La gente aplaudía al ganador de la elección…

-La democracia ha hablado…- dijo eufórico.

-Yo no recuerdo que los partidos políticos hayan llamado a los ciudadanos, ni a sus afiliados a votar en la selección de sus candidatos- dijo Paola y cerro el monitor.

-Las democracias han sido sobre valoradas, la persona que no se cuelga esta palabra, está condenada a ser calificada como represora o absolutista cuando en realidad eso se ha vivido, tan sólo por tenerla en un léxico, pero no en una práctica- dijo al grupo de ciencia política donde Tania era alumna.

-Prohibido, cuestionar a una democracia aunque sea débil como la coreana o la china, las cuales solo gozan de elecciones con un solo partido pero en su discurso no debe faltar la palabra democracia, solidaridad, fraternidad, aunque no existan en su vida cotidiana- los alumnos se mostraron pensativos

-¿Cómo cuestionar a la palabra democracia? Esa palabra por si misma parece que en su tiempo fue el atrevimiento de Nietzsche, al decir que Dios había muerto- señalo Natalia.

-Lo perverso de esa democracia es que siempre está sobre la dominación del hombre sobre el hombre mismo que expuso Hobbes, la eternización del hombre en el poder, donde el engaño, es parte de la estrategia y gana el que engaña más[1] y mejor, aunque para ello sea el demócrata más radical…- dijo Paola para terminar la clase.

La promesa del fuego eterno, el Prometeo de la política debe hacer sentir que su gobierno cambio aunque este siga con prácticas absolutistas añejas, ese cuestionamiento que la escuela francesa de filosofía ha expuesto en los últimos 10 años[2].

-La democracia es solo un emblema que se ha quedado sin hombres, ideal que los absolutistas toman como bandera, llamándose radicales de una izquierda inexistente, al llegar al poder, se muestran como los monarcas sexenales que Carlos Fuentes describió[3]- dijo Tania a su papá y se fue a dormir.

Estrategia política: el Sísifo democrático han sido vencido por el sueño del poder eterno.

Twitter: @RomanSanchezZ.