La escuela y la “Nueva normalidad”

  • María José Zapata Moreno Valle

La pandemia que estamos viviendo actualmente, nos tomó por sorpresa a todos dado que nadie se encontraba preparado para ella. Ante esta, hemos tenido que adaptarnos y durante este proceso, pasar por diferentes etapas similares a las que se vive durante el duelo (hago referencia a éste porque está claro que para muchos de nosotros la pandemia trajo consigo pérdidas de diversa índole: metas, rutinas, movilidad, interacción, trabajo, etc..). Aunado a lo anterior, la adaptación a esta nueva realidad ha hecho que nos replanteemos muchas cosas de nuestra “antigua normalidad” y la forma de proceder ante la misma; una de ellas es la educación, la cual tuvo que ser transformada de forma abrupta para continuar atendiendo a sus estudiantes (pero esta vez de forma virtual).

Lo anterior, ha significado una crisis para el sistema educativo mexicano y ha dejado en evidencia las limitaciones del mismo, como lo es la desigualdad social, falta de recursos, poca capacitación docente en herramientas digitales, organización curricular, entre muchas otras; sin embargo, a pesar de que dichos aspectos quedaron al descubierto, también nos ha permitido reflexionar sobre el papel de la escuela, así como apreciar la función del maestro en estos tiempos inciertos.

Por otra parte, tanto para los docentes como para los alumnos, esta situación ha sido complicada; en ella, los profesores han tenido que capacitarse rápidamente en herramientas digitales, adaptar los contenidos/materiales y buscar estrategias para continuar presentes aún a pesar de la distancia. De la misma forma, los estudiantes se enfrentaron a diferentes retos como el hecho de tener una interacción social y movilidad reducida, así como desarrollar con la ayuda de sus padres estrategias tanto de planificación como de autorregulación.

      Lo mencionado previamente, ha denotado la urgencia de cambiar el antiguo proceder del sistema educativo y exhorta a abordar nuevas metodologías de enseñanza en donde se diseñe un currículum más pertinente y adaptado al contexto de los alumnos, se evalúe de forma diferente y en donde se impartan las clases de manera más personalizada y cercana a los alumnos, haciendo énfasis en los verdaderos contenidos que les servirán para su día a día como lo es el pensamiento crítico, habilidades socioemocionales y resolución de problemas. Además, es importante aprovechar la cercanía con la tecnología que esta situación ha traído consigo, no solo porque ha permitido mayor acceso a la información, sino que también ha modernizado y comenzado a reestructurar aquellas metodologías tradicionales y obsoletas.

Esta pandemia ha caído como un “balde de agua fría”, dado que nos ha sorprendido pero también nos ha abierto los ojos para darnos cuenta de aquellas cosas que se deben de transformar. Anteriormente, ya se había hablado incansablemente sobre las modificaciones que se debían de hacer en el ámbito educativo; sin embargo, nunca se había tenido la oportunidad de tener que realizar dichos cambios tan rápido, los cuales nos han permitido reflexionar que esta crisis puede ser una oportunidad para mejorar las limitaciones y priorizar el desarrollo de competencias por encima de la memorización de los contenidos.

La nueva normalidad tiene todo de nuevo y posiblemente poco de normal, dado que será difícil poder volver a lo que conocíamos anteriormente, empero, estos cambios pueden ser tan negativos o favorables dependiendo de las acciones que se lleven a cabo; es por ello, que es importante tomar en cuenta las enseñanzas obtenidas durante esta pandemia:

1. El sistema educativo es el que tiene que adaptarse tanto a la situación actual como contexto de los alumnos y no a la inversa.

2. Es de suma importancia actualizar la educación, aprovechar y dar uso dentro de lo posible a las nuevas tecnologías para modernizar la enseñanza.

3. Los docentes juegan un papel importante en el sistema educativo y tienen la capacidad para formar parte del cambio; sin embargo, necesitan ser apoyados con recursos, capacitación oportuna y ser vistos como aliados.

Finalmente, considero que este momento crítico nos ha brindado la oportunidad para hacer las cosas de forma diferente y realizarlas de mejor manera a como se había hecho anteriormente. El hecho de repensar la forma en la que se llevará a cabo la educación en esta nueva normalidad no es algo que se debe de tomar a la ligera con acciones que repercutan únicamente en el futuro inmediato, sino más bien ampliar el horizonte y pensar en estrategias que sean oportunas y certeras a un mayor plazo.

Opinion para Interiores: 

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María José Zapata Moreno Valle

Licenciada en Psicología, Máster en Pedagogía y Educación Especial. 

Docente de primaria, forma parte del departamento de Inclusión en el Colegio Humboldt; se ha desempeñado como terapeuta infantil.