Polarización y aprendizaje

  • Víctor Reynoso

En semanas pasadas escribí que el primer rasgo de los populismos es simplificar la diversidad social en dos: “ellos” y “nosotros”. El presidente de la República lo hizo suyo, al llamar a definirse: con la 4t o contra ella.

Las cosas son más complejas. En lo personal considero que hay aspectos muy positivos del actual gobierno, como cobrar impuestos a grandes empresas que eran remisas a pagarlos. O que haya detectado, vía inteligencia financiera, cuentas bancarias ligadas al cártel Jalisco Nueva Generación.

Habrá que ver qué procede después: cómo se gasta el dinero recaudado. Y cómo se procede con la información de cuentas presuntamente vinculadas con la delincuencia, para que haya algo más que un acto mediático y para que se evite castigar inocentes.

Hay muchas otras acciones e inacciones del actual gobierno que me parece serán negativas para el interés público. Pero no coincido con algunos de sus crítico ni estoy a favor de que el presidente renuncie, como está pidiendo el movimiento FRENA.

Desde 1920 solo uno de los presidentes que tomó posesión ha renunciado, Pascual Ortiz Rubio, en 1932. Aunque ya sabemos que López Obrador no va a renunciar, no hay que jugar con esa idea. La interrupción de un sexenio puede traer inestabilidad y más problemas.

Más vale seguir las vías institucionales. Fortalecer la opinión pública. Esperar las elecciones intermedias de 2021 (y las locales simultáneas). Aprender de estas experiencias políticas.

¿Está aprendiendo algo la sociedad mexicana de lo vivido en este sexenio? ¿O simplemente reciclamos y reforzamos nuestras ideas pro o contra AMLO? ¿Tendremos en 2021 votantes más maduros y mejor informados, o viviremos una polarización de fobias y prejuicios?

Pero el presidente parece saber lo que está haciendo con ese llamado. Trata de poner su figura personal en el centro del debate político. Su partido y su proyecto poco atraen al electorado. Es su persona lo que lo ha atraído.

Por eso Morena trató de vincular la revocación de mandato con la elección del 2021. Que en el centro de esa elección estuviera la López Obrador, como estuvo en la elección del 2018, con extraordinarios resultados para su partido.

No será el caso. Aunque el presidente y su partido tratarán de vincularse para obtener un mejor resultado electoral.

Algo tiene en común López Obrador con Vicente Fox: fueron mejores como candidatos que como gobernantes. Como que el tabasqueño sabe que lo suyo es hacer campañas, más que resolver problemas públicos, y quiere estar en eso, en campaña, en las mañaneras y en los mítines, en la construcción de sus adversarios.

La cuestión es cómo responderán en la próxima elección los ciudadanos y los partidos de oposición. Qué tanto han aprendido en estos tres años, si es que algo se ha aprendido.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.