COVID-19: el cuarto poder se convierte en el primero

  • Héctor Hernández Álvarez
¿Mayor sensacionalismo, mayor influencia?

 hector.hernandezaz@udlap.mx               @hectorhernandezalv

 

Admitámoslo, independientemente del alcance mayor o menor (según se quiera ver) de la pandemia y sus consecuencias, hay una cosa clara. Y es que el denominado <<cuarto poder>> (medios de comunicación) se ha llevado el papel protagónico.

En efecto, muchos medios de comunicación han salido victoriosos y han aprovechado la coyuntura para aumentar sus visitas. Sin importar el género o subgénero periodístico del que se trate (noticia, columna, artículo, editorial). La información ha llegado a todas partes e incluso, ha hecho más resonancia que los propios comunicados gubernamentales.

Derivado de la poca/nula credibilidad que a mi parecer tienen las autoridades sanitarias y financieras respecto al manejo de la información para la contención de las crisis sanitaria y económica. Los medios de comunicación se han impuesto sobre todos los demás poderes.

¿Por cuáles razones? La más evidente es:  que incluso, a nivel internacional, no se ponen de acuerdo y esto crea desconfianza a la población. EUA y la guerra mediática contra China y la OMS por el mal manejo de la crisis y las diferencias de intereses, dejan claro que todo esto puede politizarse.

Ahora bien, a nivel nacional, las cosas no son distintas. Primero se nos decía que usar el cubrebocas no era necesario y ahora es obligatorio. Señalaron que la pandemia terminaría en distintas fechas sin que esto haya ocurrido todavía. El número de enfermos y de muertos no coinciden con mediciones de otros institutos de salud. El presidente hace cosas contrarias a lo que la autoridad sanitaria recomienda ¿acaso existe coherencia en los mensajes y la comunicación? La respuesta en este punto es evidente.

En cambio, esto ha sido muy bien aprovechado por los medios. Que, en un ejercicio de pluralidad, han dado espacio a múltiples versiones, ya sea, para apoyar el régimen o para despreciarlo.

Por otra parte ¿Cuál es el riesgo? Claramente, que se promueva descaradamente el sensacionalismo. Mucha gente cae en pánico rápidamente y comparte noticias con encabezados fuertes o descabellados sin siquiera darse el tiempo de leer el texto.

En otras palabras, un gran número de la población ha sucumbido al miedo y los medios han sido en buena medida promotores de este efecto. Por supuesto, esta sería la afectación más evidente.

Claro está, la dispersión del miedo puede ser el mejor aliado para un gobierno y el control poblacional. En este sentido, ¿cuáles medios son aliados y cuáles enemigos de los regímenes políticos? La brecha es cortísima.

Ahora bien, ¿dónde está el balance? ¿El gobierno miente, y los medios mienten? ¿Uno miente y el otro no?

¿Usted prefiere estar confinado y seguir las medidas sanitarias con rigidez? o ¿Usted prefiere ser sensato y continuar con su vida adaptándose a las condiciones actuales?

Como se puede notar, ambas posturas tienen sentido y validez. Depende de usted qué cosa creer y a quién creerle. Pregúntese: ¿miedo o prudencia? ¿Sensatez o pasividad? ¿Dominado o dominador de situaciones?

 

  HHA, El Realismo en el análisis.

 

 

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Héctor Hernández Álvarez

Licenciado en Relaciones Internacionales UDLAP. Participa en investigación en ciencias sociales: Índice Global de Impunidad y el Índice de Impunidad México del Centro de Estudios Sobre Impunidad y Justicia (CESIJ)