El pasado 23 de junio, Gustavo de Hoyos, Presidente Nacional de COPARMEX anunció que para hacer frente a la crisis económica que aqueja al país, se tiene listo un acuerdo nacional, -sin el Presidente de la República-, mismo que entraría en operación en el mes de julio.

En una entrevista con Fernanda Familiar, Gustavo de Hoyos comenta que desde abril no tienen comunicación con el Presidente. Dos meses, sí, más de dos meses se perdieron esperando una respuesta que no llegó y no llegará: la iniciativa privada, compuesta por micro, pequeñas, medianas y grandes empresas genera el 80% de los empleos formales en el país y ante la crisis, deben ver por sí mismos.

Cada minuto, 8 personas pierden su empleo y la cifra hasta este mes alcanza los 1.3 millones de personas sin empleo formal. Ni pensar en los millones de mexicanos que sobreviven en la economía informal y que todos los días salen de su casa en busca de nuevas oportunidades, exponiéndose al contagio del coronavirus.

Ante este panorama, COPARMEX anuncia la puesta en marcha del Programa  “Remedios Solidarios”, que incluye un salario mínimo garantizado, un bono y un seguro de desempleo, tan solo para las y los trabajadores aún en activo, esto es, que han conservado su empleo formal, para que no lo pierdan.

Muy buena e interesante la propuesta de COPARMEX, pero desde mi punto de vista, algo tardía, pues desde finales de abril se había anunciado un programa de financiamiento por hasta 12 mil millones de dólares entre el BID, el Consejo Mexicano de Negocios y la Secretaría de Hacienda para brindar apoyo a cerca de 30 mil  micro, pequeñas y medianas empresas afectadas por la pandemia.

Ya pasaron más de 60 días de ese anuncio. Quiero pensar que se creyó en los pronósticos del Dr. Gatell de que la curva de contagios se aplanaría en mayo o más aún, que el gobierno federal cambiaría de postura. Ni una ni otra cosa sucedieron. El tiempo perdido ha sido valiosísimo y ha costado vidas y empleos.

Desde febrero de este año, escribí: “Estamos a tiempo de detener el frenético avance hacia la inestabilidad social y la crisis económica, pero difícilmente se logrará el objetivo de darle viabilidad, orden y crecimiento al país si cada quien va por su lado” (Urgente: emergencia nacional… 10 de febrero 2020).

A finales de marzo afirmé: “Sin el gobierno o aún en contra de él, es posible salvarnos si nos unimos todos”. (AMLO, tarde y mal… 29 de marzo de 2020).

Para abril reflexionaba: ”¿Qué nos toca hacer como sociedad? Ver por nosotros mismos sin esperar la respuesta de la Presidencia, fortalecer el emprendimiento social de las organizaciones de la sociedad civil” (ver Entendiendo la lógica… 14 de abril de 2020).

En mayo, decía: “El rescate, la salvación y el futuro de México no vendrá del grupo en el poder sino de la sociedad, de nosotros mismos”. (Y si hacemos una liga nacional para cuidar a México…17 de mayo 2020).

Desde hace más de 100 días era urgente un gran acuerdo nacional. Si se va a echar a andar, que se haga ya, más vale tarde que nunca.

Así como hay quienes no creen que la pandemia existe, otros no creen que la crisis que ya estamos viviendo, será una pesadilla.

Reactivar la economía es un primer paso, -anteponiendo desde luego la salud-, pero no es suficiente, porque este gobierno, que dice mirar por los pobres y menos favorecidos, solo está atendiendo a un quinto de la población.

¿Quién verá por los abandonados del sistema, quién pondrá atención en las y los millones de trabajadores que han perdido su empleo, quién generará oportunidades laborales para quienes viven al día?

Muy bien por el Programa de Remedios Solidarios para conservar empleos pero no permitamos que millones de compatriotas se queden atrás. Continuemos y fortalezcamos como sociedad, las cadenas humanitarias de apoyo para quienes, en verdad, no tienen ni para comer.

Pues como dijo Juan Rulfo: “Nos salvamos juntos o nos hundimos separados”.

Mtro. César Marcelino León