Disparos a la medianoche

  • Atilio Peralta Merino
Se escucharía a lo lejos el sonido de alguna sirena que a fin de cuentas jamás de acercaría.

El pasado martes dos de julio, al filo de las veintidós horas con cincuenta y cinco minutos, me encontraba en la biblioteca de la casa, leyendo la “Historia de la Conquista de México” de William H. Prescott mientras escuchaba en la laptop el cuarteto de cámara “La Muerte y la Doncella” de Franz Shubert.

Repentinamente, como sonido proveniente de la calle se escuchó una serie de alrededor de quince detonaciones, en series continuas, pero con algún breve espacio de interludio entre las mismas.

Resultando digno de llamar la atención que las detonaciones, que claramente sugerían la percusión de un arma de fuego, fueras de un sonido por demás homogéneo, dejándose entrever que al efecto se trataba tan sólo de un arma y, por principio de cuentas, por ende, de un solo tirador.

La balacera en cuestión parecía escucharse en Reforma Sur, en la Paz, a la altura de donde tenía su nido de espías el malogrado Arenal y su despacho el sobreviviente Eukid, dicho lo anterior a manera de mera referencia respecto a las coordenadas de verificación del suceso en cuestión.

Nido desde el que, en otros tiempos, se controlaran redes de sujetos, en no pocas ocasiones camuflados de herreros o de cualquier otro gremio honorable de operarios, encargados de sustraer de domicilios particulares los dispositivos electrónicos conteniendo los archivos personales del agasajado anfitrión.

A fines del mes de noviembre del 2016 fui honrado con su visita, unos meses después, al asistir a un acto convocado por Cuauhtémoc Cárdenas con motivo del centenario de la Constitución, volvieron a visitarme, ahora haciendo gala de la eficacia que respecto al sector privado tanto gusta de ponderar el Instituto Mexicano de la Competitividad” o “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad”

 Poco después de  que las referidas detonaciones habrían tenido verificación, se escucharía a lo lejos el sonido de alguna sirena que a fin de cuentas jamás de acercaría, y sin que, por lo demás, la prensa local abocada a dar cobertura a los episodios policiales diera noticia alguna al respecto al día siguiente.

 Alguna explicación al respecto, creo yo, habría que esperar proveniente de las autoridades de seguridad pública competentes en la demarcación del Municipio de Puebla.

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava