. Reporta el número de casos nuevos y acumulados, los casos superados y los activos, así como el número de defunciones. Estos datos los desagrega por estados.

Desde casi el inicio de la pandemia se han cuestionado las cifras oficiales. Ha habido reportes periodísticos nacionales e internacionales, investigaciones de organizaciones de la sociedad civil, de equipos de investigación en universidades y medios impresos. Todos tienen el común denominador de afirmar que el número de casos y de fallecimientos está fuertemente subestimado.

El sábado pasado finalmente el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, dio a conocer que existe un exceso de fallecimientos a los ocurridos en el promedio de los cuatro años anteriores. Las fechas de su reporte se refieren a 20 de los 32 estados y consideran el periodo que va del 15 de marzo al 27 de junio. La Secretaría informó que a esa fecha había 71,315 defunciones en exceso a las esperadas, en esos 20 estados. Eso significa que, si se tomara el porcentaje de fallecimientos de los otros 12 estados reportados aquel 27 de junio (seguramente subregistrados) respecto del total (24.65%), el exceso de fallecimientos para todo el país debería ser de 88,894 muertes a esa fecha. El número de fallecimientos reportado por la Secretaría de Salud en su conferencia de prensa del 27 de junio era de 26,381. Por lo tanto, el número de muertes estaría subregistrado en una proporción de 3.36 a 1. Si consideramos que esa proporción se mantiene hasta hoy, el número real de fallecimientos por el Covid sería de 152,412.

Esta cifra puede variar según los supuestos que se hagan para cubrir los 12 estados no considerados en el reporte de la Secretaría de Salud, o si el número actualizados de fallecimientos a esa fecha varía. Pero aún con supuestos distintos, aún si ni siquiera se tomaran en cuenta los 12 estados considerados, estamos hablando que, a la fecha, tenemos ya más de 100 mil personas fallecidas a causa de la pandemia. Es una cifra exorbitante, escandalosa, sobre todo cuando se le compara con otros países, o con los pronósticos iniciales del subsecretario López Gatell, que sumarían entre 6 y 8 mil fallecimientos como máximo.

Ya está bien documentada la ineptitud y negligencia de las autoridades en el manejo de la pandemia (Cheque el reporte “La pandemia en México. Dimensión de la tragedia” de Signos Vitales). Este número enorme de fallecimientos, más los que se sumarán en las semanas y meses venideros, pudieron ser mucho menores. Conociendo las graves necesidades del sistema de salud, no es posible que el gobierno haya reducido sus presupuestos en 2019 y también en 2020. No es posible que la manera de enfrentar la pandemia haya sido a través de un muestreo limitado y no representativo. No es posible que la coordinación del gobierno federal con los estados haya sido tan poco efectiva y tortuosa. El resultado de ese actuar se cuenta en miles de vidas truncadas prematuramente. Es un resultado de más de 100 mil personas fallecidas, muchas de ellas (nunca sabremos cuantas) por la frivolidad, incompetencia e ineptitud de quienes tienen la responsabilidad de llevar al país y la lucha contra la pandemia.

La forma como se nos dio a conocer este “detalle” de muertes en exceso a lo ocurrido en años anteriores, me recuerda la manera como se decidió la devaluación de abril de 1954. Fue en sábado de Gloria, en la noche, cuando se determinó para que pasara lo más inadvertidamente posible. Algo semejante ocurrió el sábado pasado. De pronto, el gobierno aceptó que el número de muertes es tres veces mayor al “oficial” que se anuncia cada noche, que se sigue anunciando cada noche por la Secretaría de Salud. Se dio la información pero por alguna razón (seguramente válida) no se toma en cuenta para registrar “oficialmente” las muertes por la pandemia.

Y ante esta cifra de tragedia, de escándalo y de luto nacional, en la siguiente mañanera que tuvo lugar en el hangar presidencial del aeropuerto de la Ciudad de México, literalmente “nos dieron el avión”. El presidente pidió a los periodistas que esa mañana todas las preguntas de la prensa fueran únicamente relacionadas al avión presidencial. La tragedia de más de 100 mil muertes no es importante.

 

 

Enrique Cárdenas Sánchez

Universidad Iberoamericana de Puebla

Signos Vitales

Puebla contra la Corrupción y la Impunidad

enrique.cardenas@iberopuebla.mx

@EcardenasPuebla

 

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Enrique Cárdenas Sánchez

Economista, exrector de la UDLAP. ExDirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. En 2019 fue candidato a Gobernador de Puebla en las elecciones extraordinarias. Director de Puebla contra Corrupción e Impunidad