La extradición de Lozoya y la recomposición política

  • Germán Molina Carrillo

En las últimas semanas ha vuelto a circular profusamente en las redes sociales que el dióxido de cloro (Cl2O) como una posible cura de la enfermedad COVID-19 que produce el virus SARS-CoV-2. La presentación es muy simple, es una solución de 28% de hipoclorito sódico en agua destilada, esto es libre de sales. Se vende en francos gotero y se debe administrar en gotas diluidas en una bebida para ingerirse y tomarlo 4 veces por día. ¿Es de verdad una opción para tratar esta enfermedad? ¡Desde luego que no! 

El dióxido de cloro es una molécula simple que al llegar al estómago, que es un medio muy ácido debido para digerir los alimentos, se va a convertir en cloramina que es un blanqueador similar al hipoclorito de sodio, la solución que usamos en nuestras casas para limpieza. Imagínese amable lector, esto es similar a lo que hace algunas semanas atrás recomendó el presidente Trump en los Estados Unidos de América y ocasionó varias muertes y casos de intoxicación severa.

La ingesta de dióxido de cloro puede ocasionar vómitos, diarrea, daño hepático, arritmia del corazón, y destrucción de los glóbulos rojos y desde luego la muerte. Las 19 compañías detectadas en el mundo que venden este producto son fraudulentas y por lo tanto estafan el dinero de los compradores, ya que no cumplen con lo que indican. Lo peor es que la  información que proveen es falsa y la sustentan utilizando de manera ilícita la imagen de organismos tan importantes como la Organización Mundial de Salud o videos promocionales donde se presenta un señor muy serio con bata blanca, con un microscopio y matraces llenos de líquidos de distintos colores y utilizando frases como:  la evidencia científica muestra que… y cualquier lesera. Por favor no se dejen engañar sigan fuentes confiables de información, los compadres, amigos  y familiares son excelentes personas, ¡¡¡pero si no tienen una formación que los avale pues no les crean y mucho menos si les dicen que don fulano o doña zutana se curaron milagrosamente con unas simples gotas!!! 

 

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Germán Molina Carrillo

Abogado, notario y actuario por la Facultad de Derecho de la BUAP; doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Es director fundador del Instituto y del Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla y de la Revista IUS; autor de más de siete obras jurídicas, ponente, moderador, comentarista, y conferencista.